Capitulo 14

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- Annie... ¿Cómo estás? -pregunta Alex-.

Mierda, ¿por qué apareces en estos momentos?

- Estoy bien -miento- ¿y tú?

- Yo estoy bien, pero tú no lo estás...

Diablos...

- Claro que estoy bien -sonrío tratando de ocultar mi tristeza-.

- No, no lo estás, te conozco bastante bien... Como que fuimos novios -responde-.

Me quedo en silencio, pensativa.

- Annie -dice Alex interrumpiéndome de mis pensamientos- ¿Qué pasó?

No respondo, solo siento esas inmensas ganas de llorar... Alex me toma de la mano y me abraza... hundiendo su nariz en mi cabello...

- No llores -susurra- no llores Annie... Ven, vamos a casa, hablemos.

Trato de tranquilizarme pero todo es inútil... Solo lloro desconsoladamente y Alex me cubre con sus brazos, y la realidad es que eso necesitaba, un abrazo...

- Buscaremos tu auto luego ¿si? -dice Alex mientras me abre la puerta del pasajero una vez salimos del centro comercial-.

No respondo, solo asiento con la cabeza y una vez dentro, me recuesto en la ventanilla del auto. Alex decide poner una música instrumental, es muy bonita, inunda el auto con su leve y hermosa melodía... Los violines, el piano y el arpa, me hacen sentir mucho más tranquila...

- Y bien... ¿Qué te pasa? -pregunta Alex mientras se acomoda a mi lado en el sofá, con dos copas de vino tinto-.

- Derek... Solo eso -digo entre sollozos-.

- Lo siento Annie -suspira- No entiendo por qué te hace daño.

- Yo tampoco -digo bebiendo un poco del vino- Todo iba tan bien... Luego todo se fue a la mierda -digo comenzando a llorar-.

- Shhh -dice Alex atrayéndome a su regazo- no llores Annie, yo te cuidaré...

Sus palabras me hacen sentir un gran deseo por él, pero la realidad es que no sé si aún lo deseo... ¿Por qué aparecen todos estos pensamientos en estos momento? Alex suelta su copa y la pone en la pequeña mesita de cristal que está frente al sofá, luego toma la mía y la pone encima de la mesita también, luego pone su brazo en el espaldar del sofá.

- Si fueras mía, no te haría daño -susurra muy cerca de mi oído haciendo que los vellos del cuerpo se me ericen-.

- Lo hiciste Alex... Me hiciste daño -digo mirándolo a los ojos-.

- Perdóname...

Sus labios se acercan a los míos antes de dejarme pronunciar otra palabra. Comienzo a mover mis labios al compás de los suyos pero esto está mal, por lo que rápidamente me despego de él.

- Esto está mal -digo en un susurro separándome de sus labios-.

- Annie...

- No, me engañaste Alex, esto está mal... y lo sabes.

- Siempre tienes que decir lo mismo Annie ¿por qué no puedes olvidarlo ya?

Me quedo en silencio. Un pequeño dolor se forma en mi pecho al recordar lo que me hizo.

- Esto está mal -repito poniéndome en pie-, tengo que irme.

Enamorada de... ¿Mi jefe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora