Capítulo 14

5 2 0
                                    

                         Sorpresa.

Drue.

Despierto ahogando a la almohada, los recuerdos de ayer vienen a mi mente y me volteo de golpe para encontrar a Luke acostado en mi cama, está de medio lado, respira tranquilo, el pecho le sube y baja con tranquilidad, tiene un brazo por encima de los ojos y los labios ligeramente despegados.

Sonrío como tonta mordiendo la almohada, anoche después de estar un rato sentados afuera subimos a mi habitación.

El recuerdo viene a mi mente.

–Bien, ya estas a salvo en tu habitación y yo perdonado. —sonrió.

–¿Te vas?

La pregunta salió cargada de temor, no quería que se fuera, quería que se quedara a mi lado.

–Si, pero cuando cierres los ojos y te duermas.

Asentí quitandome los zapatos y metiéndome a la cama, me acosté de costado y Luke se sentó en la esquina acariciando mi cabello.

No sabia porque estaba haciendo esto, siendo tan lindo conmigo, quizás para después volver a lastimarme, pero quería vivir ese momento.

Cerré los ojos y minutos después sentí como se levantó, sus pasos sonaron por la habitación y me voltie para verlo listo a salir al balcón.

–¡Luke!

Lo llamé y volteo.

No dije nada.

Me congele.

–¿Quieres que me quede?

Preguntó y asentí despacio, su sonrisa maliciosa apareció en su cara y alcé la mano.

–Solo dormir.

–Solo dormir.

Repitió quitando sus zapatos y la camisa, me acomode y el se acostó a mi lado, pasando una mano por mi cintura, pegándome a el y así dando un beso en mi espalda nos dormimos.

Me levanto despacio y me meto al baño, el espejo me da un golpe de realidad, me veo fatal, los ojos irritados, ojeras pocos notables debajo de mis párpados, el cabello es todo un lio, huelo a frituras y ketchup.

Me meto a la ducha y enseguida el agua caliente y el jabón de vainilla me quita el olor a cafetería, salgo
envolviéndome en un albornoz y peinando mi cabello que cae mojado a cada lado de mi cara.

Salgo a la habitación y el rostro de Luke todo Inocente con las mejillas infladas por el contenido de la bolsa que tiene delante me hace sonreír.

–Buenos días.

Me acerco y me ofrece la bolsa, me siento como si acabara de dormir con mi novio.

La cama está llena de comida chatarra pero el gesto es lo que cuenta.

Hay ruffles, rosquillas, papas instantáneas, carbonara, chuches y jugos.

–Lo que encontré en tu despensa.

Sonríe dejando escapar un ruffles de su boca que atrapa y lo vuelve a ingerir.

–Has acabado con todo lo que tenia en caso de una guerra.

Río sentandome a su lado.

–¿Cómo te sientes? Anoche te veías bien cansada.

–Me siento bien.

Respondo metiendo una papa en mi boca, esto está raro, se disculpa, duerme conmigo, me trae desayuno, aunque es de mi casa y son mis confituras y ahora se preocupa por mi, esto es muuuuuy raro.

Mil millas lejos de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora