Capítulo 6

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Los días habían pasado realmente rápido para los Kawata, mas Souya que se había metido de lleno en su laboratorio tratando de encontrar la solución a su propio problema mientras que Nahoya se divertía con las misiones que le mandaba Ran que podría ser un vampiro asqueroso y depravado, pero le gustaba cada vez que lo felicitaba por su trabajo como a un perro cuando terminaba de hacer un truco bien hecho y siempre volvía a decir que si para cuando tenía una nueva misión para él. Sin embargo no era todo bonito para Souya que aun con todas las investigaciones exhaustivas que había hecho, los experimentos a altas horas de la noche y que hasta se había dejado morder (más de una vez) por Rindou de una forma que hasta para él le pareció demasiado romántica e innecesariamente con una tensión sexual en el aire para conseguir siquiera acercarse a la solución que lo había llevado a hacer este tipo de cosas.
¿Cómo se había dejado morder? Pues luego de aquella vez en la que Nahoya había llegado e interrumpido ese pequeño momento habían hablado entre los hermanos y a pesar de eso Souya no le iba a dar la razón a su hermano a lo que una vez cerciorándose de que él no los interrumpiera nuevamente al día siguiente se atrevió a insistirle a Rindou de que lo mordiese en uno de sus encuentros posteriores a aquel suceso; pero ¿Cuál era la idea detrás de esto? Souya creía que su sangre infectada en conjunto con la sangre de Rindou pura podría hacer una reacción nueva, una combinación que él podría aprovechar a revisar bajo el microscopio y de allí sacar conclusiones o mas hipótesis. Rindou no se negó, estaba feliz y emocionado tanto que había hecho de ese momento algo bonito y tranquilo hasta con un masaje incluido de su parte para calmarlo, habían hablado un poco cada uno del tema de las almas gemelas, aunque siempre Souya lo detenía cuando hablaba sobre que ÉL era su alma gemela, no podía entender porque esa fijación por él realmente y por esa razón le prohibía hablar mencionando algo sobre él. Finalmente el momento se había dado nuevamente, Rindou había corrido el cabello de Souya a un costado con delicadeza y besó su cuello con cariño, sintiendo como la sangre corría por las venas del humano circulando con rapidez producto que había aumentado la frecuencia cardíaca del muchacho, cerrando sus ojos y oliendo la piel del contrario con placer, pasó su lengua humedeciendo la piel con cuidado de no pasar sus colmillos donde no debía y se atrevió a llevar su otra mano libre a la barbilla de Souya para llevarla al lado contrario de donde tomaría la sangre cosa que nada se le interpusiera; Souya pronto sintió los colmillos del vampiro sobre su piel, emitió un pequeño quejido que enseguida sofocó colocando una mano sobre su boca para aguantársela a la vez que cerraba sus ojos y es que la primera vez que le mordieron fue tremendamente dolorosa pero esta vez realmente parecía más bien un pinchazo pequeño y después sintió como su sangre era succionada por Rindou, una sensación de placer inexplicable surgió de su cuerpo calentándolo de golpe y haciéndolo sentir extraño, de la punta de sus pies hasta los cabellos enrulados azules. Por su parte Rindou estaba siendo cuidadoso, lo más que podía succionando lentamente y pasando su lengua por entre medio de sus colmillos clavados para que la secreción de saliva hiciera lo suyo que era cerrar los agujeros haciéndolos los más diminutos posibles y bebiendo hasta hartarse, cerrando sus ojos aprovechando el momento, acariciando dulcemente su barbilla con la intención de tranquilizarle por si de un momento a otro decidía separarse de él bruscamente asustado. No hubo necesidad al cabo asi que soltó su barbilla de golpe asi como de a poco fue sacando sus colmillos sin dejar de pasar su lengua para que todo se sellara más rápido que de costumbre, ya que la saliva era un poderoso remedio para cicatrizar el cuerpo y antes de separarse de Souya dejó varios besos sobre su cuello que solo hicieron poner más colorado al cazador de lo que ya estaba con toda esta situación, cuando sintió que ya había acabado su trabajo Rindou dejó que el cabello azulado volviera a cubrir el cuello del gemelo y le sonrió para pasar su lengua por sus labios, aun había un pequeño rastro de sangre sobre ellos y no estaba queriendo desperdiciar nada de su sangre.
Después de esa primera vez experimentando no era nada raro entre ambos que terminaran en esa extraña situación, aunque los dos tuvieran una versión diferente de los hechos. Para Souya era meramente científico y para sus experimentos específicamente, para Rindou era tener un lazo emocional que crecía cada vez más con el tiempo que pasaba a su lado.
Rindou solía dar vueltas por la habitación, no solo descansando en la cama si no que le ayudaba a alcanzarle objetos que el cazador necesitaba, ofrecía un pensamiento o simplemente le contaba lo que había hecho en la noche anterior o también le decía lo que quería hacer en el momento como ahora que tenía sueño pues quería dormir, pero que estaba aquí con él porque cumplía su parte del trato, de hecho Souya solía primero o pedirle sangre o que lo mordiese y luego lo dejaba dormir si quería pues no quería agotarlo de mas sin embargo Rindou siempre hacia todo lo posible para mantenerse despierto a pesar del cansancio que llevaba en el cuerpo porque a pesar de estar muy cansado siempre quería estar a su lado, le gustaba escucharle hablar de sus aficiones y compartir tiempo con él. A todo esto las investigaciones de Souya no estaban dando resultados certeros, tal vez Souya no estaba encontrando sus respuestas a su problema como quería pero encontraba otras cosas interesantes que terminaba anotando en su libreta puesto que mas tarde le serviría para mostrarle sus hallazgos a su hermano, a Baji, Matsuno e incluso a Mitsuya que seguro estarían mas que feliz de descubrir nueva información relevante para matar vampiros puros, Rindou ni siquiera se daba cuenta de eso (o tal vez si y lo dejaba pasar por su bien) porque estaba más concentrado en estar a su lado dándole ideas de nuevo o simplemente estar con él hablando de cualquier cosa, se había fascinado tanto con Souya que había estado en su casa, en la biblioteca de planta baja leyendo sobre el comportamiento humano ya que hasta ese momento para él los humanos solo eran alimentos andantes y nada más, no sabía mas que eso, pero esta situación cambiaba todo su panorama, debía saber cómo contentar a Souya y cómo hablarle pues sus intereses vampíricos no parecían de ser de interés al pequeño cazador, debía saber que podía llamarle la atención a Souya si no quería que siguieran esos silencios y largos minutos en la que él se quedaba mirando el techo mohoso de la habitación sobre la cama, estaba decidido a querer pasar a ser alguien importante para Souya sea el costo que sea, aun si debía dejar su orgullo de vampiro de lado por él.
Dos semanas y media habían pasado desde que a Souya le habían mordido y ninguna señal de mejoría de su parte había ocurrido si no todo lo contario que cada día empeoraba más, no solo Nahoya lo notaba cuando le entregaba su medicina que ya estaba perdiendo su efecto si no que Ran y Rindou que hasta el momento nunca habían presenciado un cambio lento de transformación en un humano. Siempre habían visto las transformaciones instantáneas o de pocos días por lo que esto les podía maravillar ver cómo cada tanto le crecían los colmillos a Souya al ver comida que le gustase o como a veces tenía arranques de locura que se le quitaban luego de minutos dejando a Souya confundido, nervioso y angustiado, y sin bien a Rindou le emocionaba que fuera un vampiro como él y que deseaba que le pidiera que le mordiese para completar la transformación sentía el rechazo del humano a hacerlo cuando él se lo sugería vez tras vez, era muy insistente en ocasiones. Le dolía saber que Souya era reacio a la idea de convertirse en un vampiro, en más podría ser un vampiro de clase media ni siquiera sería un vástago como él ser que lo mordió puesto que Rindou era un vampiro puro y su sangre lo podría hacer un vampiro completo excepto por la sangre pura, pero sería un vampiro que no recibiría órdenes de nadie, Ran solía consolarle y explicarle sobre los vínculos humanos, parecía una idiotez, pero el vampiro mayor sabía mucho de los humanos puesto que debía relacionarse con ellos por su trabajo, el orgullo de cazador de Souya era el mismo que veía en Nahoya que dicho sea de paso hasta este momento siempre se oponía a la primera a que le chupara la sangre como parte del trato, pero luego terminaba cediendo jugando y (pensamiento solo de él) divirtiéndose con el placer que le causaba los colmillos de él puestos dentro del cuerpo. Volviendo al tema principal Souya había empezado a verse más pálido que de costumbre, rechazaba muchas comidas que normalmente le gustaban, aunque nunca le decía que no a un dulce de chocolate y solía quedarse más despierto de noche que de día, cambio que solo se dieron cuenta ambos gemelos al pasar las semanas; para cuando se habían dado cuenta Souya pasaba el tiempo despierto a la noche donde investigaba sus cosas, hablaba con Nahoya hasta que este se quedara dormido o con los dos vampiros que solían estar activos a esas horas de la noche más que otras horas y solían visitarle porque se aburrían en sus casas, aunque ese día ciertamente no deberían haber ido.

- Repíteme lo que dijiste Souya. – ordenó Nahoya con su espléndida sonrisa para tronarse los nudillos con fuerza, sentado sobre la silla de la habitación, con las piernas subidas arriba de este y abierto de piernas, estaba molesto ahora mismo.
- No pasó nada, olvídalo Nahoya. – respondió Souya para girarse hacia su mesa de trabajo, estaba ciertamente avergonzado que intentó tomar una matraz con sangre que tenía cerca pero por el nerviosismo del momento se le terminó por caer al piso haciendo un sórdido sonido rompiéndose el vidrio en miles de pedacitos, suspiró agotado y derrotado para agacharse con cuidado y ver cómo su trabajo de esa noche estaba echándose a perder por su torpeza.

¿Qué había ocurrido? Nahoya se enteró que Rindou había terminado por morder a su hermano cuando no estaba en el hotel, no una sino varias veces para colmo, estaba tan furioso que estaba por golpear en la cara a ese infeliz vampiro idiota, pero en este momento dejó de lado su molestia para enfocarse en lo que había pasado hace segundos.Mientras ellos ahora parecían tener un problema, puesto que Nahoya se había levantado para ayudar a su hermano con el desastre sin decir nada mas, los vampiros estaban sobre la cama echados sin mover un dedo mirando el espectáculo curiosos y divertidos con lo que estaba ocurriendo. El mayor de los vampiros se encontraba rehaciendo su trenza cuando sucedió todo a la vez que su hermano se encontraba sentado en posición de indio sobre la cama jugando con sus anteojos, aunque cuando Souya soltó la lengua no pudo evitar ponerse colorado para acercarse mas a su hermano buscando de cierta forma protección de su parte, no quería pelear con Nahoya porque si lo hacía Souya terminaría agarrándole bronca a él como siempre, a Ran esto le daba gracia puesto que siempre supo sobre las cosas que solían hacer Rindou y el humano, por eso en cierta forma le mandaba a hacer misiones a Nahoya con la intención de dejar que su hermano pudiera pasar tiempo con el otro cazador, no le sorprendía realmente por eso le parecía graciosa la forma de actuar que tenía Nahoya al haberse enterado de esa tontería aunque además de pensar en eso no podía quitarle la vista de encima que incluso se le estaba antojando justo en ese momento morderle, ¿Podría preguntarle si podrían hacerlo? Lo haría, aunque debía pensárselo porque el día anterior se había dedicado a morder a Nahoya en su auto cuando estuvieron a solas en la que sin pensarlo ni premeditarlo hubo mucho más que morder a un humano en el cuello, él había tomado a Nahoya de la cintura invitándolo a subir a sus piernas y Nahoya había aceptado pasando sus manos alrededor de su cuello que si bien parecía más una escena homoerótica no debían perder el foco de porqué lo hacían y, además, que no quería que su banco de sangre se agotara enseguida por sus caprichos.
Se dedicaron a ver a los humanos como limpiaban el desastre que se había ocasionado por Souya, Rindou los miraba con atención sobre todo a Souya mientras se dejaba peinar por su hermano mayor quien con sus manos desenredaba los mechones de cabellos con cuidado y sonreía al verlos como decían cosas como "Cuidado, no te cortes" "Eso es mucha sangre ya desparramada no la toques" o "Pásame la escoba y cuidado con los pedacitos desperdigados de vidrio" se le hacía tan divertido ver como interactuaban tan normalmente delante de ellos aun siendo cazadores experimentados y famosos dentro de lo que compete a la época actuando como niños normales en su casa.
Los gemelos siguieron haciendo su trabajo en paz, juntando todo lo que podían y limpiando todo el piso teniendo cuidado de no pisar ningún pedacito pequeño de vidrio. Pronto tuvieron todo listo, los pedazos en el bote de basura, el piso limpio y sin nuevo experimento sobre la mesa.

Hasta la eternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora