KHIRA.
— Tal vez necesitemos ayuda, podría...
— No —Desvio la atención de los controles y lo miro con el ceño fruncido.— No hay que involucrar a nadie más
Elevo las cejas y suspiro para luego volver pilotar la nave.— Como quieras...
Preparo los hiperpropulsores para dar el salto al hiperespacio, pero antes de que pueda tocar algo más, el droide azúl de Luke aparece a mi lado de la nada haciendome brincar del susto.
— Sí, yo sé lo que hago, pedazo de chatarra —Siento una corriente de electricidad en mi pierna derecha, y le soy un manotazo en la cabeza.— Ya basta... Luke, ¿podrías...?
Pero al darme vuelta no lo encuentro, por lo que suspiro y me giro hacia R2.
— Muy bien, pero solo ésta vez —Lo señalo y luego me levanto para salir del cuarto de control, y buscar a Luke. La nave no es muy grande, por lo que no tardo en encontrarlo cerca de la escotilla, sentado en el suelo con las piernas cruzadas, lo que me dice que está meditando.
Miro hacia un lado y tomo un trozo de tela que encuentro sobre uno de los asientos, camino hasta Luke y una vez frente a él, tomo la misma posición en el suelo. Le doy una ultima mirada antes de ponerme a hacer una pequeña pelota con el trozo de tela, y cuando parece estar lista, la lanzo hacia Luke, golpeandolo en el pecho.
Él abre los ojos y me mira seriamente.
— No estás concentrado, así no serás de mucha ayuda —Ladea ligeramente la cabeza sin dejar de mirarme, me hacerco hasta que nuestras rodillas rozan y ne inclino hacia él.— Sé que estás preocupado, y asustado también, pero si no dominas esas emociones y te concentras en la misión, no lograremos nada
— Eso hago, estoy oprimiendolas...
— Y por eso fracasas, Luke. —Interrumpo.— No se trata de oprimir lo que sientes, sino de aceptar esas emociones y usarlas a tú favor. No puedes dividirte y salvar a tu hermana mientras te concentras en no dejar que tus emociones interfieran... la forma de salvarla es dejar que tus emociones te acompañen en paz, peleando junto a ellas, no contra ellas
— Entonces no sería quien todos dicen, Luke Skywalker... el gran Maestro Jedi —Dice con amargura llevando la vista al suelo.
— Ninguna de las historias que la gente cuenta sobre ti debe cambiar quién eres en realidad —Digo con firmeza, y él me mira.
Minutos después de estar en completo silencio solo mirandonos, me percato de la cercanina entre nostros, y dificilmente me aparto para luego ponerme de pie.
— Sí eres un gran Maestro Jedi, Luke. Pero eso no te define
Le doy una última mirada antes de darme vuelta y regresar a la cabina de control.
— Despiertame cuando aterricemos —Le digo al droide luego de dejarme caer sobre uno de los asientos, y cierro los ojos para luego quedar dormida en cuestión de segundos.
•••
Termino de subir la cremayera de mi traje justo cuando las compuertas se abren y Luke entra, acepto la capa con capucha que me ofrece y me la coloco luego de guardar mis dos sables en el cinturon alrededor de mis caderas.
