CAPITULO 23.

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TRES SEMANAS DESPUÉS

Los vasos chocaron entre ellos para después ser inclinados, cada quien le dio un gran sorbo mientras refrescaban sus cuerpos con aquella bebida fría y espumosa.

Jimin apenas le dio un sorbo y Taehyung a su lado lo miró raro, lo codeó y el rubio le sonrió tranquilo.

—Tu normalmente bebes todo, ¿estás bien? ¿Estás incómodo con Seokjin y Namjoon?.— cuestionó y Jimin miró a la pareja frente a ellos

Taehyung y Hoseok los habían conocido en la fiesta de Mingyu, se habían hecho amigos y habían quedado de salir por unos tragos un día que estuvieran libres, ese día había llegado y Taehyung no quería dejar a Jimin de lado así que lo trajo consigo. Seokjin le pareció un encanto de persona, y su novio era grande, piel morena y con un porte espectacular.

Aunque cuando se presentó con Jimin terminó siendo todo lo contrario a su apariencia. Era tierno y atento con su novio, Seokjin, le daba besos y le decía cosas lindas. Jimin sintió envidia, no por el tipo de novio que era Namjoon, realmente Jungkook siempre fue así, solo sentía envidia de que no tenía a nadie junto a él en esos momentos.

Taehyung estaba con Hoseok, Namjoon con Seokjin, y él... bueno, él simplemente estaba sentado en la mesa, existiendo.

—No es eso— contestó después de un rato—. Solo... creo que quisiera ir a casa.

—¿Estas seguro?.

—Si. No he dormido bien, me vendría bien dormir horas y horas.— dijo disimulando una sonrisa y Taehyung asintió

Ambos se levantaron y Jimin se despidió de todos, Seokjin intentó convencerlo de que se quedara pero el rubio no accedió, así que simplemente salió del bar junto con el castaño quien lo despidió después de pedirle un taxi. Se despidieron con la mano y Jimin suspiró acomodándose en el asiento.

—¿A donde lo llevo?.— preguntó el taxista y Jimin se mordió los labios

Realmente tenía ganas de beber, pero no en compañía.

—Al bar Paradis.

El taxista asintió y Jimin miró por la ventana en todo el transcurso de su camino. Pasados unos cuantos minutos divisó el bar a unos metros y sacó su billetera para pagar, bajó del taxi e inhaló aire para después entrar. El calor, el olor a sudor, a alcohol y cigarro inundaron sus fosas nasales enseguida, había mucha gente puesto que era viernes, la sala VIP era más tranquila desde luego, pero no conocía a nadie que pudiera darle acceso y seguramente le pedirían mucho dinero por ser nuevo.

Se adentró al lugar chocando con la gente que bailaba eufórica, las luces de colores casi podían dejarlo ciego pero era cuestión de acostumbrarse. Llegó a la barra y pidió una cerveza, se sentó en el taburete y el vaso fue puesto frente a sus ojos, tomó el vaso con su mano derecha y bebió todo el contenido como normalmente hacía.

Ahora el alcohol sabía dulce y no amargo como antes.

Pidió otro vaso más y comenzó a darle calor, se sacó la chaqueta y se ventiló el rostro con ambas manos, el segundo vaso tal y como fue puesto, lo dejó pero sin contenido alguno en este.

Tenía muchas ganas de explorar la planta alta, divisó las escaleras que lo llevaban por ese camino y se dio cuenta de que no había nadie cuidando la entrada. Se levantó lentamente y caminó de la misma forma, iba a levantar el listón para poder subir pero su mano fue retenida por el guardia que le sacaba una cabeza mínimo.

—¿Eres cliente?.

—Mmm, compre dos cervezas, ¿eso me hace cliente?.— cuestionó intentando bromear pero el guardia ni se inmutó

ambivalencia - 국민  KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora