Si fuera más guapo y un poco más listo, si fuera especial, si fuera de revista, tendría el valor de cruzar el vagón y preguntarle: ¿quién eres?
Sentado en un asiento lateral del vagón, estoy viendo al alfa más guapo, listo e intimidante que haya con...
Heme aquí, en el metro. Yo, el dueño de una empresa prestigiosa, ¡subiendo al metro, me río de mí mismo!
Les contaré qué pasó...
Primeramente, me presento. Soy Mew Kirigun, tengo 29 años, originario de Tailandia, pero recido desde hace seis años en España.
Hace seis años llegué aquí porque me había asociado con algunas empresas en publicidad. Estudie en Tailandia la carrera en administracion de empresas, especialidad en publicidad. Y con la herencia de mi abuela logré asociarme con empresas de alto renombre.
Al llegar a España, mis ideas fueron aceptadas y cada día mi capital iba aumentando al grado de poder crear mi propia empresa.
Aunque somos relativamente nuevos. Nuestros artistas confían plenamente en nosotros, tanto, que incluso han alentado a otros artistas en pertenecer a nuestras filas de trabajadores y asociados.
Me ha ido muy bien. Aunque mi lobo no es muy hablador conmigo sí me da los mejores consejos que he seguido hasta ahora. Pero solo se trata de consejos importantes no vanales, tales como: si cambio o no el aceite de un coche, o me cepillo los dientes o no, si compro o no una casa, etc.
Esos asuntos son meramente mi responsabilidad, no la de él. Y aunque quisiera tener un amigo así. Tal como me cuenta mi mejor amigo que es su lobo con él, aún así, yo sé que Tharn nunca me dejaría a la deriva si lo necesito.
Pero ¿por qué estoy en una estación del metro, teniendo mi propio automóvil y chófer?
Pues bien, ayer miércoles, escuché un sonido raro en mi auto pero no le tomé importancia. Hoy me levanté temprano –como siempre– desayuné, me despedí de Nana y me fui rumbo a mi oficina. No hubo ningún problema, el auto arrancó como debía de ser y lo estacioné en el estacionamiento de mi empresa Kirigun's S.A. de C.V. Subí a mi oficina y todo marchaba perfecto, firmamos varios contratos con empresas muy prestigiosas y con artistas locales e internacionales.
Como les dije anteriormente, mi empresa se dedica a la publicidad de artistas, tanto actores como cantantes. Aunque, para ser honesto, la mayoría son cantantes y músicos de renombre. Amo la música. Me hubiera gustado tanto estudiar artes y estar más de lleno en la música. Pero no se pudo, lo que me consuela es que sigo trabajando con ella.
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—¿Te vas a ir en tu auto? —me pregunta mi subdirector y mejor amigo, Tul.
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