05.- Mirabel.

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Desde que nació, Bruno sabía que esa niña era especial y que en ella traía una energía muy distinta. Era casi como su hija.

El día en que Julieta y Agustín llegaron con Mirabel, Bruno fue el primero que cargó a la bebé.
Mirabel no dejaba de llorar, cuando Bruno la tuvo en brazos, la acariciaba y calmaba.

- ¡Hola bebé! Soy tu tío Bruno - Mirabel dejó el llanto y rió al ver a Bruno. La familia sonrió al ver cómo Bruno parecía haber logrado que Mirabel riera por primera vez.

Conforme pasaba el tiempo, Julieta estaba muy ocupada preparando comida, al parecer habían más personas en el pueblo que las que habían cuando tuvo a Isa y Luisa, no había mucho tiempo para cuidar a Mirabel, lo mismo para Agustín, tenía bastante trabajo, por lo que llegaron a un acuerdo con Bruno de cuidarla.

Bruno hizo el trabajo de un segundo padre, Julieta y Agustín estaban más que agradecidos con el.
Mirabel era muy obediente y quieta, algo que a Bruno le acomodó mejor, incluso aprendía bastante rápido.

- Vamos Mirabel, ¿qué dice aquí? - Bruno había tomado la tarde para enseñar a su sobrina a leer, Bruno tenía mucha paciencia y nunca llegaba a presionar a la pequeña.

- Ma...ri...po-sa - leyó Mirabel.

- ¡Muy bien! - dijo Bruno con un tono chillón, cargó a Mirabel y la abrazó. - ¡Te ganaste un helado!

Mirabel festejó, Bruno la llevó cargando al pueblo a comprarle su helado y a llevarla al lago que quedaba cerca.
Al caminar, la pequeña le contaba lo que hacía con sus hermanas y primos, lo que soñaba y sus cuentos favoritos, el mayor escuchaba con atención. La gente lo miraba raro, incluso habían miradas de total disgusto.
"Trae una niña", "de seguro la quiere lastimar", "maldito enfermo". Cualquier cosa que hiciera lo criticaban, agradeció que Mirabel seguía hablando para que no escuchara los comentarios de la gente.
Llegando al lago, ambos se quitaron los zapatos y metieron sus pies al agua.

- ¿No es hermoso? - Bruno se extendió en el paso, sintiendo la naturaleza - que nadie te moleste, que no te juzguen...descansar simplemente -.

- ¿Porqué la gente es mala contigo? -

- A las personas raras de la familia... a veces nos hacen mala fama - esa frase marcó un poco a Mirabel.

- Siempre te hacen sentir mal, te ven feo y te dicen cosas feas, eres el mejor tío del mundo - Bruno le acarició el hombro mientras seguía acostado.

- Debes agradecer mucho, pequeñita, que tienes aun a tus papás y que tienes una familia que te ama. Yo nunca conocí a mi papá, y digamos que tu abuela no me crió tan bien -.

- Tienes una casita muy grande y bonita, incluso mágica, ¿porqué no te cuidó? -

- Tener todo no quiere decir que seas felíz, yo estoy bien ahora que los tengo a ustedes...por eso les cree la noche encantada, para que se distraigan de todo lo malo -.

- Tío Bruno, ¿y porque yo voy hasta en noches que no son de luna llena -

- Eres especial, Mirabel Madrigal...desde que naciste, sentí tu vibra y que eras distinta al resto. Por eso, tu vas casi siempre conmigo, eres como yo - se levantó y recogió un mechón del rostro de Mirabel.

Mirabel entonces levantó su falda un poco y se metió al agua.

- ¡Mirabel! ¡Nos van a regañar de que te mojaste! - dijo Bruno preocupado sin levantar la voz.

- ¡Al agua pato! - Mirabel jaló a Bruno al agua tirándolo. Bruno al levantarse, tenía el cabello empapado sobre su cara. Su sobrina comenzó a reír.

- No me puedo enojar contigo - Bruno dijo y también comenzó a reír. Los dos se echaban agua con las manos.
Se salieron al pasto bajo el sol para secarse un poco. Al anochecer se retiraron

- ¡Hoy quiero ver agua y flores como hoy! - tomaba la mano de su tío con ambas manitas.

- Todo lo que tu quieras, nena -.

Mirabel llegó corriendo a saludar a sus papás, quienes regresaban cansados. Julieta les preparó la cena a toda la familia. Comían todos y platicaban, esa noche nadie parecía estar enojado o obsesionado con el control en el caso de Alma. Camilo abrazaba a Bruno y Mirabel jugaba con su cabello. Eran sus consentidos sin duda.

Terminando de cenar, Bruno, Agustín y Julieta fueron a arropar a Mirabel.

- Mi preciosa Mirabú, descansa y sueña bonito - Agustín dijo besando la frente de su hija.

- Descansa, cariño - Julieta hizo lo mismo. Los esposos se despidieron de Bruno. Quien espero a que todas las luces se apagaran.
Cuando esto pasó, Mirabel abrió un ojo.

- ¿listo tío Bruno? -

- Solo si tu lo estás - Mirabel brincó de la cama, casita le puso un zapato y el otro se lo puso la ratita de Bruno. Tomó su mano y caminaron hacia el lugar de siempre.

Mirabel bailaba entre la magia, Bruno le cantaba mientras la observaba y creaba otras ilusiones.

- Vamos, mi niña, yo te llevaré,
A un lugar encantado,
Descansa, mi niña, nos iremos de aquí,
A un lugar de magia y tranquilidad... -

Mirabel al tener sueño, fue con Bruno a decirle. La llevó hacia su habitación, la tapó y espero a que durmiera.

- Es nuestro secretito - Mirabel sonrió tras el comentario de su tío y cayó dormida.

Vengan pequeños // Encanto Fanfic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora