01.- Isabela.

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- ¡Isabela! Tus clases de canto ya empiezan, no debes faltar -

- Abuela, ¡Pero acabo de terminar las pinturas! Estoy muy cansada -

- Isabela, vamos -

- Si, mami -

Ahí vemos a la pobre Isabela, por las mañanas, aprender pintura, luego medio tiempo de canto para seguir con costura, y finalizar con escritura.
La niña de solo 4 años fue presionada, pues al ser la mayor entre ella, Dolores y Luisa, debía ser el "ejemplo".

Antes de obtener su don, debía encargarse de muchas cosas. Pero si algo la hacía sentirse bien, era la jardinería.

En sus ratos libres, solía jugar en el jardín con Dolores, esta ayudaba a Isabela a plantar las plantas más bonitas de todas.

Isabela quería plantar cactus, pero la abuela siempre se lo negó, ya que supuestamente eran mucho mejores las flores y la harían ver aún más perfecta.

- ¿Porque lloras, primita? - preguntó Dolores esa vez.

- La abuela me dice que solamente puedo hacer flores y nada más, y eso que siempre me pone a tomar clases de cosas que no me gustan...y mi mami dice que obedezca y ya - Isa tapaba su rostro lleno de lágrimas.

- A veces la abuela es muy estricta contigo, y eso no me gusta para nada - dijo Dolores cruzando los brazos enojada.

Bruno salía al jardín a tomar aire, encontrando a sus niñas ahí. El corrió rápido hacia sus sobrinas y se agachó.

- Isa, ¿Porque lloras? ¿Te pasó algo? -

- Es que lo que pasa es que está cansada -

- Si, tío...estoy muy cansada y ya no quiero...quiero tener mi don rápido para ya no tener tareas tan pesadas -

Bruno abrazó a Isabela, Alma era demasiado estricta, creía que mientras no tuvieran Dom debían saber muchas otras cosas.

- Miren, su abuela está mal a dejarles tanto que hacer, son solo unas niñas, deben disfrutar su infancia...les voy a contar un pequeño secreto, que no deben de decir nunca - las pequeñas se sentaron y pusieron atención.

- Su abuela a mí me decía que era un inútil, pero al contrario, ni siquiera me hacía caso...llegaba a castigarme por no poder ayudar...pero, ¿Saben? Yo amo escribir y dibujar, y algo que también tengo, es que quiero mucho, mucho a mi mamá...a pesar de tratarme como lo ha hecho y lo sigue haciendo. -

Isabela y Dolores se miraron, entendían a Bruno.

- Es más...para que no piensen en ello, cada luna llena....- pensó Bruno, esto no podía quedarse así, Julieta y Pepa eran totalmente guiadas por las órdenes de Alma, creían que por ser su madre debían obedecer en todo.

Ahí se le ocurrió una gran idea a Bruno.

- Cada luna llena, vayan a mi habitación, para mostrarles algo hermoso...Isa, hoy es luna llena, es tu turno, la siguiente será Dolores, y las que siguen serán ambas, ¿Ok? -

- ¡Siii! - las niñas se levantaron brincando emocionadas.

Bruno les tenía una gran sorpresa.

•••

Esa noche, cuando todos estaban dormidos, Isabela salió de su habitación en completo silencio. No sabía que le esperaba, Julieta siempre le había dicho que no se apegara tanto a Bruno debido a que era algo extraño.

Ignorando lo que decían, tocó la puerta.

La perilla giró y abrió Bruno, quien la recibió con un abrazo.

- Listo tío, ¿Qué es la sorpresa? -

- Ya verás, pequeña florecita -

Se dirigieron a dónde Bruno hacia sus predicciones, este preparó el espacio.

- Toma mis manos, y visualiza algo bonito, lo que más quieres en el mundo - Isabela entonces lo pensó muy bien, y le susurró a Bruno.

Este entonces cerró sus ojos y la arena comenzó a flotar con los hermosos destellos verdes.

Bruno abrió sus ahora brillantes ojos verdes, y la magia comenzó.

Habían muchas flores alrededor, incluso cactus, estas flotaban sobre todo el cuarto.

- ¡Tío Bruno! ¡Es justo lo que quería ver! - Isabela comenzó a correr entre las flores y a saltar. Bruno sonrió victorioso.

Bruno había practicado mucho tiempo un truco con sus visiones, intentar hacerlas, pero en lugar de mostrar el futuro, mostraba figuras, paisajes y objetos formados por los destellos de color esmeralda. La fase lunar era también de suma importancia, ya que la luna llena es cuando la magia es más fuerte de lo común.

Isabela se sintió muy bien, olvidó todo lo que la abuela le pedía, que Julieta le dijera que debía seguir lo que Alma decía. Simplemente lo malo desapareció.

La niña entonces corrió a abrazar a su tío.

- ¡Gracias tío Bruno, te quiero muchísimo! - Bruno estaba tan satisfecho, su plan funcionaba, hacer que sus sobrinos pasen al menos una noche lejos de sus presiones y que miren lo que más los hace estar bien.

- Todo por ustedes... recuerda que los adultos nunca deben saber de esto, dirán que les meto ideas -

Isabela asintió.

•••

Isabela los siguientes días se mostraba alegre, se cansaba aún, pero sabía que al menos en unas semanas volvería a ver esas ilusiones tan hermosas.

- ¡Dolores, fue lo mejor! No te diré lo que pasa, pero será hermoso - le contaba Isabela a Dolores, esta esperaba la siguiente luna llena, y Bruno igual, para mejorar su nuevo truco de magia.

Vengan pequeños // Encanto Fanfic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora