capitulo 13 La misión comienza

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Los chicos se observaron entre sí, luego de que Santiago levantara el libro del suelo y caminara con él al interior del bar del colegio. 

Milagros se adelantó y se puso detrás de la barra, donde Santi había dejado el libro y los miró a todos algo sorprendida, aún sin creer lo que pasaba en ese momento. No era la primera vez, era la tercera vez en ese lugar que algo raro sucedía y ella sabía muy bien que aquello significaba el comienzo de algo nuevo y difícil. 

- Escuchen - murmuró y respiró hondo - esto le tenemos que decir a nuestros padres. No es normal que un libro caiga de la nada. 

- En el 2008 el libro le cayó a mis papás en la piscina - respondió Octavio - es decir, tampoco es tan raro, Milagros. 

- Pero tampoco es normal, Octavio - le respondió Allegra, preocupada al igual que todos  - necesitamos alguien que nos guíe en esto.

- El abuelo Thiago - contestó Milagros y observó a Santiago - vos guardá bien el libro.  Tenemos que ver qué contiene antes de seguir.

- Chicos, ¿están bien? - preguntó Paz, llegando preocupada y mirando a los adolescentes con el libro en la mano - ¿Qué hacen con eso?

-Si, nosotros estamos bien, pero no sabemos que carajos pasa, Paz - se quejó Octavio - siempre pasan cosas locas en este colegio. 

- Escuchen, esto no es raro - respondió Paz, mirando a los adolescentes verla perplejos - chicos, esto significa que la misión comienza. 

- Lo único que faltaba, pernos - murmuró Milagros y miró a Paz- ¿nos tenemos que enfrentar a un tipo místico o a una jefa loca? 

- A un investigador, se llama Facundo. Pensamos que tiene gente espiando en el colegio - empezó a explicar Paz  - chicos, tienen que tener mucho cuidado, porque puede ser que esas personas estén más cerca que nunca de ustedes 

- Milagros - murmuró Guido, llegando corriendo y la abrazó fuertemente - ¿estás bien, bella? 

- Si, estoy bien - sonrió ella y lo miró - no fue gran cosa, Guido 

- Yo igual me preocupo por ti - murmuró y vió como Santiago lo fulminaba con la mirada - y te quiero muchisimo - dicho aquello, tomó el rostro de Milagros y la besó. La joven se quedó perpleja, al igual que todos los que estaban ahí, en especial Santiago. 

-Santi, mejor vamos - le dijo Octavio y su amigo asintió, sintiendo como su corazón se despedazaba , nuevamente - vamos, dale - le dijo y lo empujó para irse.

(....)

Francisco y Lola habían organizado verse. Ambos querían hablar sobre sus hijos y el amor que los unía. 

- Que bueno que llegaste, necesito decirte algo muy importante - explicó Lola mientras se ponía adelante de su amigo - Milagros tiene poderes, los empezó a desarrollar hace poco 

- Uf, entonces Santiago no es el único raro - murmuró él y Lola lo golpeó en la cabeza - ¿eso por qué? - exclamó molesto 

- Porque mi hija no es ninguna rara, tarado - murmuró Lola y de pronto sintió un ruido y Francisco también lo escuchó-  sentí pasos, Toto 

- Y escuchaste bien, Lolita - dijo un hombre, saliendo por detrás de los dos y al ver que ellos se voltearon de forma rápida, sacó un arma y los apuntó - se quedan calladitos y quietitos, los dos valientes

- ¿Quién sos vos? - preguntó Fran y Lola supo de inmediato quién era 

- Facundo, nos volvemos a encontrar.. 

- Lolita, cuantos años pasaron ¿no? 

(....)

- No puede ser que Milagros esté con ese idiota, Octavio - gruñó Santiago, entrando al cuarto y tirándose en su cama - lo detesto. Es un tipo tan idiota. 

- No es el único idiota - susurró Octavio e hizo una mueca, a lo que Santiago lo fulminó con la mirada y él le tiró con una almohada - no te hagas el tonto, Santiago. Vos sabés que si hubieras actuado más rápido hoy estarías con Mili. 

- Vos sabés que Milagros es como tía Lola y a la vez como Mar - explicó Santiago - y yo soy como mi papá

- Un lento - respondió Octavio y rió un poco - dale Santi, vos tenés que luchar por ella si tanto la querés. 

- No sé, quizás intente con Isabella. Ella al menos demuestra que me quiere. 

- Pero ella no es la persona con la que querés estar y lo sabés - dijo Octavio, y suspiró mirando a su sobrino - lucha, aunque sea hasta donde puedas 

- ¿Por qué me lo decís de esa forma? 

- Porque yo estoy luchando en silencio por una persona que siento que no será para mí jamás.. 

-  Allegra, ¿no? 

- Exacto, siento que yo no soy para ella ni ella para mí 

- Hagamos algo - ofreció Santi y miró a Octavio, esbozando una pequeña sonrisa - vamos a luchar por ellas, como lo hicieron nuestros papás. 

- En este caso sería tu papá y tu abuelo - bromeó Octavio y golpeó el hombro de Santi - tenés razón, debemos luchar por ellas. 

(...)

Milagros se sentó en el puente del pequeño arroyo artificial que se encontraba en el patio trasero del colegio y cerró sus ojos, intentando relajarse. 

Pensó en todo lo que había pasado aquella tarde, intentando olvidar lo del libro y lo del temblor. Respiró hondo y enfocó su mirada en el agua. 

Ultimamente se sentía muy rara en cuanto a sus sentimientos, pensó. Quería a Guido, pero dentro suyo sentía que él no era lo que buscaba, sino que presentía que alguien más estaba por ocupar lugar en su corazón. De pronto, sintió que su corazón latía a mil por segundos. Miró el reflejo del agua y en él visualizó la imagen de una persona, Santiago. 

- ¿Santiago? - preguntó ella viendo el reflejo del agua y de pronto, escuchó una voz 

- Y creo que hasta ahora me llamo así - rió él y ella se asustó - tranquila, no soy un monstruo - bromeó y Milagros lo golpeó levemente

- No me asustes así! - lo retó y él se sentó a su lado - ¿que hacés acá? 

- Pues supuse que estarías acá y vine. 

- Vos siempre sabés donde estoy - rió ella y lo miró a los ojos, provocando algo de nerviosismo en Santi - ¿cómo haces? 

- ¿Qué cosa? - preguntó Santi, mirándola a los ojos 

- Saber todo de mí. Conoces todos mis pasos, todos mis gustos, mis miedos.. 

- Mili, te conozco desde que naciste prácticamente.  Nuestros padres son amigos desde pendejos y siempre fuimos muy unidos.

- Bueno, estos días es distinto.. - dijo ella e hizo una mueca - estás mucho con la oxigenada, Santi

- Y vos con el ojos de lechuza, Milagros 

- ¿ Acaso ya no me querés? 

- Mmm.. no, no te quiero - respondió él y Milagros hizo una mueca y miró algo triste al agua - Te adoro.. 

Casi Angeles "El renacer de los guardianes"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora