Stradivarius Nocturno

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El corazón le martilleó el pecho con una fuerza descomunal, lo que causó que se despertará intempestivamente, con la frente perlada en sudor. Nayeli sintió como su respiración era agitada y su cuerpo se estremecía con extraño placer. La sensación de incomodo delirio duro más de un par de minutos, en los cuales la mujer sujetó sus sábanas con fuerza, enterrando las uñas que recién le habían arreglado, dejando su marca en los trazos dulces de la superficie de la cama, llevando una almohada a su cara para intentar mitigar la fuerza del orgasmo que le robó por un instante la voluntad de seguir durmiendo. 

Nayeli se estremeció y le costó trabajo, el acomodarse de nuevo sobre su cama, la enorme camisa de un evento de música que le cubría casi por completo el cuerpo, ahora estaba toda mojada al igual que su pantaleta, que parecía que se había caído en una cubeta. Se levantó con las piernas en mitad de una sacudida violenta e intentó mantener el equilibrio apoyandose con una mano sobre la cama. La silueta de un orgasmo nocturno de proporción insospechada, marcaba ahora su cama. 

----Joder,  ¿Por qué ningún hombre me puede dar este placer? 

Se preguntó molesta, mientras intentaba secar con su toalla la superficie de su cama. Pasaba de la media noche y un profundo silencio se extendía por la habitación. Recientemente Nayeli había llegado a este edificio, después de decidir terminar su relación con Ramiro, un agradable sujeto de su trabajo, pero que con el pasó del tiempo, resulto tener unos celos descontrolados y aquello era algo con lo que ella no quería lidiar, así que después de una tremenda pelea en la que su rostro había quedado marcado, tomó sus cosas y salió de aquel lugar. 

Fue curiosó cómo conoció a doña Sara, una mujer de edad avanzada,  que no quería permanecer más en el hermoso edificio que ahora rentaba. Era un piso grande, con una hermosa vista a la ciudad en un fragcionamiento un poco antiguo, pero a pesar de ello con instalaciones modernas y que aún gozaba de una reputación aceptable dentro de los cátalogos de viviendas, de hecho se sorprendió de lo accesible del precio, aunque doña  Sara le aseguró, que todo lo que quería era dejar de tener que subir tan alto, el departamento se encontraba en un quinto piso, con una vista panoramica de la ciudad, pero por la edad ya se cansaba y ahora que su esposo había muerto, no quería pasar más tiempo en un lugar tan amplió, así que buscó un espacio más sencillo, ayudada por sus hijos quienes le aseguraron un lugar a ella y a sus máscotas. Nayeli ahora estaba sola y no se sentía mal por ello, le gustaba la tranquilidad que le daba su nuevo hogar y aunque no tenía suficientes cosas como para llenarlo, se sentía plena y con la confianza de que podría lograrlo. Se levantó de la cama, abrió la puerta de su habitación y salió al salón principal, donde estaba el espacio para el comedor y la sala, frente a una cocina amplía y el acceso a su cuarto de lavado. A su costado tenía unos ventanales enormes desde los que se filtraba la luz de la ciudad por las noches y que pronto tendría que cubrir si quería conservar un poco de su privacidad y el cuarto de baño se encontraba en acceso directo a su cuarto, no había gran cosa, pero todo era suyo y estaba lejos de su pasado y sus malas desiciones, aquello la llenaba de esperanza y espectativa y para ella aquello era suficiente. 

Se sirvió un enorme vaso de agua y bebió calmadamente, mientras revisaba las anotaciones de la mujer que le había dejando en un papel, le aseguró que el edificio tenía sus particularidades, pero que si se acostumbraba a las reglas del lugar tendría un bello espacio para viviry que con el tiempo, ella también encontraría ahí, un entorno agradable para vivir. Aunque eso sí, era extraño todo lo que anotaba en la lista y la lista decía así: 


Estimada jovencita, te aseguró que la desición de mudarte a vivir en este edificio, será tan placentera como lo puedas imaginar, sólo recuerda seguir estas sencillas reglas para que no te molesten los demás y pronto podrás disfrutar de todas las maravillas que el edificio tiene para que te puedas maravillar. 

El Violín NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora