Robin IV

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2. You drew stars around my scars but now I’m bleedin’.

Jules llegó al apartamento que compartía con Dick y lanzó las llaves sobre la pequeña mesa a un lado de la puerta antes de quitarse sus zapatos y dejarse caer en el sofá de su sala/comedor.

Quizás ya ni siquiera debía considerar el apartamento como su hogar con Dick, considerando que su novio estaba, bueno, que no estaba con ella.

La mujer negó con la cabeza como si aquello pudiera sacudir los malos pensamientos que estaban tomando forma allí. Nightwing muerto, una casa vacía, un futuro que jamás se concretaría, viajes que jamás harían, una familia que había perdido a un hijo y hermano–

Un sonido en la cocina llamó la atención de la vigilante y en dos segundos estaba de pie, tomando un escrima stick que permanecía escondido en la parte de abajo de la mesa de centro. El arma había pertenecido a su novio y ella no tenía el valor para cambiarla o quitarla de allí.

Con pasos sigilosos y lentos, la mujer se acercó a la división entre la sala y la cocina. Arma lista para encender y si era necesario electrocutar al intruso.

Intruso que al parecer estaba revolviendo su refrigerador. Huh. Esperen–

—¿Damian? —llamó la mujer. El pequeño gremlin no se inmutó en lo más mínimo, pero era él. El cabello en puntas, estatura baja y espalda tan rígida como una pared. Demonios, ese niño no aparentaba jamás sus 13 años.

—Es repugnante tu falta de higiene, Carter —dijo el niño, cerrando el refrigerador y girándose para verla de frente. Bueno, Jules sabía que tenía razón pero estaba de luto, llorando al amor de su vida. Discúlpenla si no tenía tiempo de limpiar su refri o tirar a la basura comida que estaba allí hace semanas.

—Bueno, no recuerdo llamarte para que limpiaras el moho en mi refri. ¿Qué haces aquí, Damian? ¿Sabe tu padre que estás en Blüdhaven?

El niño hizo un gesto ofendido y se cruzó de brazos.

—Padre sabe que debía chequear que no destruyeras este lugar —algo en ese comentario no olía bien pero Jules lo dejó pasar, quizás era el refri y la comida descompuesta.

—Claro. Ok, considera el lugar aún de pie, no destruido y prometo limpiar el moho —sarcasmo bañaba cada palabra que dejaba su boca, se giró para regresar a su sofá y dormir unas horas antes de tener que patrullar las calles en la noche. Blüdhaven estaba lanzando todo lo que tenía contra ella, una semana más así y Jules no sabía si sobreviviría.

Lo siento, Dick, pensó la joven.

No oyó los pasos pero sintió a Damian moverse detrás de ella. Cuando se sentó en el sofá y le lanzó una mirada apreciativa, pudo ver un deje de incertidumbre y casi tristeza en esos ojos verdes. Sabía que el regresar a la vida y encontrarse con que su hermano mayor estaba muerto y que no tenía una segunda oportunidad como él era algo que corroía partes del niño cada día desde su resucitación. Pero aquello era algo con lo que no podía ayudarlo, sonaba egoísta y horrendo aunque fuera un pensamiento que no pensaba decir en voz alta jamás, pero era la verdad. No podía ayudar a la familia Wayne en esto, por eso había decidido escapar a Blüdhaven. Aquí podría mantener la ciudad de Dick de pie mientras buscaba qué demonios hacer con su vida, y mientras encontraba un nuevo propósito. Eso si la ciudad no la mataba antes.

—Gracias por la visita sorpresa, Damian —despidió al niño sin usar muchas palabras y encendió la TV para que hubiera algo de sonido que la distrajera de sus pensamientos tan ruidosos. Era algo que había resultado ser útil en el pasado.

Tt —Damian tomó asiento a su lado. Su cuerpo tan tenso como las cuerdas de un violín y brazos cruzados sobre su pecho con fuerza.

Huh.

two birds on a wire [dick grayson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora