CAPITULO 21.

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Jimin se puso de rodillas a un lado de la tumba de su madre, acarició la placa donde su nombre estaba grabado, derramó un par de lágrimas y dejó un ramo de flores, alguien se agachó a su lado y era su novio, se encontraba colocando otro ramo de flores, como los que había acostumbrado llevarle a la mamá de Jimin en el hospital.

Había pasado una semana y media desde que se había ido, Jimin estuvo lo primeros días deprimido y en una etapa de negación, todos los días decía que su mamá estaba viva, que era un mal chiste y que saliendo de la universidad tenía que volver al hospital para verla y darle de comer, como siempre hacia. Pero él desde lo más profundo sabía que eso ya había llegado a su fin, ya no estaba su madre esperándolo como siempre en aquella habitación, se había ido y él tenía que aceptarlo.

Con ayuda de Jungkook lo superó, aceptó la realidad y comenzó a asistir al cementerio con Jeon, siempre dejaban muchas flores, cartas y dedicaban unas palabras, Jimin lloraba pero solo un poco, se sentía feliz, tal vez su novio tenía razón y su madre por fin estaba en un lugar mejor, despreocupada de todo... se había hecho inmortal y Jimin prometió unirse a ella cuando cumpla todos sus sueños y metas... cuando sea lo suficientemente feliz o cuando dios decida juntarlos de nuevo en aquella otra vida.

—¿Listo?— le preguntó Jungkook en un susurro y Jimin asintió—. Volveremos pronto Señora Park.

Jimin se despidió y tomó la mano de Jeon para salir de ahí, se montaron al Mercedes y fueron directo a la casa del rubio, al llegar Jimin alimentó a Mortadela y después subieron a la habitación, Jungkook se sentó en la cama mientras Jimin buscaba ropa cómoda para ponerse, sacó de uno de los cajones una caja que al pelinegro le llamó la atención así que no pudo evitar preguntar.

—¿Que hay ahí?.

—¿Uh?— miró la caja en sus manos y alzó ambas cejas—. Ah esto... son pulseras, collares y esas cosas... antes solía usarlas, pero son muy femeninos.

—¿Y que tiene que lo sean?.

—Pues... nada— murmuró y abrió la caja, sacó un collar con una mariposa azul, estaba hecha de piedra transparente y a los bordes tenía un alambre dorado—. Este es artesanal, lo compré en un mercado en Japón hace un tiempo.

—¿Fuiste a Japón?. ¿Hace cuánto?.

—Mmm, unos cinco o seis años creo...— sacó ahora un anillo con un rubí—... Este me lo regalaron, pero siento que la piedra es muy grande y ostentosa, solo lo tengo guardado.

Jungkook miraba todo lo que sacaba, la mayoría eran anillos. Jimin miró la cadena de Jungkook en su muñeca y tomó el collar de mariposa para acercarse al pelinegro, pasó el collar por su cuello y después de poner el seguro se alejó para verlo. Jeon se miró a sí mismo, el collar le gustaba.

—Me gusta— dijo sonriente—. ¿Puedo tener algo tuyo?.

—Claro— asintió—. Por eso te lo puse, se te ve bien. Es tuyo.

Jungkook sonrió y lo atrapó por la cintura para besarlo, Jimin acarició sus mejillas y se escondió en su pecho, Jeon lo meció y el rubio comenzó a calmarse, siempre teniendo esa paz con su novio, era increíble, adoraba como se sentía tenerlo cerca.

—Estoy algo cansado.

—¿Quieres meterte a la cama?.

—Si.— asintió y Jungkook le besó la frente y lo soltó para que ambos fueran a la cama, se metieron a las sábanas y Jimin abrazó el cuerpo de Jeon a su lado

—Mañana es la graduación, ¿irás?.

—Yo... no se— susurró—. Q-quería que mi mamá me viera cumplir mis metas ese día y... ya no, ya no está.

ambivalencia - 국민  KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora