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Jiraiya estaba delante de la torre hokage,esperando a que la rubia terminará su trabajo y poder ir a su casa para prepararle algo.
Suspiro aburrido y desvío su mirada hacia un árbol que estaba cerca.
Sonrió,todavía recordaba como cuando era un niño se había caído de la copa de uno,afortunadamente no salió tan lastimado,pero sí se llevó un regaño por parte de la Senju.
Su atención se desvió del árbol a una chica que estaba ahí,la conocía,ella le sonrió y lo saludo con la mano,él hizo lo mismo,aunque estaba algo incómodo,por lo que volvió a ver el árbol.
-Jira! -escucho como lo llamaba y cuando vio de quién se trataba sonrió.
-Princesa,¿Ya terminaste? -ella asintió con una sonrisa que sólo le dedicaba a él.
-Ya,podemos irnos -señaló el camino y el ojinegro asintió,la tomó de la mano y empezó a caminar mientras hablaba de la reciente misión que había tenido.
Ella sólo lo escuchaba con una sonrisa,le gustaba como le contaba las cosas tan emocionado,a veces parecía un niño pequeño.
Aunque ese pensamiento se fue cuando se dio cuenta de que una mirada seguía en ellos,cosa que le incomodaba y enojaba un poco.
Volteo a ver de quien se trataba y se encontró con una chica castaña,ojos rojos y piel blanca,no recordaba conocerle.
-Cariño -lo llamo sonrojada.
-¿Qué pasa,Tsu? -detuvo su andar y dirigió su total atención a su novia.
-¿Sabes quién es esa chica? -la señaló y el peliblanco suspiro,asintiendo.
-Sí,sí la conozco.
-¿Quién es?
-Mi ex-novia -se encogió de hombros restandole importancia,pero la ojimiel se sorprendió y se puso algo celosa.
-Entiendo -susurró y una sonrisa apareció en su rostro.
Una de sus manos se dirigió a la cintura del menor y la otra a su mejilla,con su pie golpe su tobillo,haciendo que pierda el equilibrio y casi caiga,siendo detenido por la mano de la rubia que seguía sosteniendolo de la cintura.
-Tsuna,¿Qué haces? -pregunto sorprendido,sonrojoad y avergonzado.
No recibió respuesta,en lugar de eso sintió como los labios de Tsunade se posaban arriba de los suyos. Correspondió el beso y paso sus brazos alrededor del cuello de la mujer,haciendola sonreír para sus adentros.
La castaña observaba la escena sorprendida y confundida,mientras que la hokage la observaba molesta.
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