ርልየÍፕሁረዐ 10 ~ ቻጎክልረ

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Maratón 4/4





ADVERTENCIA:

Éste capítulo contiene escenas explícitas, si no te gustan éste tipo de temas ó eres muy sensible, no leas. Se recomienda discreción. Y a las demás que lo ¡¡disfruten!!










 Y a las demás que lo ¡¡disfruten!!

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Joaquín se recargó sobre la barandilla del balcón y observó a la hermosa y gran capital de Inglaterra. Luces por doquier iluminaban todo a su alrededor, sustituyendo a las estrellas que aquella noche habían sido escondidas por un capa de nubes ligeramente grises.

El castaño suspiró al mismo tiempo que se ajustaba el abrigo para mantener el calor de su cuerpo.

- Con que aquí estás - escuchó la voz de Emilio detrás de él.
Luego del mal episodio que habían tenido que pasar - y mencionando de paso que gracias a la más fuerte divinidad, Mauricio había terminado tras las rejas -, Emilio había llegado a la conclusión de que debían tomarse unas largas y sobre todo, merecidas vacaciones. Y una vez que el desfile había sido llevado a cabo, el rizado le preguntó a Joaquín a dónde le gustaría ir y lo primero que había pasado por aquella cabeza llena de rizos castaños había sido Londres.

Joaquín sonrió antes de responderle con cierta ironía:

- ¿Y dónde más, de vuelta en Los Ángeles?

- No lo sé - se encogió de hombros Emilio, aún a sabiendas de que el castaño no podía verlo -, puede ser que al final hubieses cambiado de opinión con respecto a ésto - concluyó llegando hasta el chico más joven, rodeó su cintura y colocó el mentón sobre su hombro.

- ¿Con respecto a Londres? - inquirió Joaquín al mismo tiempo que llevaba sus manos sobre las de Emilio.

- Sobre nosotros - corrigió Emilio.

- Emilio - lo llamó el menor al mismo tiempo que recargaba su peso en el cuerpo del rizado y llevó una de sus pálidas manos hasta la mejilla del oji-café. Emilio lo miró -, jamás cambiaría de opinión con respecto a nosotros - prometió antes de besar la sien del mayor y le acarició con la nariz.

El rizado suspiró al mismo tiempo que recargaba la frente contra la cabeza llena de rizos castaños.

- En verdad eso deseo, porque no podría vivir sin tí - susurró Emilio.

Joaquín se giró entre los brazos del mayor hasta quedar frente a él, tomó el hermoso rostro de facciones delicadas entre sus manos e hizo que Emilio lo mirara.

- Te amo, Emilio te amo muchísimo - enfatizó el menor - y puedo jurarte, con todo el corazón, que eso jamás vá a cambiar - sonrió.

- También te amo, Joaquín - murmuró el mayor sobre los labios del chico.

Para Volver A Amar // Adaptación  EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora