EL AMOR MÁS GRANDE

CAPÍTULO 8

Sultán süleyman

Me quedo paralizado ante las palabras de hürrem, como pudo mahidevran atreverse a tanto, como pudo atentar contra la vida de una de mi favorita.

—¿estas segura de eso?—pregunto aún sin creerlo, ella asiente y su rostro no demuestra miedo, sin embargo sus nervios son notables y eso es claro.

—agas—hablo con una voz firme y los agas entran al instante.—traigan a mahidevran ahora mismo, díganle que quiero que este aquí de inmediato.

—como ordené su majestad—dice uno y salen.

Miro a hürrem quien no menciona una sola palabra, la abrazó y ella corresponde.

—ella está enojada por lo que paso con mustafa—habla ella aún con su rostro contra mi pecho.—cree que tengo la culpa.

Me quedo en silencio y solo acaricio su cabello.

Las puertas de mis aposentos se abren y hürrem se separa de mi y lleva su atención hacia las mismas. Una aga entra con la cabeza baja como muestra de respeto.

—su majestad la sultana mahidevran ya esta aquí.

—déjala entrar—ordeno.

Mahidevran entra por la puerta con una sonrisa en su rostro, sin embargo al ver a hürrem se desvanece de inmediato.

—¿su majestad a mandado a llamarme?—dice mahidevran haciendo una reverencia.

—sabrás el por que estas aquí. ¡como pudiste atreverte ah atentar contra la vida de mi favorita!—alzo la voz en un tono duro y enojado.

—su majestad eso es mentira yo...

—no mientas mahidevran, la esclava a la cual le ordenastes que hiciera eso te delató, pensó que podría acabar con la vida de hürrem.

—su majestad ella se esta interponiendo en nuestro amor, en nuestra felicidad, no debería creerle.

—¿de que amor hablas mahidevran?—le pregunto.—por mi parte no hay amor, solo te considero la madre de mi hijo, pero no te amo—digo firmemente y en su rostro se forma dolor.

—no diga eso, usted sabe que usted y yo estamos juntos por amor, no deje que una aparecida lo engañe. Yo lo amo

—ya ni siquiera estamos juntos mahidevran, yo ya no te amo. Amo a hürrem no a ti.

—no puede confundir amor con placer.

—tienes razón, eso me paso contigo, no volverá a suceder.

Los ojos de mahidevran están con lágrimas que amenazan con salir.

—le di un hijo.

—y ese es el motivo por el cual no irás al antiguo palacio—aseguró.—pero si vuelves atentar contra la vida de hürrem entoces te enviaré allí, o puede que te haga algo mucho peor, es mejor que no te metas con hürrem. Ahora vete, no quiero verte un segundo más.

Mahidevran iba a hablar pero al parecer se retracta, hace una reverencia y sale de mis aposentos.

—¿es verdad lo que dijo?—pregunta hürrem mirándome nuevamente y mi atención cae sobre ella.

—todo lo que dije es cierto—afirmo.

Ella sonríe y su rostro se ilumina en felicidad.

Me acerco a hürrem y la tomo del mentón y acerco su rostro al mío. Le doy un beso y ella lo corresponde.

(...)

Hürrem

Había sido algo entretenido ver la cara de mahidevran sufrir, sin embargo acepto que no me esperaba las palabras de su majestad, fueron demasiado hiriente para ella.