★彡Sentimientos de un vampiro彡★
▬▬▬ Odiaba la oscuridad, y ahora es mi refugio. Odiaba la soledad, y ahora es lo más reconfortante que puedo sentir. Odiaba la sangre, y ahora me alimento de ella. - Frey Midwinter -
Y recuerda, mi pequeño ángel, si m...
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En cuanto amaneció, la mayoría de los vampiros ya estaban durmiendo, dejado al hotel en cierto silencio. Eran pasadas las 3 de la tarde cuando Frey buscó entre su mochila el yoyo azul que Isabelle le entregó días después de su transformación. Aunque era un simple juguete, para él era lo mejor de lo mejor.
Podía distraerse con el cuándo estuviera estresado, concentrarse cuando estuviera inquieto o distraído, o para olvidar que no había comido y que tenía personas humanas a su alrededor, solo cuando estaba en reuniones con el Cónclave de Nueva York.
━ Hola.
Levantó la mirada para ver al joven polluelo en el marco de la puerta. Frey lo saludo con un asentimiento de cabeza y siguió buscando el juguete. Simon ingresó a la habitación, observando la guitarra y el piano que estaban en el rincón. Todo parecía ser el cuarto de un adolescente mundano con gusto musicales, cosa que le agrado a Simon.
━ ¿Tocas la guitarra?
━ No, estúpido, solo la tengo de adorno porque se ve increíble ahí arrinconada━ su sarcasmo tan agrió hicieron a Simon quedarse quieto.
Frey dio una pequeña palabrota y dejo la mochila en la cama. Se cruzó de brazos haciendo un puchero y miró a Simon, con el entrecejo fruncido. Aquello le dio el aspecto de un chico rudo y peligroso para Simon.
━ Lo siento━ no cambió su gesto━. No encuentro mi yoyo.
━ ¿Y por eso te enojaste? ━ quiso burlarse, pero algo le decía que, si lo hacía, terminaría con un Frey endemoniado sobre él queriendo matarlo.
━ No soy de tener paciencia, polluelo━ justificó, haciendo una mueca.
━ Te ayudaré.
Simon se acercó a la mochila y comenzó a buscar, bajo la atenta mirada de Frey. Aunque tenía muchas preguntas, prefirió quedarse callado por primera vez. No conocía a Frey como para interrogarlo sobre su vida pasada o por cómo se volvió vampiro.
Entre tanta ropa algo vieja, Simon sacó el juguete de color azul pálido con hilo plateado. Frey sonrió y se lo arrebató casi de inmediato en cuanto se lo dio. Comenzó a girarlo como un experto, como si fuera un niño.
━ ¿Sabes dónde está la habitación de Raphael? Es que quiero comenzar con mis entrenamientos ya que dormí toda la mañana.
━ Te llevo, sígueme.
Sin mirarlo, Frey camino hacia la puerta. Tenía su vista fija al disco giratorio que volvía a su mano cuando lo hacía caer con fuerza. Era fan de la física, y aquel simple juguete implicaba de ella. Con Simon siguiéndole, ambos chicos se dirigieron al último piso del Hotel.
