A Wanda le gustan las sitcoms de cualquier época, podría pasar horas y horas viendo capítulos a lazar.
A Wanda también le gusta Natasha, incluso si no la ha vuelto a ver desde que se despidieron en Vormir.
[WANDANAT fanfiction]
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El médico confirmó lo obvio, Wanda Maximoff estaba embarazada.
— Me alegro de que me pillaran a tiempo, esta tarde me voy con mi mujer de vacaciones. —el doctor dijo despidiéndose. Wanda no parecía preocupada, Natasha si lo estaba. En menos de 12 horas, Wanda ya estaba de cuatro meses, podría dar a luz en cualquier momento, ya que el embarazo era igual de común que ellas.
— Detka voy a tomar el aire. —avisó, ya en la puerta.
— ¿Estás bien? —Wanda corrió desde la cocina hasta ella.
— Wands, estoy bien, mejor que nunca. Solo quiero un poco de aire. —le aclaró la pelirroja de cabello corto.
— ¿Quieres que vaya contigo?
— Mejor que no, amor. La gente hablará si te ve con esa barriga. —y la verdad es que a Natasha no le importaba, pero sabía lo importante que estaba siendo la reputación para su mujer últimamente.
— ¡Oye! ¿Qué barriga? No se me nota casi. —fingió indignación, sabiendo que estaba diciendo una mentira. Esa misma mañana se había quedado admirando el bulto en su vientre durante un buen rato.
— Bueno, es del tamaño de un pomelo. —con sus manos hizo un círculo pequeño, burlándose sobre cómo el médico había comparado el tamaño del feto durante los meses de embarazo con frutas.— ¿Verdad que tengo razón, pequeño pomelito? —se agachó hasta estar a la altura del feto que se estaba gestando dentro de su amada.
— Romanoff, no llames a nuestro hijo así. —le advirtió con humor, por dentro muriendo de amor por las actitudes de su mujer.
— Te quiero, pomelito. —le besó el vientre y se volvió a levantar.— Y a tu mamá gruñona también. —posó sus labios en la nariz de Wanda.
Al salir a la entrada se encontró con Herb cortando las plantas de su parcela.
— ¡Hola Natasha! —el vecino le dijo nada más verla.
— Buenos días. —le sonrió la mujer, saludando con la cabeza.
Vio a Geraldine dirigirse hacía ella y la miró feliz.
