8. Segundo encuentro

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Llegó el día de la reunión, estaban presentes Dilan, el abogado Jariel, Lucas, Rosibel y Ana. Aún faltaban algunos minutos para que los invitados llegaran, en la sala no sabían quienes eran los que iban a asistir, solo Dilan y Ana sabían y estaban nerviosos. Dilan por encontrarse de nuevo con Noa Ríos y Ana era porque no sabía si la reunión podría salirse de control.

-¿A quienes estamos esperando? -Preguntó Rosibel ansiosa.

-Es de una empresa ¿no? me habías dicho que tienen mercancías de alta calidad ¿Ellos son sus fabricantes? -Insistía Lucas preguntando.

-El señor, es dueño de una pequeña empresa de materia prima de alta calidad, ya sea tela, accesorios o incluso el material para crear alta costura, es valioso, y quiero verlo con mis propios ojos, pero lo que más quiero ver es... al dueño de ese lugar -Dijo Dilan, todos se percataron que su rostro cambió por completo.

-¿Porqué quieres verlo? ¿Quién es? -Insistía Rosibel, sentía que algo no estaba bien con Dilan y con esta reunión.

-Este es... -El abogado Jariel que estaba revisando los documentos, notó que el dueño de la empresa se llamaba Noa Ríos, -Dilan, este hombre es...

-Señor Dilan, disculpe... su invitado acaba de llegar -Dijo una de las secretarias, el corazón de Dilan se agitó rápidamente, sentía rabia, odio, ira, pero también mucho dolor, tristeza y angustia, por volver a ver a una de las personas que más quería años atrás.

-Dile que pase -Cambio su rostro, apretó su mano en un puño tan fuerte para poder controlarse, debía mantener una buena postura frente a él.

-¡Buenos Días! -Se escuchó una voz femenina, todos voltearon a ver, -Soy Alexia Ríos y vine representando al señor Noa Ríos -Dijo fuertemente. Todos estaban soprendidos, porque en vez de ver al dueño frente a ellos, estaba una mujer de tamaño promedio, cabello lacio castaño y corto, de piel blanca, ojos verdes intensos, delgada, vestida de saco, pantalón de vestir y tacones altos. Inmediatamente Dilan la reconoció, sabía que era la hija de Jonathan Ríos, podía ver que sus ojos eran iguales a los de él.

Alexia lo veía intensamente, era la primera vez que lo podía ver a los ojos siendo ella misma, sin disfraz, sin mentiras, sin tener que esconderse bajo un personaje que no existe. Al inicio Dilan había abierto los ojos tan grandes como platos, cuando vio la mirada penetrante de Alexia, su rostro cambió, sus ojos, sus expresiones, solo había odio en él, rencor, ira y tormento. Alexia podía sentir como la miraba, sentía el aura amenazante, como un lobo hambriendo queriendo cazar a su presa.

-¿Qué haces tú aqui, Alexia? a la última persona que quería ver en toda mi vida, era a tí. ¿O qué? Vienes a terminar lo que empezó tu padre ¿Vienes a terminar de destruir este lugar? -Decía Dilan, con una voz tan grave y fuerte a la vez, que resonaba en las paredes; su mirada era cada vez más atemorizante, sus ojos estaban casi cerrados de la presión que hacía en su mandíbula, se podía notar como se repintaban sus venas en su rostro y manos. Pero eso, no inmutaba a Alexia, estaba tranquila y se acercó más a la mesa donde estaban todos, dejando sus cosas sobre ella.

-¿Qué hago aquí? trabajo con mi tío, soy su representante, tengo el poder de estar aqui y donde sea... ¿Terminar de destruir este lugar, dices? ¡Haaa! mi padre fue tratado como un ladrón, ¡Lo acusaron injustamente! ¡¡Nadie le creyó ni una palabra!! Pero... ¿Tú padre fue la víctima? ¿Tú y toda tu familia sufrió? ¡¡NO ME HAGAS REIR!! ¿Sabes lo que es que tu propio padre de la deseperación se suicidara? ¿Que tu madre quedara desquiciada y muriera de depresión? y ¿lejos en un internado, más sola que nunca sin entender lo que estaba ocurriendo? y dices que... ¿Que hago aquí? ¿Eres... un idiota o que?... además yo vine aquí por negocios, solamente a eso.

ALEX por ALEXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora