Capítulo 12

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                      La confesión.
Drue.

Verlo dormir es como estar mirando al mismo Miguel Angel, la respiración serena, el pecho descubierto al igual que todo su cuerpo, dormido es todo lo contrario a su cara cuando está despierto, ya no está esa expresión de superioridad ni esa sonrisa maliciosa.

Me acuesto de frente a el, acaricio su mejilla e inmediatamente una sensación de seguridad y tranquilidad me abarca, acerco la nariz y la hundo a su cabello, huele a almendra con chocolate.

Depósito un beso en su frente, atesorandolo como si fuese mio, viviendo este pequeño momento a su lado.

–¿Que  has echo para enamorarme tanto Luke Morgan?

Sus ojos se abren de golpe sobresaltandome, su mano se aferra a la mía y la aparta de su rostro, se levanta rápido, como si lo hubiesen llamado dándole una mala noticia.

Coge los pantalones y el bóxer vistiendose, no me mira, no me dice nada, solo se viste.

–¿Pasa algo?

Me levanto parandome a su lado, viendo como termina de abotonarse la camisa.

–No, solo me tengo que ir.

¡DIOS! Este chico me va a volver loca con sus cambios repentinos de humor.

–Luke si te pasa algo. —me le planto delante.

–¡Qué no joder!

Me alza la voz y doy un respingo retrocediendo, los nervios se me ponen de puntas.

–Ves, si te pasa, Luke la verdad no te entiendo.

Me coloco las manos en la cintura caminando hacia el.

–Vienes a mi casa, a las cinco de la mañana, borracho, me tocas, me das un orgasmo y luego te enoja.

Me mira por un momento antes de inclinarse a ponerse los zapatos.

–No estoy para tu drama.

–PERDONA —alzo las manos y las sacudo al rededor de mi cara. –Pero hasta hace un momento no tenia ningún drama, lo que pasa es que... Es que, no te entiendo.

–No tienes porque hacerlo. —vuelca los ojos. –Haces un drama solo porque me voy.

–Porque hasta hace un momento estábamos bien. —digo lo obvio y se levanta de la cama.

–Justamente por esto me voy Drue. —lo miro sin comprender. –No quiero involucrarme contigo más halla del sexo.

Lo miro disimulando la mala sensación que me causan sus palabras..

–Haber Drue. —se frota la cara con ambas manos. –No quiero una relación, no quiero involucrarme sentimentalmente con nadie, tu me caes bien y no quiero que te hagas ilusiones y termines lastimada.

Me quedo callada procesando, le caigo bien, es decir que no le atraigo ni un poco, solo es diversión y que le caigo bien.

Ante mi silencio Luke continúa.

–No quiero que te hagas ilusiones porque nunca va a pasar algo entre nosotros más allá que simple diversión o sexo si es que te decides a llegar más lejos conmigo, pero nada más que eso, no busco una relación, quiero que eso te quede claro.

–Entiendo.

Me aclaro la garganta disimulando el nudo que se forma dificultandome hablar, Lara me lo advirtió, me dijo que esto dolería, que Luke me iba a romper el corazón porque es un amor no correspondido, pero aun así no pude evitar ilusionarme, aun así no puedo evitar estremecerme ante su tacto, me pierdo cuando lo tengo cerca pero antes de que pase a peores debo actuar, porque aunque parte del amor y de la ley de la vida sea sufrir, no soy masoquita como para lanzarme unas mil veces al vacío para terminar lastimada.

–Si estas de acuerdo con eso pues entonces no habrá ningún problema, ¿que dices?

Paso saliva mojandome los labios, conteniendo las lágrimas que están a punto de salir.

–Que te alejes de mi.

Su cara muestra confusión.

–¿Cómo?

–Digo que te alejes de mi y no me vuelvas a buscar nunca más, ni para divertirnos ni para nada más.

La cara de Luke se contrae en confusión y miles de cosas que no comprendo con exactitud, pero no me importa, dejo escapar las lágrimas que contenía, el labio inferior me tiembla y el me mira con tristeza, tal vez lastima, ya no me importa.

–Yo te amo, no me importa lo que vallas hacer con esta confesión, como si quieres limpiarte el culo con ella. —me sorbo la nariz. –Estoy enamorada de ti Luke Morgan, pero eso no quiere decir que voy a permitir que vengas aquí y me utilices a tu antojo para luego irte como si nada, porque la que se queda echa un mar de sensaciones y emociones soy yo, sufriendo por un imbécil que no valora nada.

Tomo aire, el no dice nada, se queda mirándome mostrando la sorpresa obvia en su rostro, si, me gusta, me encanta, lo amo, me he enamorado como una tonta pero no le voy a permitir que haga conmigo lo que quiera solo por eso.

Me atrevería a decir que lo haría todo por el aun sin siquiera conocerlo, iría al fin del mundo con el, pero jamás dejaría que me lastimara a su antojo solo porque lo amo, eso no.

–Sal de mi habitación y nunca más vuelvas, no quiero volver a verte, aléjate de mi lo más que puedas.

Me limpio las lágrimas con brusquedad, el se mantiene ahí, rígido delante de mi, sin moverse.

–No te logro entender. —suelta con la voz cargada de diversión. –El día del bosque creí que eras totalmente diferente, creí que eras lo suficientemente madura como para aceptar este juego de dos, este método de diversión sexual.

–¿Le llamas a eso madurez? —me cruzo de brazos divertida. –Madures es aceptar que la vida no sólo es un juego de rol, eres maduro cuando comprendes que el ser un mujeriego que se tira a muchas y no le ofrece nada a ninguna no te llevará a ningún lado, cuando maduras entiendes que no todo en esta vida es un juego sexual, tu interior está vacío, Luke no eres maduro, eres solo un imbécil que cree que follar y beber lo es todo en la vida.

–¿Y que es lo que quieres? No me digas, ya se, un príncipe azul que te traiga flores todos los días, te haga el amor pasionalmente y amanezca a tu lado abrazándote, eso es lo que quieres, ¿no?

–Que te dé igual lo que quiero o con lo que sueño, porque al menos yo si tengo claro mis ideales, no como tu. Ahora por favor vete.

Asiente tomando la chaqueta y la botella, lo miro desde el interior de mi habitación salir al balcón, mira hacia atrás por encima de su hombro, quiero correr y abrazarlo, quisiera que el hiciera lo mismo y me dijera que ha cambiado de opinión y que si le gusto y quiere una relación pero se que eso es soñar demasiado y tener las expectativas muy alta.

Luke se sube al balcón y da un salto cayendo enganchado de la baranda del suyo, lo veo entrar a su habitación y mirar en mi dirección mientras cierra la puerta, el corazón se me estruja y cierro mi ventana lanzandome a la cama, comprimiendo las ganas de llorar que me llegan.

Mil millas lejos de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora