The Walking Dead: Corazones Salvajes

Capitulo 22: Imperio y vidas vacías.

Esa mañana todos estaban en movimiento. Adrik había dicho que habría una salida, en busca de provisiones. Todos sabíamos que esa búsqueda también era de personas y grupos que estén fuera, peleando por sobrevivir. El ruso no saldría, él solo iba a aquellas salidas en las cuales debía encontrarse con Alexis, su “salvador” y jefe.

En la mañana Adrik había mandado a Iván, su primo, a avisarme que me esperaría en la entrada en cuanto el grupo de búsqueda se fuera, por lo que estaba atenta al gran portón de acero. Varios hombres preparaban vehículos y bolsos, contaban una y otra vez las armas, para luego repartirlas entre aquellos que saldrían. Repase con la mirada a cada uno, hasta que una melena dorada llamo mi atención.

—Pero qué diablos! —Andy estaba en aquel grupo, portando un rifle en sus manos. Sin importarme nada, comencé  a acercarme, dispuesta a arrancarle ese rifle y arrastrarlo lejos de aquello. Pero no llegue muy lejos, ya que unos brazos me rodearon por detrás, levantándome y llevándome hacia el lado contrario de donde se hallaba mi hermano.

Entre sacudidas y patadas logre soltar una de mis manos y con ella intentaba librarme de esos grandes y fuertes brazos. Entre forcejeo y forcejeo pude ver que en una de las manos que me retenían, había una bella alianza dorada, supe en ese instante quien me cargaba.

—Rick, bájame de una jodida vez! —le ordene con la mandíbula apretada.

—Mejor no. —se burlo.  No podía verlo, pero sabía que estaba sonriendo. Sabía bien que mientras más peleara, mas fuerte me retendría, por lo que deje de golpear y agitar brazos y piernas, convirtiéndome en una muñeca carente de vida. Era un cuerpo muerto entre sus brazos.

Luego de unos metros me bajo, pero en cuanto quise echarme a correr, choque contra su pecho.

—Qué diablos haces? Debo evitar que Andrew salga. —lo empuje llena de rabia, pero él no se movió ni un centímetro.

—Adrik lo envió, quiere que sea los ojos de él allí afuera. —tenía unas ganas inmensas de ir a golpear al ruso. —Andrew era el único que podía ir, no puede enviarnos a alguno de nosotros, somos los nuevos, es obvio que no debería confiar en nosotros, y a Beth no puede enviarla. —seguía enojada, pero tenia razón, Andy era el único que podía ir a esa salida.

—Bien. —me cruce de brazos y me recosté sobre la pared, esperando que se alejara.

—Disculpa que te haya cargado así, pero debíamos impedir que saques a Andrew del equipo. —asentí, aun enojada porque no me contaron de que debía hacer mi hermano.

—Para la próxima infórmenme por lo menos. Ahora puedo irme? —él sonrió y asintió, dejándome espacio para pasar. Pero no pude ocultar mi enojo y golpee su brazo al pasar por su lado. —La próxima, el golpe será en otro lado Grimes. —él rio, y no pude evitar soltar una pequeña sonrisa, aunque estaba furiosa, Rick me sacaba sonrisas.

A pesar de que estaba enloquecida por ir por Andrew, me mantuve a raya. Solo seguí observando mientras afilaba mi cuchillo.

En minutos todos los hombres subieron a los vehículos y salieron del refugio, rumbo a alguna ciudad. Cuando el portón fue cerrado, guarde en mi cintura el cuchillo y me acerque hacia la entrada, en busca de Adrik. Lo detecte en la otra calle, venia con un pequeño morral entre sus manos.