Composición Caótica

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Nayelí se sintió invadida por una ola sorpresiva de caótica hiperrealidad, donde se dió cuenta de lo que había sucedido, no sólo era el hombre del violin negro, era lo que había pasado en lo que ella se imaginaba que era un sueño, al día siguiente en cuanto regresó del trabajo, arrojó todo lo que había usado Ramiro y toda la basura que se había acumulado en dirección al contenedor del patio trasero, dónde observó la luz de la terraza encenderse, sintiendo un estremecimiento al notar que no había nadie en su interior. 

---- ¿Qué es lo que pasa en este lugar? 

Se preguntó nerviosa, intentando regresar al interior del edificio, sintiendo como una neblina rodeaba al patio exterior. Entró y la oscuridad del recibidor la hizo sentir reconfortada, sin embargo, no sabía cómo debía sentirse ahora en el edificio, necesitaba volver a leer las reglas que le dejó doña Sara. 

Subió por el ascensor y llegó hasta la puerta de su apartamento, dónde de inmediato encendió la luz y se desplazó hasta dónde había dejado el pequeño pedazo de papel. Lo leyó con atención, eran sólo 10 reglas, pero hasta ahora había roto dos de ellas y ambas habían terminado en un encuentro sexual con más que un par de desconocidos. ¿Todas las reglas serían así? Nayeli sacudió su cabeza cuando se dio cuenta que realmente comenzaba a considerar que aquello no podría ser tan desagradable. Se sirvió un vaso de agua, buscó la manera de contactar a doña Sara, ella debería tener las respuestas que necesitaba, buscó en su telefono celular, marcó y puso el alta voz, pero la respuesta fue nula, volvió a marcar y de nuevo nadie contestó, sólo se extendía el silencio y al cabo de un rato, la contestadora automatica. Nayeli se sentó en uno de los bancos de pintura que pudo conseguir en mitad del colosal departamento que por momentos se sentía tan amplio y solitario. Comenzó a buscar información en internet, quizás alguien sabría algo, quizás ahí había pasado algo y aquello era el motivo por el cual sucedian las cosas extrañas, quizás algún ritual, quizás algún culto, algo debía estar pasando, pero el internet no ofreció respuest apara sus cuestionamientos. ¿Quién más podría decirle lo que estaba ocurriendo?  fue entonces cuando comenzó a caminar por su departamento, que recordó que no le había regresado el plato a Mandy desde su último encuentro, así que decidió que se lo bajaría y que quizás podría platicar con ella, una charla de mujer a mujer sobre lo que sucedía en aquel lugar. 

Nayeli usaba un pantalón vaquero, unos zapatos de piso en color blanco, con una blusa blanca de manga corta y un estampado sencillo de una niña,  se había arreglado el cabello, así que estaba relativamente presentable para un encuentro amigable. Salió por la puerta de su apartamento y observó en dirección al pasillo, al fondo un grupo de cinco hombres con uniformes de trabajo estaban en la puerta de una de sus vecinas, una mujer muy glamurosa que trabajaba en una oficina de gobierno, siempre estaba demasiado bien arreglada sin importar la circunstancia, los hombres hablaban con ella en un tono coordial, parecían hombres de una construcción o algo similar, quizás la mujer los había llamado para reparar algo en el departamento, de vez en cuando se sentía una falla electrica, nada demasiado serio pero se percibia de vez en cuando. Cuando la puerta se cerró, Nayeli decidió continuar con su camino.  Bajó por el ascensor y se dirigió al departamento de la vecina, tocó dos veces y escuchó la voz de Mandy desde el interior. 

---- Ya voy 

Nayeli se puso nerviosa, necesitaba pensar cómo iba a abordar el tema, con su vecina. La puerta se abrió de repente, Nayeli aún no sabía que decirle, pero Mandy se alegró al verla. 

---- Nayeli ¿verdad? 

Le preguntó Mandy con una enorme sonrisa 

----Si---- Contestó la mujer sorprendida---- Yo, este, lo siento, debí avistarte que vendría, es que yo---- Nayeli movía sus manos frente a su cuerpo agitando el plato de Mandy en todo momento, la mujer que usaba un pantalón pescador y una blusa negra de manga corta sujetó las manos de Nayeli

El Violín NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora