13. Viviendo y muriendo.

20 0 0
                                    

"Perdón verán unos; otros el castigo, pues nunca hubo historia de más desconsuelo que la que vivieron Julieta y Romeo".

- William Shakespeare, Romeo y Julieta

Jason, presente.

— ¡Jason! — escucho una voz en la lejanía, pero no logro identificar de quien se trata. Intento levantarme de mi cama, de manera lenta, por alguna razón me duele el cuerpo y siento los ojos pesados. Entonces, alguien toca la puerta de mi habitación con insistencia y me dirijo a abrirla. En cuanto lo hago, mi hermana se abalanza contra mí, en un abrazo, el cual yo correspondo sin entender qué pasa; Helle nunca ha sido de muestras de afecto.

— ¿Cómo has estado hermanito? ¿Me extrañaste? — me pregunta una vez que nos separamos de ese abrazo. Yo la observo aun más confundido, ¿Extrañarla? ¿Acaso fue a algún lugar? ¿Por qué no lo recuerdo?

— ¿De qué hablas, Helle? — le pregunto sentándome a su lado, de nuevo en mi cama — ¿Dónde estabas? — ella pone una expresión triste y se levanta de golpe, cosa que solo logra confundirme más.

— ¡¿Es en serio, Jason?! — me pregunta con la respiración contenida — Me fui por casi un mes, ¿Y tú no tenías idea de dónde estaba? — Eso no tiene sentido, ¿Dónde estaba? No pudo desaparecer tanto tiempo sin que yo lo supiera, sin embargo, no logro recordar.

— Escucha, Helle, estoy muy confundido, no... no recuerdo nada hasta antes de despertar, me duele el cuerpo y... estoy muy cansado — en cuanto esas palabras salen de mi boca, la expresión de mi hermana cambia a una de preocupación y se vuelve a acercar a mí.

— ¿Te pasó algo? ¿Es que tuviste algún accidente? — solo niego con mi cabeza, y me siento frustrado por no recordar ni siquiera cómo llegué a mi cama, y esa sensación de preocupación que no me estaba dejando respirar, como si algo me faltara, no, como si hubiera perdido algo...

— Escucha Jay, le diré a mamá y a papá que no te sientes bien, planeábamos ir al teatro como mi bienvenida, pero nos podemos quedar en casa y ver televisión, ¿De acuerdo? — esas palabras hacen 'click' en mi cabeza y entonces... lo recuerdo, recuerdo todo, pero ¿Acaso todo lo que recordaba era un sueño? Mamá... papá... ¿Nada de eso sucedió?

— Pero, ¿Dónde estabas, Helle? — le pregunto con nostalgia mientras acaricio su cabello, si mi hermanita nunca estuvo desaparecida, mamá y papá están bien, ¿Por qué tuve un sueño tan cruel?

— Estaba descansando, Jason — me responde seria y entonces mi sonrisa abandona mi rostro al notar que, de pronto, Helle tenía una ropa diferente, cuando entró por esa puerta llevaba un lindo vestido azul, clásico de Hellebore, pero ahora estaba vestida de negro — Solo... pasé a verte y despedirme antes de volver.

— ¿Volver? ¿A dónde? ¿De qué hablas? — pregunto ahora con desesperación y siento las lágrimas amenazando con salir.

— Debo regresar con mamá y papá — ahora puedo notar como ella se encuentra llorando también, ¿Lo hacía hace un segundo? — los tres debemos descansar, pero... si te sientes mal, me puedo quedar contigo — con eso mi corazón se rompe y yo me lanzo sobre ella en un abrazo necesitado, ese abrazo que expresa todo lo que debí decirle, un abrazo con el que me gustaría poder regresar en el tiempo. Ya no me importa nada y comienzo a llorar y gritar con desesperación.

— ¡No me puedes dejar, Helle! ¡Por favor, por favor! ¡Perdóname por todo, por no ser un buen hermano, por no intentar comprenderte, por actuar como un imbécil, perdóname! — me aferro a ese abrazo porque se siente real, como si mi hermanita estuviera aquí, conmigo. Desearía que ahora se riera de mí y me dijera que es una broma, pero su expresión, su expresión me parte más el alma.

Sombra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora