Bitácora de Jaun, 5 de febrero 9:00 am

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El sueño me está ganando, despertamos a las 4 de la mañana para ganar tiempo en nuestro viaje, estábamos alistando todo en una carreta que Eri tenia, no sé dónde la guarda ya que su casa es modesta y no es de alquiler, hasta caballo tiene, un bello espécimen marrón de crin negra, patas fornidas, perfecto para tirar del carro, los primeros kilómetros del viaje fueron calmados debido al camino lizo que había, pero todo eso termino al llegar las planicies, el camino de la pradera fue muy turbulento por todas las piedras en el suelo y como era de esperarse una de las llantas se rompió, me baje a cambiarla y termine con mi dedo entre el eje y la rueda, Eri no paraba de reír por mis gestos, me puse una venda en el dedo para el dolor, ahora no podre enseñar el del medio cuando me enoje, en fin, luego de eso nuestro viaje continuo como por una hora hasta que no detuvimos a desayunar un té de hierbas con un pan y queso, vi que entre las provisiones había carne y me prepare un sándwich, continuamos luego de eso y ahora andamos en el linde de un rio refrescándonos, está haciendo un clima muy agradable, hace tiempo no sentía una calma de este tipo, ni siquiera en mi mundo, por lo general todo era caos y problemas, mi única escapatoria era ir a la biblioteca y leer sobre mitología y leyendas, me imaginaba ser uno de esos grandes héroes de antaño, viajar y vivir mil aventuras, al final creo que por fin viviré mi sueño, ya no siento ese vacío en mi desde que llegue acá, siento que puedo hacer de todo.

11:00 pm

El dolor en mi dedo no cesaba y Eri lo notaba en mi rostro, el hacerme el duro con ella no servía de mucho, continuamos un poco más hasta llegar a un pequeño pueblo donde compramos unas cosas para curar mi dedo, sirvió de gran medida, al llegar notamos que el día se estaba oscureciendo, no pensé que el tiempo pasaría tan rápido.

Decidimos pasar la noche en el pueblo, pero al no tener suficientes recursos dormimos en la carreta, tuve sueños raros en donde veía la silueta de Zekrhan peleando con una colosal bestia, en esta batalla aquel monstruo mordió el hombro del dragón dejándolo debilitado, podía escuchar su rugido quejándose del dolor, luego de eso vi como emprendía vuelo, la bestia de un momento a otro volteo la vista y me vio fijamente, el miedo que sentía en ese momento era enorme, mi corazón latía más rápido de lo normal, la bestia rugió hacia mi dirección y se abalanzo al ataque, corrí lo más rápido que pude pero al momento de quedar atrapado en sus fauces desperté de golpe.

Lo siguiente que escribo me lo conto Eri ya que quede desmayado por la conmoción de la "pesadilla", al parecer mientras soñaba estaba llorando, lo cual despertó a Eri y de inmediato me abrazo, mis manos se iluminaron con un resplandor azul para luego despedir rayos, poco después de eso grite y mis ojos se tornaron rojos, pero no de un rojo normal como cuando tenías alergia o algo parecido, rojo brillante, la observe por un tiempo y caí desmayado.

Siendo sincero ya temo dormir, solo el saber que podría volver a tener un sueño así me hace temblar de miedo, no sé si es simplemente algo de mi mente por leer tanto sobre la catástrofe que asolo este mundo o si son los recuerdos de Zekrhan queriéndome mostrar algo

Jaun fuera. . . 

Bitácora de Jaun, el descenso de un heroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora