Control: un cuerpo, dos almas©️ [Killer #0]

✘T R E I N T A✘

"Lo más hiriente de cualquier traición es que nunca es un enemigo quien la firma."

Roberto Martinez Guzmán

NIKOLINA
Narrador omnisciente

De vuelta a casa, Nikol se pasó todo el camino dándole vueltas en su cabeza a lo que había sucedido en casa de la chica que le interesaba a su hermano. Leah no había resultado ser lo que ella se esperaba. Había sido borde con ella, era poco sociable, sus ojos no habían brillado cuando mencionó a Kyan. Había sido una completa decepción.

No obstante, eso no había sido lo que más le sorprendió. Estaba esa chica, Alexa, la amiga de Leah. La forma en que su rostro se distorsionó al ver la invitación de la boda, no salía de su cabeza.

Nikolina sabía identificar el rostro de una persona con el corazón roto, y el de esa chica estaba echo pedazos. E intuía que el suyo lo iba a estar en unos segundos.

—¡Zack! —exclamó al entrar en su casa y dejar el bolso en el mueble al lado de la puerta.

—Ya estás de vuelta. —masculló el rubio, bloqueando su teléfono móvil y guardándolo en el bolsillo

La chica se cruzó de brazos deteniéndose a una distancia prudente de él. Tenía un nudo en la garganta que le impedía hablar. Él notó la forma en que ella le miraba.

—¿Qué pasó? —fue lo que dijo cuando tomó conciencia de que algo malo había sucedido.

—Acabo de regresar de casa de Leah. —habló por fin Nikol. El corazón de Zack se detuvo— Fui con la intención de invitarla a la boda porque era la chica que le interesaba a mi hermano. Incluso invité a su amiga para que no se sintiera sola. Pero lo único que recibí fue hostilidad de su parte.

Silencio. El hombre no habló. Sabía que la chica no había acabado.

—¿Sabes por qué?

Claro que lo sabía.

—Porque mi prometido —inquirió, remarcando el pronombre y señalándose— también era la pareja de su amiga, ¿no es cierto?

Zack podía negarlo, tenía la oportunidad de arreglarlo todo. Nikol quería que lo hiciera, que todo fuera una mentira maquinada por su cerebro. Pero él no lo hizo.

—Lo siento. —la chica cerró los ojos, conteniendo las lágrimas.

—¿Lo sientes? ¿Qué es lo que sientes?

—Siento que te hayas enterado de esta forma. Debí haberte sido sincero desde el principio. —declaró Zack con un tono de voz suave. A él también le dolía.

—Zack, dime la verdad. —ella lo miró a los ojos y no apartó la mirada— ¿La quieres?

—No. —Nikol soltó el aire contenido, pero la tranquilidad solo duró unos segundos— La amo.

En ese momento fue que Nikolina se dio cuenta de que lo que creía que había sido una historia preciosa de amor verdadero, solo residía en su pensamiento: dos amigos que se conocen de pequeños, crecen juntos, se enamoran, sus familias los comprometen y ellos no pueden estar más felices.

En los ojos de su prometido, ella pudo ver que no la miraba de la misma forma que ella lo miraba a él.

¿Cómo pudo haber estado tan ciega?— se preguntaba ella.

Sus ojos se cristalizaron.

—Debiste decírmelo. —sollozó, llevándose las manos al rostro. No quería que él la viera llorar de esa forma. Él se acercó a ella y sostuvo sus mejillas.