✘V E I N T I U N O✘

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"No me entiendes. No lo esperas. No eres capaz de hacerlo. Estoy más allá de tu experiencia."

Richard Ramírez

Kyan

La herida que me dejó Luana en la pierna, me impide moverme en mi moto o manejar en el auto hacia cualquier lugar. Por lo que me veo obligado a tomar un taxi, cosa que odio. Si no fuera porque necesito hablar con mi padre, me quedaría en casa escogiendo a mi próxima víctima.

Mi cabeza no deja de repetir lo que sucedió en aquel elevador.

A pesar de que fui yo quién inició todo, no salió como esperaba. Llevaba tiempo queriendo volver a besar a Leah, desde que la vi en aquel callejón tuve que hacer un gran esfuerzo para no mirar sus labios. Pero al final caí y la besé. Perdí el control de mí mismo, de mis principios. Hice cosas que nunca había hecho, no por voluntad propia.

Pero ella no era Leah, era Luana. Y aunque llevaran el mismo rostro, todo se sentía diferente a su lado.

Luana es una asesina, eso está claro. No obstante hay algo que aún no me queda claro. Luego de lo sucedido en aquel callejón y que su víctima haya tenido grabada en la frente la palabra "maltratador", me he quedado con la duda de si Luana matará a escorias como lo hago yo.

De igual forma, no tengo tiempo para hacerme preguntas estúpidas.

—No pensé que vinieras hoy. —declara mi padre, sentado detrás de su escritorio.

Con mis manos introducidas en los bolsillos del suéter, me acerco a él.

—¿Cómo vas con Leah? —levanto la vista.

—Podría haberte dicho los avances por teléfono. No tenías que haber venido.

—Ya estoy aquí. —declaro encogiéndome de hombros.

Mi padre se quita los lentes y los coloca sobre la mesa para luego contestarme.

—Luana no ha querido aparecer más. Se está resistiendo a mi intervención en sus pensamientos. —inquiere con los dedos cruzados frente a él y los codos recostados en la mesa.

—¿Has descubierto algo más sobre el pasado de Leah?

Esta vez mi padre se levanta y camina hacia dónde me encuentro con los brazos cruzados.

—Eso no te lo puedo decir.

—¿Por qué razón? —cuestiono con el ceño fruncido.

—Es un secreto que me confió mi paciente. No puedo compatirlo con nadie más. —responde— Ni contigo, aunque seas mi hijo.

—¡Venga ya! —vocifero incrédulo— Yo fui quién la traje hasta ti. Ya me has contado bastante, ¿por qué esto no me lo quieres decir?

—Porque mi ética no me lo permite.

Dejo escapar una carcajada.

—¿Tu ética no te permite contarme lo que te ha dicho Leah, pero sí faltar a la boda de tu hija? —exclamo con toda la intensión del mundo de echarle en cara sus acciones.— Porque no piensas ir, ¿verdad?

—No. —confiesa sin una pizca de arrepentimiento en su rostro.

—Nikolina te quiere allí. Lo sabes, ¿verdad? —declaro, intentando convencerlo por mi hermana, sé que ella no estará completa si él no va a la boda.

—Ese no es mi problema.

—Es la boda de tu hija. —insisto— Creo que sí es tu problema.

—Ella sabe que la decisión que tomó no es de mi agrado. No tengo porque ir a un evento al que no me apetece.

Control: un cuerpo, dos almas©️ [Killer #0]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora