Composición Sexual

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Una tibía melodía recorrío el edificio completo, no era muy tarde, pero las mujeres en su totalidad escucharon los acordes tímidos y sensuales de una expresión placentera, como si de aquel instrumento, salieran poco a poco las expreciones más dulces y llevaran a su mente a dar un paseo. La mujer que estaba con los trabajadores del quinto piso, sintió un repunte en su adrenalina, que la ayudó a jalar a los hombres que intentaban pedir piedad de su encuentro y regresarlos al borde de su cama, por otra parte, las dos hermanas sintieron una necesidad de buscar refugió en un lugar discreto, ambas con el teléfono en la mano y cerraron la puerta del cuarto y del baño respectivamente. La ama de casa que recíen llegaba del trabajo, se sintió cansada, sus hijos estaban jugando en sus habitaciones, cerró la puerta de su habitación, mientras que el marido de alguien más sintió la necesidad de salir del departamento, de buscar un espacio para fumar un cigarro, el edificio y su pequeño mundo comenzó a estremecerse, las paredes del edificio se sentían como si se expandieran, como si se contrajeran, en el pausado ritmo de una respiración antinatural, que provocaba en sus habitantes un efecto particular. 

Nayeli se sintió mareada, embrigada por un aroma frutal penetrante que la hacía ver cosas imposibles, como la habitación se llenaba de colores y de formas, en una excitación variante que la llevaba a despertar su libido de una forma tan poco aceptable. Tommy el chico de cabello trenzado y tatuajes la levantó del sillón, llevó sus labios a su boca con sus manos masculinas y el beso fue sorpresivo, pero fue la propia mujer quien rodeó con sus brazos al chico, mientras que se besaban. Tommy tenía una forma rudimentaria de besar, era apasionado, su lengua era larga y sentía una furia canina contenida en sus labios, pero sin terminar de procesar lo que había pasado, Garret, el chico rubio, reclamó su atención y la mujer no se pudo girar por completo, cuando ya estaba sintiendo los labios menos apasionados pero más suculentos del chico rubio, que acariciaba la espalda de la mujer y la hacía estremecer con un movimiento fluido y natural de sus cuerpos. Cuando se separaron, Nayeli reía nerviosa, aquellos dos chicos eran más jovenes que Nayeli, no le quedaba duda, pero sus labios se complementaban de una forma extraña, era como combinar alimentos con bebidas, los sabores se mezclaban y potenciaban un sabor sobre otro, en una sensación inexplicable, profunda y agradable. 

---- De rodillas 

Ordenó Tommy con una voz varonil y profunda, que estremeció a la mujer, sin embargo no pudo resistirse a la orden y cuando se dio cuenta ya estaba apoyada sobre los vaqueros que vestía, con la mirada en dirección a los dos chicos, cuya edad a cada momento le parecían menos maduros y sintió una profunda sensación de culpa que se combinaba con una extraña y satisfactoria excitación. Garreto se inclinó para tomar la mano de la mujer y la llevó en dirección a su entre pierna, la mujer comenzó a acariciar su miembro que se ponía duro debajo del pantalón y cuando se dio cuenta estaba haciendo lo mismo en el pantalón de Tommy, mientras sonreía tímida y traviesamente. Garret y Tommy se desabrocharon el pantalón casi al mismo tiempo y bajaron sus truzas que se pegaban con un antinatural abrazo sobre las dos extenciones de cariño de los chicos, Nayeli se movió sobre sus rodillas, cuando el aroma a varón llegó a su cuerpo,  se incendió por un momento y sintió un profundo deseo de probar el cariño de los chicos. Tommy hacía una profunda reverencia a su origen etnico, con un falo largo grueso y de punta con forma de hongo, que no cabía por completo en su mano, Garret, no se quedaba atrás, pero lejos del aspecto rustico que tenía su hermano, su sexo era largo y vistoso, con un grueso menos ostentoso, pero su punta rosada hizo que la mujer lo probara primero, extendiendo su lengua sobre la punta de su sexo, probandolo con ternura, recorriendo con sus dientes la textura agradable, mientras que su mano se movía vigorosamente sobre el sexo de su hermano. La mujer sintió la mano de Garret en su nuca y temió que fuera a hacer una brusquedad con ella, pero se sorprendió cuando el chico comenzó a gemir de autentico placer y sólo parecía intentar conservar el equilibrio. 

El Violín NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora