Prólogo

446 40 14
                                    

La mujer miró la puerta frente a ella y se preparó para tocar; no podía seguir evadiendo el asunto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La mujer miró la puerta frente a ella y se preparó para tocar; no podía seguir evadiendo el asunto. Regresó al mundo humano cuatro años atrás, y ahora que volvía no estaba segura de cómo iba a decir lo que necesitaba, pero también tenía que hacerse responsable por sus acciones.

Tenía una hija; ella necesitaba y merecía un padre que la cuide, pero las cosas iban a ser un poco más complicadas que eso.

— Bien, ahora... voy a entrar, así que por favor quédate aquí hasta que te diga. — le explicó con rapidez. — Si escuchas gritos, no entres bajo ninguna circunstancia; yo estaré bien.

— ¿Vas a hablar con papi? — la menor preguntó de vuelta.

— Algo así... por favor no te alejes; este lugar es muy distinto a nuestra casa y es peligroso que vayas por ahí sola.

— Está bien. — asintió con entusiasmo, comprendiendo las palabras de su madre.

Ella tocó la puerta un par de veces, esperando una respuesta de quien sea. Era una casa grande, pero estaba segura de que escucharían, y además sería grosero entrar así como si nada.

Se asustó un poco al ver que le abrió la persona con quien más le preocupaba hablar, Lucifer. El mayor de los hermanos miró con sorpresa a la mujer y luego a la niña a su lado, preguntándose qué demonios estaba pasando.

— ¿Qué haces aquí? — fue lo primero que preguntó. No porque le haya molestado verla, sino por... bueno, la niña.

— Necesitamos hablar... todos nosotros. — Lucifer entendió de inmediato lo que quiso decir y la dejó pasar. La menor se quedó en la entrada, como se le había indicado, y su madre se adentró en la casa para poder hablar con los hermanos.

— Tienes suerte de que estábamos a punto de cenar; todos están aquí.

—...Bien.

Sólo un poco más y llegó con el resto de los chicos, quienes también observaron con asombro a la fémina. Ninguno estaba seguro de que decir, y ella se sentía más nerviosa con cada minuto que pasaba; tanto que por un momento consideró salir corriendo lo más rápido que pudiera, pero no podía hacer eso.

— ¿MC? — Satan fue el primero en hablar al ver que los demás quedaron en una especie de estado de shock. — Estás aquí... ¿por qué estás aquí con exactitud?

— Tengo que hablar con todos ustedes sobre algo muy importante que he estado evadiendo desde poco después de que me fui. — trató de ir directo al grano. — La verdad es que... tengo una hija y... como que uno de ustedes es el padre.

Las reacciones fueron variadas, pero mayormente se basaban en el pánico; Mammon por poco se demaya ahí mismo.

— Y... ¿quién de todos nosotros lo es? — Beelzebub preguntó.

— Ese es el problema, yo... no lo sé.

— ¿Disculpa? — Lucifer procesó sus palabras en medio de su confusión.

Entonces, todos llegaron a tener ese nivel de cercanía con ella, aparentemente.

— ¿Cómo puedes no recordarlo? — fue turno de Leviathan de preguntar.

— ¿Y por qué demonios no lo mencionaste más pronto si esto es desde que te fuiste hace cuatro años? — continuó Belphegor.

— ¡Lo sé! Soy una madre terrible. — admitió ella. — Al principio entré en pánico y pensé que sabría quién de ustedes era el padre cuando naciera, pero mi hija es físicamente igual a mí, así que luego pensé que sabría quién era el padre si esperaba a que se desarrolle un poco su personalidad para ver si se parecía a alguno de ustedes, pero... ¡se parece a todos! No sé cómo me metí en este lío...

— Fue muy irresponsable de tu parte lo que hiciste. — la regañó el mayor de los hermanos.

— Créeme, lo tengo presente, pero regresé porque no podía evitarlo por siempre. Ella es una niña, y merece una figura paterna; por eso vine a hablar con todos ustedes.

Los siete se miraron entre ellos, estando casi seguros de que pensaban lo mismo.

— Bien, ya que uno de nosotros técnicamente es responsable por esa niña, tienes razón; — le volvió a hablar Lucifer. — ella necesita de alguien que la pueda cuidar además de su madre. Puedes quedarte el tiempo que necesites y nosotros te ayudaremos a cuidarla.

— ¿Qué? Espera, ¿cómo dijiste? — Mammon interrumpió. — ¿De verdad tenemos que cuidar a una niña?

— ¿Eres consciente de que esa niña podría ser tu hija, Mammon? — Asmodeus lo regañó.

— ¡Podría ser hija de cualquiera de nosotros! Además, el gran Mammon no cuida niños.

— Tendrás que ayudar a cuidarla si no quieres que te cuelgue del techo por los próximos 500 años. — amenazó Lucifer.

— ¡B-Bien, pero no es porque tenga miedo ni nada! El gran Mammon también es responsable por sus acciones.

— Ojalá fuera verdad. — susurró Satan.

— ¿En verdad está bien que me quede con ustedes otra vez? — la mujer preguntó.

— Es lo mínimo que podemos hacer si uno de nosotros es el padre de la criatura. — le contestó Leviathan. — Es exactamente igual a ese anime “Acabo de tener una hija y uno de mis ex-novios es el padre, pero no recuerdo cuál es. ¿Ya mencioné que todos ellos son demonios?” En mi opinión, la novela gráfica era mejor, pero la situación de ahora es tan exacta que da miedo.

— Bueno... — MC se confundió un momento luego de ese comentario. — voy a traer a mi hija; estoy segura de que todos van a agradarle, aunque no sé cómo le explicaré la situación.

Dicho eso, se alejó de ellos hasta salir de la habitación.

— Espero que todos ustedes sean responsables cuando tratemos con la hija de MC. — Lucifer advirtió a sus hermanos. — Una niña no es un perro... ni un gato.

— Lo sabemos. — Satan le contestó con obviedad.

— Ya regresé. — la mujer volvió a entrar tomada de la mano de una pequeña; era como verla a ella en una versión más joven. — Esta es Malka, mi hija. — miró a la menor. — Malka, ellos son Lucifer, Mammon, Leviathan, Satan, Asmodeus, Beelzebub y Belphegor.

— ¿Cuál de ellos es mi papá?

— La niña no se anda con rodeos. — Levi mencionó.

— Bueno, linda, es algo complicado... mami no recuerda quien de ellos es tu papá. — su madre le habló. — pero supongo que podrías decir que... más o menos, todos lo son.

— Entonces son... — la menor contó con sus dedos las personas en la habitación. — ¿siete papás?

— Es una forma de verlo; ellos van a ayudarme a cuidarte.

En definitiva la vida iba a ser mucho más entretenida a partir de ese día.

🌺 Hola, ¿cómo están? Yo aquí, iniciando otra historia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

🌺 Hola, ¿cómo están? Yo aquí, iniciando otra historia. Espero que les guste y... no sé qué más decir.

Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.

Bloodline - Obey Me! Shall we date? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora