Alexandra Lisowska
Alegría fue lo que me invadió después de que firial mencionara aquellas palabras. No lo podía creer, estaría con el sultán esta noche, pasaría la noche con su majestad.
—eres muy afortunada alexandra, su majestad te a llamado un jueves, te a pedido a ti y no a la sultana mahidevran—dice Nurjan a mi lado. Pero no era la única, todas las muchachas del harem susurraban cosas entre ella.
—silencio—ordenó firial—ven conmigo alexandra no podemos hacer esperar a su majestad.
(...)
Tome un baño y ahora me encontraba alistando me para el sultán.
Un vestido blanco, que se ajustaba a mi cintura y era largo y sedoso, era hermoso.
Mi cabello estaba arreglado, llevaba un collar de perlas y unos aretes que hacían juego con el mismo.
Ahora íbamos camino a los aposentos de su majestad, mis nervios estaban notables y mi mente solo hacía que recordara una y otra vez el como comportarme. Y claro sümbül Ağa me lo recordaba en todo momento.
Sin darme cuenta habíamos llegado, firial me dijo que me relajará antes de que yo entrara.
Las puertas de los aposento se su majestad se abren y doy un paso hacia adelante, hago reverencia y mis nervios aumentan.
Su majestad estaba de espaldas y veo como se gira y entonces doy pasos hasta llegar hasta donde está el.
Mi mirada se levanta inconscientemente y sus ojos y los míos hacen contacto, el me muestra una sonrisa y mis nervios aún son notables.
Bajo mi mirada e intento poder besar su dobladillo pero el lo impide posando su mano en mi mentón, vuelve a levantar mi mirada y el se acerca a mi y sus labios tocan los míos y yo respondo de inmediato.
Sus mano sigue en mi mentón y acaricia levemente mientras el beso continúa, es suave y lento.
Siento como su mano toca mi cintura y lentamente envuelve su brazo en ella.
El beso termina y el vuelve a mirarme a los ojos, acaricia mi mejilla y sus manos bajan lentamente a mis hombros, el empieza a quitar la parte del vestido que descansa ahí y besa mi hombro ya desnudo. El contacto de sus labios en mi piel manda una corriente a mi cuerpo.
(...)
Mi cabeza descansaba en el pecho desnudo de su majestad mientras mi cuerpo estaba cubierto por una sábana de color beis.
El pecho de su majestad subía y bajaba lentamente con cada respiración que daba, el dormía.
El sol de la mañana entraba poco a poco a los aposentos, su majestad se empezó a despertar poco a poco.
Sentí como un beso se iso presente en mi coronilla y de inmediato levante mi mirada.
El sonríe y yo me acerco para darle un beso, el responde sin embargo el beso es corto.
—pediré que traigan alimentos, supongo que tienes hambre—asiento ante lo dicho, por que la verdad si, tenía hambre.
El se levanta y toma una bata, se la pone y se dirige a las puertas de sus aposentos. El abre y escucho como habla con los agas, seguramente dándoles la orden para que traigan alimentos.
Aprovecho para levantarme y ponerme una bata que está cerca de mi, me la pongo y me levanto de la cama. Y entonces me acuerdo de algo, ayer era jueves, su majestad me a recibido el día que tenía que estar aquí mahidevran. El me recibió el día sagrado para la dinastía. Aunque nurjan me lo dijo se me había olvidado.
Una sonrisa se forma en mi rostro, me hace feliz saber que decidió llamarme a mi y no a mahidevran.
El cierra la puerta de los aposentos y el sonido hace que salga de mis pensamientos.
—te ves hermosa con esa bata—menciona y se acerca a mi, yo sonrió ante si comentario.—y te ves mucho más hermosa cuando sonríes, te pondré otro nombre.
—¿por que otro nombre?—pregunto, ya tengo un nombre y creo que esta bien.
—si, quiero que sea un nombre que resalte tu belleza y tu sonrisa—mi curiosidad crece y quisiera saber que nombre escogerá, aunque no estaba convencida se supone que comenzaría una nueva vida aquí, por que no tener otro nombre.—tu nombre será hürrem, significa la que da alegría, y tu transmites mucha alegría.
—es un hermoso nombre,me gusta—digo emocionada.
—Tan hermoso como tu—el acaricia mi mejilla.
Las puertas de los aposentos se abre y algunos agas traen bandejas en las cuales hay variedad de alimentos. Entre ellos uvas, postres, pan, sharbat y otros alimentos.
Lo acomodan frente a las almohadas, después süleiman y yo nos sentamos en ellas. Los agas sale con la cabeza baja y cierran las puertas.
(...)
Después de estar con su majestad regresó al harem, se que ahí me esperarían muchas preguntas o murmullos de las demás pero eso no me preocupaba en lo absoluto.
Después de haber estado con su majestad el me dijo que fuese al harem para que vea los aposentos que me darían, yo le agradecí me cambié y salí de sus aposentos. Dijo que probablemente me llamaría esta noche, así que estaré lista.
Cuando llegue firial y sumbül estaban ahí.
Entro y todas las miradas caen sobre mi, como lo dije, ignoro eso y camino con seguridad hasta el lugar donde siempre suelo estar.
Al llegar nurjan me mira y se levanta y se dirige hasta mi y claro ya esperaba su pregunta...
—¿Que tal te fue con el sultan?—estaba claro que haría esa pregunta y claro yo se la respondería.
—de maravilla, fue muy hermoso la verdad es muy delicado y me trato muy bien—respondo con una sonrisa en mi rostro.
—Eres muy afortunada de haber estado con el, y créeme guarda ese recuerdo por que tal vez no te vuelva a llamar—dice ella casi asegurando lo último.
—eso no sucederá conmigo, así que no te preocupes, habrán muchos más recuerdos que guardar.
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EL AMOR MÁS GRANDE
РазноеTal vez para el sultan süleyman no había mujer que lo enamorara de verdad, tenía muchas mujeres a su disposición para acostarse con ellas, por que enamorarse de una. Tenia a su esposa mahidevran con quien tuvo un hijo, el príncipe mustafa. Mahidevra...