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Desenfundo una de mis armas cuando las puertas del puente de mando se abren, pero vuelvo a guardarla al notar que es el Mandaloriano. El niño viene con él, y una pequeña sonrísa se forma en mis labios bajo el pañuelo, el cual me quito.
— ¿Qué pasó? —Pregunta Bo-Katan cuando un Gideon esposado queda frente a ella.
— Lo trajo vivo, eso es lo que pasó —Responde Cara acercandose a Din, y acaricia al niño en los brazos del hombre.— Y ahora la nueva Republica tendrá que duplicar el pago
— No está hablando de eso —Menciona Gideon dando un paso hacia Bo-Katan.— ¿Por qué no lo matas ahora, y lo tomas?
Cara lo toma del hombro y lo hace retroceder, el hombre cae al suelo, y mira al Mandaloriano.— Ahora es tuyo
— ¿Qué es mío?
— El sable oscuro —Señala el arma en manos de Din.— Te pertence a ti
Din se acerca a Bo-Katan y le tiende el sable.— Ahora le pertence a ella
— Ella no puede aceptarlo —Interfiere Gideon con una gran sonrísa.— Debe ganarse en una batalla. Para que ella pueda empuñar el sable oscuro, ella tiene que vencerte en combate
— Te lo cedo, es tuyo —Insiste Din a la mujer.
— Ohhh, no —Miro a Gideon con fastidio cuando se ríe.— No funciona así —Se levanta del suelo.—El sable oscuro nunca a tenido poder, la historia sí. Sí no tiene esa espada, es solo una aspirante al trono de Mandalore
— Tiene razón —Dice finalmente la mujer.
— Por favor, solo tomalo —Vuelve a insistir Din.
Me giro hacia las pantallas detrás de mi cuando comienzan a hacer ruidos.— ¿Qué?
— Tal vez tenga otra oportunidad luego —Dice Gideon hacia Bo-Katan.
— Ya atravesaron los escudos —Les informo a todos.— Nos están abordando
— ¿Cuantas formas de vida? —Pregunta la pelirroja, y la miro seriamente.
— Ninguna
— Están por enfrentarse a los Dark Troopers —Dice Gideon, llamando la atención de todos.— Apenas pudieron acabar con uno... veamos como les va contra un pelotón entero