The Walking Dead: Corazones Salvajes

Capitulo 26: Confirmado.

Durante la tarde me mantuve encerrada dentro de la habitación de Morgan. Él estuvo con Rick, averiguando si esa noche alguien de los nuestros tenía guardia.

Repase una y otra vez el plan, entrada la noche debería ir, entablar una charla con Adrik y hacerle saber que dormiría de nuevo en mi habitación. Luego debía escabullirme por todo el lugar para llegar a la parte trasera de la enfermería, donde Morgan me esperaría.

Luego nos meteríamos en la comisaría para interrogar a los dos hombres que allí estaban detenidos.

En la pequeña mesa de la habitación había un reloj, el cual marcaba las 19:28. Tome el cuchillo que Morgan me había dejado, ya que el mío lo tenía Adrik, y pedírselo solo generaría sospechas. Luego de enfundarlo y ocultarlo en mi bota, salí al pasillo, donde me encontré a Beth, nuevamente en la puerta de Dixon. Camine unos pasos, pero al oír que ella tocaba y nadie salía, decidí que era la oportunidad para hablar con ella.

—Puedo hablar un segundo contigo? —ella asintió, me acerque y me apoye contra el marco de la puerta.

—Que ocurre? —pude notar su nerviosismo, estaba segura que sabía de qué pensaba hablarle.

—Mira, eres una buena chica, y no quería tener que hacer esto, pero... te pido por favor que no juegues con Andy, porque si lo haces no me importara que seas hermana de Maggie. —ella frunció el ceño durante unos segundos, hasta que al parecer comprendió a lo que me refería.

—Espera, no creerás que Daryl y yo... —ahora la que fruncía el ceño era yo, acaso esta mocosa estaba queriéndome confundir.

—Vamos, he visto como estas con Dixon, y no me gustaría ver a mi hermano sufriendo. —la mire atentamente, dudando y preguntándome ¿y si era yo la que realmente se equivocaba? —Solo compórtate con Andy, él es un buen chico. —y sin decir más me aleje. Mientras bajaba las escaleras procese lo que le había dicho a Beth, me sentí mal por todo aquello que le dije, pero estaba defendiendo a mi hermano, por lo cual no había nada que lamentar.

Al salir no perdí tiempo y corrí hacia donde estaba segura que Adrik estaría, y no me equivoqué. Lo vi, en la entrada del refugio, administrando las guardias de esa noche. Entre los hombres logre ver a Rick, que escuchaba lo que Adrik decía. Supe de inmediato que él seria parte de la guardia de esa noche.

Con cautela fui acercándome, el primero en notarme fue el ruso, quien sonrió y luego de dar un par más de indicaciones, corrió la pequeña distancia que me quedaba por llegar a él.

—Krasivyy, me tenias preocupado, no te he visto en todo el día. Cuando fui a mi habitación ya no estabas. —sonreí y comencé a caminar. Él no dudo en seguirme.

—Desperté y no te encontré, así que me fui. Tampoco quería abusar de tu hospitalidad. Aparte, sé que Katherine vive cerca. —no deseaba que la lunática esa me viera salir del edificio donde vivía el ruso, sabía que sería un total dolor de cabeza.

—Que piense lo que quiera, no me importa. Hey, estuve pensando... quieres que te consiga una habitación allí? Así no tendrás que cruzarte con gente que no desees. —sabia a quien se refería, y aunque su proposición era tentadora, no podía alejarme del grupo.

—Te lo agradezco, pero hoy volveré a mi habitación. Tarde o temprano debo enfrentarlo, no? —pude ver como su cara cambio, como el disgusto la invadía.