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Tsunade había llegado tarde a su hogar,el peliblanco ya estaba dormido,pero en cuanto la mujer se dirigió a él y le dio un corto beso en los labios,se levantó y la vio aún adormilado.
--Tsuna,por fin llegas -bostezo.
--Sí,por fin termine el maldito trabajo.
--¿Fue difícil?
--Solo diré que tuve un horrible día -acostó su cabeza en el regazo del ojinegro.
--¿Quieres que te preparé de comer? -acaricio su cabello.
--No -niega levemente con la cabeza.
--¿Entonces...?
--Haz lo que más me gusta -se paro y volteo a verlo.
--¿Qué? ¿Qué cosa?
--Ya sabes,eso que haces con tu cara -señaló el lugar mencionado.
--Sigo sin saber a que te refieres -confesó confundido.
--La mierda que haces con la maldita boca.
El peliblanco parpadeo confundido,pero después de unos segundo entendió.
--Oh,ya sé a que te refieres -sonrió.
--Gracias.
Sí,la simple sonrisa del idiota que estaba con ella la podía hacer sentir mejor y podía aliviar sus días donde estaba más estresada.
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