Joaquín estaba atareado ayudando a Diego. Debía escoger las telas; texturas, colores, etc.
Los diseños que ya estaban listos, debían ser verificados y acomodados en los ganchos en el orden en que debían ser desfilados por las y los modelos.
Cuándo el castaño por fin acabó de verificar y escoger, los modistas se pusieron manos a la obra.
- ¡Uff! Cariño, es un alivio que me hayas ayudado - dijo Diego antes de sonreír -, jamás hubiese podido yo sólo - admitió y Joaquín soltó una pequeña risita.
- Siempre es un placer poder ayudarte, chinito.
- Bueno, debo vigilar que todo salga perfectamente bien - dijo el encantador chico acomodando su sedoso cabello peligris hacía arriba y se encaminó hacía los modistos.
- Entonces, yo me voy - dijo Joaquín para sí.
Salió del cuarto de confecciones hacía su oficina, pero a medio pasillo Marcos lo detuvo.
- Bondoni, necesito hablar contigo - dijo, cortándole el paso.
- Los diseños ya están listos y acomodados y los modistos ya empezaron con los nuevos...
- Alto - le interrumpió el de ojos cafe -, no se trata sobre los diseños - admitió con suavidad.
- Si no es sobre trabajo, entonces no hay nada más de que hablar - dijo el ojimiel tajante -. Con permiso.
Joaquín intentó pasar, pero Emilio volvió a impedírselo.
- Tú no vas a ningún lado hasta que me escuches - dijo con toda calma.
- Mira, Marcos serás muy mi jefe y podrás darme órdenes en lo que a cuestiones laborales se refiere, pero tú no eres nadie para decirme lo que debo ó no hacer con respecto a mi vida personal - escupió el castaño con furia contenida. Debes mantener la compostura, se dijo el menor con firmeza.
Marcos lo admiró fascinado, aquel chico era pura fortaleza innata, era un joven testarudo e independiente, muy inteligente y valiente también, sin mencionar que estaba insuperable. Era un monumento a la belleza, con ese rostro tan delicado, esos enormes e inocentes ojos mieles, su encantadora boca, de gruesos y rojos labios, que lo incitaba sin piedad para que sus dientes lo mordieran. Y aquel cuerpo esbelto, tan escultural, lo hacía querer aprisionarlo entre sus brazos para no dejarlo escapar nunca. Pero aquella mata de rizos castaños cómo el chocolate, que caían sobre su frente y cepillaban ligeramente su cuello, era su debilidad. Era alto, con piernas torneadas y kilométricas, tan sensual. Era el paraíso.
A toda costa debía hacerlo ver cuánto lo necesitaba y cuánto lo necesitaba Joaquín a él.
Una sonrisa torcida curvó los labios de Emilio.
Aquella mirada depredadora no le gustó para nada al menor. Todas sus alarmas se encendieron cuándo Emilio lo acorraló contra la pared. Colocando sus manos sobre el pecho del ojimiel, intentó empujarlo, pero éste fué más rápido, tomó sus muñecas con suave fuerza y se apretó contra el esbelto cuerpo del castaño.
- Marcos, detente - pidió Joaquín con voz trémula al sentir el miembro de su jefe contra su muslo a través de la fina tela de su pantalón.
- No tienes ni la menor idea de lo que me haces sentir cuándo me tocas - susurró el rizado con voz aterciopelada, ignorando la petición del menor.
El rostro de Emilio estaba tan cerca, que Joaquín pudo sentir su aliento chocar contra sus labios. Era caliente, con un aroma a whiskey y menta que inundó sus fosas nasales, tan embriagador.
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Para Volver A Amar // Adaptación Emiliaco
FanfictionSiempre se puede volver a ser feliz.......Se puede volver a amar. Todos los créditos son de la autora original @01LourryStomlinson2401. Gracias de verdad por darme el honor de poder adaptarla. Los créditos de la portada y separador son de mi amiga @...
