Probablemente corrieron como nunca lo habían hecho antes en su vida, cuidándose entre sí para evitar respirar el humo a medida que se adentraban en la ciudad.
Por lo visto Jez se preocupaba mucho por los menores, incluso se ofreció a cargarlos en su espalda si en algún momento se llegaban a sentir mareados o muy cansados. Parecía su hermana mayor, de esas que hasta se creen tu madre cuando ella está ausente.
En dado momento, la señal telefónica dejó de funcionar, por lo que ya no pudieron comunicarse con los otros dos a pesar de tantos intentos. Atsushi comenzó a desesperarse, digo, las personas comunes no están muy preparadas para un atentado terrorista o lo que haya sido eso.
Ninguno se separó de nadie jamás, juntitos y apoyándose mutuamente para lograr llegar a salvo al hospital donde se supone que estarían Dazai y Akutagawa. Pero no había rastro de ellos, sólo personas que también se estaban refugiándose en ese lugar debido a lo tenebroso que era salir al exterior.
Un chico rubio llamado Kunikida era muy bueno ayudando a mantener la calma en el sitio, con ayuda de Yosano y el detective Edogawa que seguía ahí por alguna razón, consiguieron encender un generador de electricidad para que el científico loco adentro de su laboratorio pudiera crear un dispensador de humo a pesar de no tener las cosas necesarias.
- ¡Chuuya!- Le gritó una mujer a lo lejos, acompañada de varios oficiales de policía - ¡Cariño, por aquí!
Atsushi se quedó ayudando con un par de cosas extras para las personas refugiadas, Jez tuvo que irse a resolver un problema de seguridad en la Torre del Reloj, una de los más grandes atracciones en la ciudad, mientras que él fue casi obligado a hacerse otro examen médico debido a la preocupación de su hermana.
No tardaron demasiado, pero si lo suficiente para ponerlo de los nervios. No era alguien de hospitales ni mucho menos alguien con tanta paciencia como para pensar razonablemente ante la continua duda de Dazai y Akutagawa.
- ¿¡Qué están dónde!?- Gritó incrédulo en cuanto pudo recuperar algo de señal en su teléfono - ¡Dazai, dime dónde mierda están exactamente!
- Digamos que no va a gustarte la pequeña noticia de nuestro secuestro y el de los líderes de la ADA y la PM- Contestó con diversión, todo lo contrario a lo que una persona normal sentiría cuando es tomada como rehén
- ¿¡Y quién carajos los secuestró!?- Volvió a preguntar, pero de inmediato cambió la pregunta - No, mejor dime ¿todos se encuentran bien? ¿No tienen heridas graves o algo por el estilo?
- Nada de nada, sólo que nos dejaron solos como por unos treinta minutos y ahí fue cuando el vómito vaporizado apareció por toda la ciudad- Chuuya casi juraba que detrás del celular estaba sonriendo como imbécil
- De acuerdo... ¿tienes algo en mente o llamó a la caballería?
- Puedo escaparme en cualquier momento, pero el problema serían los viejos amargados que quedaron inconscientes hace rato
- ¡Eso deberías decirlo desde el maldito inicio!
- No grites o podrían escucharte, Chuuya~
El pelirrojo suspiró con pesadez, al menos Kouyou había llegado a tiempo para poder rastrear la llamada y así dar con ellos. Luego le entraron ganas de pegarse un tiro al darse cuenta de la ubicación, la jodida Torre del Reloj.
Ranpo quedó como encargado de la operación, viéndose obligado a hacer algo de esfuerzo por averiguar a qué se enfrentaban a continuación. Para él fue pan comido, para el resto de los simples mortales en la habitación vendría siendo una misión suicida.
. . .
Finalmente habían llegado, se encontraban justo al frente de la gran y pesada puerta de madera con algunas partes oxidadas que hacían de soporte y bisagras. Chuuya iba un poco atrás, con la orden de usar sus habilidades físicas en situaciones de peligro propias o de los demás.

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Confianza // SKK
FanfictionPara proteger al mundo de la devastación, para unir a los pueblos dentro de nuestra nación, para denunciar los males de la verdad y el amor, para extender nuestro reino hasta las estrellas. Dazai y sus grandes sueños se harían realidad algún día. =...