Capitulo 29: Mentira descubierta.

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Había permanecido toda la tarde buscando a Adrik. Me había dicho que tenía algo que decirme, pero no pude dar con él. Sabía que no era nada de urgencia, por lo que llegado el momento decidí dejar de buscar.

Decidí tomar una ducha, para relajarme, destensar todo el cuerpo. Fui hasta mi habitación y tome algo de ropa, para luego dirigirme rápidamente hacia las duchas. Se sentía tan bien tener el cuerpo y el cabello limpio.

Al terminar con la ducha, me vestí, sentándome en un pequeño banco, para ajustarme las botas. Mientras enlazaba los cordones de estas, escuche unos susurros, provenientes de un costado. Tome mi cuchillo del suelo y con mucho cuidado de no hacer ruido, fui acercándome al lugar de donde salían los susurros. Me pegue bien a la pared, ocultando mi cuerpo tras ella.

-No puedes decírselo a nadie. Me mataran si se enteran. -decía Eugene a una sorprendida Tara.

-No puedo ocultarlo, todos confían en que tienes una cura y que los llevaras a un lugar seguro. -comprendí de inmediato lo que allí ocurría. Eugene era un completo fraude.

-En Washington hay un laboratorio, confió en que este aun de pie y que podamos quedarnos allí. -Eugene intentaba por todos los medios posibles convencer a Tara.

-Y si no lo está? -Salí de mi escondite, guardando el cuchillo en mi cintura. -Si llegamos a Washington y solo encontramos escombros? Ni siquiera tienes la cura como para incentivar al grupo a viajar en busca de otro laboratorio. Todos confían en que si tenemos que largarnos de aquí, irán a un lugar seguro. -sentía como la furia recorría mis venas. Siempre pensé en que Eugene era un mentiroso, pero el comprobar aquello, me llenaba de ira. No espere a oír su contestación, lo golpee tan fuerte en el rostro, que sentí como la carne de mis nudillos se abría. Eugene cayó al piso. Tara por su parte permaneció inmóvil a un lado.

Agite mi mano, aquello había dolido como el demonio. Mire mi puño y note un corte, me aleje sin importarme la salud de Eugene.

Salí totalmente enfurecida, buscaría a Rick y le contaría todo. Mi mano seguía sangrando, y no tenía nada con lo que limpiarla, había dejado mi ropa en las duchas, y no podía volver por ellas, estaba segura de que si lo hacía, Eugene recibiría otro puñetazo. Como pude, intente quitar con mi mano sana, parte de la sangre, pero lo único que lograba, era esparcirla más. Estaba tan concentrada en mi herida, que no note cuando choque con alguien accidentalmente.

-Krasivyy, que diablos te ocurrió? -Adrik tomo mi mano, saco de su bolsillo un blanco pañuelo y envolvió la mano herida.

-Nada, debo ir por Rick. -solo quería encontrar a Grimes y contarle todo. Pero Adrik detuvo mi marcha.

-Primero te curare eso, luego iras por Rick. Aparte dije que necesitaba hablar contigo. -asentí, sabía que si no accedía, Adrik no desistiría.

Fuimos hacia la enfermería, allí estaba el doctor que no me agradaba, y por como miro a Adrik supe que a él no le agradaba el ruso.

Nos metimos dentro de un consultorio, inmediatamente me senté sobre la camilla, mientras Adrik revisaba unos cajones.

-Porque mejor no llamamos a Beth para que me cure? -quería que terminara pronto con mi mano, no era nada de importancia el corte que tenia.

-No, yo te curare, se hacerlo. Ahora dime que te ha ocurrido? -no podía contarle a Adrik lo que había pasado, el que primero debía enterarse era Rick.

The Walking Dead: Corazones SalvajesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora