Requiem du Amor

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 ---- ¿Qué harás conmigo? 

Preguntó Nayeli en una dulce mezcla entre la pasión, el miedo y la curiosidad. 

---- Necesito darte algo, que no le puedo dar a nadie más

Y Nayeli miró su entre pierna con curiosidad. 

El hombre del violin negro tocó el arco de su instrumento y después desplazó sus dedos con maestria en una melodía sencilla, que llevó a ambos al mismo piso amplio que descubrió Nayeli la noche en la que conoció al violinista. 

---- Pensé que este lugar no existía 

Dijo temerosa y reflexiba 

---- En cierta forma no lo hace, es un espacio que encontró su lugar más allá del tiempo, protegido por un encanto primitivo, una magia que no sabría explicar. 

Respondió el violinista caminado en dirección a la ventana.

---- ¿Eres un fantasma? ¿Un espiritu? 

Preguntó la mujer con miedo y curiosidad observando al hombre con su traje elegante en color negro. 

---- La respuesta más honesta es que no lo sé. Quizás sólo sea un hombre demasiado torpe para darme cuenta de que debí marcharme hace mucho tiempo, sin embagro, o quizas sea un hombre que se enamoró demasiado. 

Respondió el chico tocando su violin y ajustandolo a su cuello.

---- ¿Entonces, por qué estoy aquí?  

---- Quiero que le des un mensaje a alguien 

Respondió el hombre, mientras de sus manos los acordes salvajes, primitivos y maravillosos de una canción que estremeció el cuerpo de Nayeli. Mientras el cuerpo del chico, su ropa cambio por un color blanco, al igual que sus cabellos y sus ojos pasaron de aquel profundo color oscuro a una hermosa combinación entre el blanco y el azul que despertaron un aura tranquila y hermosa en la mujer, que poco a poco sintió como su conciencia se adormecía y cayó rendida ante un deseo primitivo de cerrar los ojos. 

Cuando Nayeli abrió sus ojos de nuevo, pudo sentir como si su cuerpo se moviera solo y regresó, estaba de regresó en su apartamento, pero había algo distinto en él, se veía diferente, se levantó y se dio cuenta que estaba recostada sobre la tina de baño de su nuevo lugar, observó sus manos, sus piernas, estaba sumergida bajo el agua y cuando salió y se miró en el espejo lo entendió. Su reflejo no era el de ella, al menos no como ella se percibía así misma, su cabello seguía siendo negro y estaba lleno de chinos, su rostro seguía manteniendo su hermoso color oscuro, con sus labios perfectamente delineados, con sus ojos aún mostrando aquella mirada hermosa y reflexiba, pero fue hasta que sus manos tocaron sus mejillas que entendió. La mujer frente al espejo, no era Nayeli, pero ya la había visto, había sentido su dolor, había sentido su agonía, su miedo y se había enamorado de la sinfonía del violín, Nayeli, se dio cuenta de que era la mujer en la bañera, la mujer que intentó alcanzar aquel hombre del violin con sus notas y que de alguna forma ahora ella, estaba en el cuerpo de aquella mujer. Confundida la mujer salió del cuarto en el que se encontraba y frente a él encontró al violinista, con el instrumento de nuevo en color blanco, como su cabello y su traje. 

---- Te ves distinto a cómo te recuerdo 

Le dijo la mujer aún confundida por lo que estaba pasando. 

---- Te prometí que te encontraría 

Le contestó el instrumentista con una sonrisa, mientras dejaba el violin sobre la mesa de la cocina

---- ¿Qué le pasara a esta mujer ahora? 

Preguntó la mujer del fantasma

---- Son la misma persona,ella y tú, en distintas épocas. Tuve que pasar muchos años para poder encontrarte de nuevo, pero siempre supe que reconocerías mi música y encontrarías el camino de regreso a mis brazos. 

El Violín NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora