Capítulo 3: A (Nuestra Boda)

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Las campanas suenan sin cesar. Mi corazón late extremadamente fuerte y siento mis piernas temblar. Ya llegó el momento. De pie frente al espejo, puedo ver mi cabello perfectamente recogido hacia atrás. Algunos flecos caen en mi frente, tal como a Derek le encantan. Un hermoso vestido recorre mi cuerpo. Es tan hermoso que no puedo evitar sentir que no me pertenece. Sí, aunque no lo crea, es mi vestido. Mi vestido de novia.

Me doy la vuelta y voy a la habitación. Comienzo a colocar mis pendientes y me observo en el espejo. Ángela ha hecho un excelente trabajo con mi maquillaje. Sonrío una vez más frente al espejo. Nunca pensé que me casaría, mucho menos con Derek. Una vez terminada, voy al asiento que se encuentra en la habitación. Coloco mis tacones y cuando termino, bebo un poco de la champaña y disfruto de la suave melodía que hay en la habitación. Faltaban apenas unos minutos para comenzar la boda, pero había pedido unos minutos para estar sola. La realidad, es que me sentía en un sueño, pero en un sueño del que no deseaba despertar.

Escucho mi puerta abrirse y no puedo evitar sonreír.

- Sé que no crees en estas cosas pero... ¿no te han dicho que si ves a tu novia antes de la boda puede traer mala suerte al matrimonio? Deberías aprender a obedecer -digo en un tono más bajo-.

- ¡Qué estúpida eres!

Mi cuerpo se tensa por completo. Esas palabras no las dice Derek... es una voz de... mujer...

Me levanto lentamente del asiento y me doy la vuelta. Lauren se encuentra frente a mí con un vestido completamente rojo pasión. Sus labios están de un color intenso también. Lleva el cabello recogido, igual que yo. Algunos cabellos caen en su frente y una sonrisa maliciosa la acompaña.

- ¿Qué diablos haces aquí? -digo en un pequeño susurro-, tenemos una lista de invitados, no has...

- ¿Podido pasar la seguridad? Ya lo hice cariño -dice con una sonrisa-, solo vine a dejarte un pequeño regalo -dice acercándose a mi-.

Lauren me tiende una pequeña caja, de estas que llevan dentro de sí un collar.

- No es una bomba, tranquila -dice tirando una guiñada y dándose la vuelta-, ya hubieses muerto si fuera una bomba.

Y sale de mi habitación. Me quedo unos segundos observando la caja, o quien sabe si minutos...

Mi respiración es completamente entrecortada y mi corazón late a mil.

- ¡Annie! -dice Rachel entrando a la habitación-, tienes que bajar, ya es hora.

Su emoción brota por los poros, pero tan pronto me ve, desaparece.

- ¿Qué tienes Annie? -dice tomándome de las manos y frunciendo el ceño-.

- Solo estoy... asustada...

- No me digas que no quieres a Derek -dice abriendo sus ojos como platos-.

No puedo evitar soltar una carcajada.

- Estás demente ¿cómo no lo voy a amar?

- Bueno, hay personas que el día de su boda se arrepienten -dice subiendo las manos-, pero vamos, tenemos que bajar.

- Vamos -digo con una sonrisa intentando olvidar que vi a Lauren-.

La pequeña caja se cae de mis manos y rápidamente me agacho para cogerla.

- ¿Todo bien?

- Si -digo tomando la cajita entre mis manos-, se me cayó esto -digo mostrando la caja-.

- ¿Y eso?

- Es un regalo para Derek...

Rachel frunce el ceño en señal de pregunta.

Enamorada de... ¿Mi jefe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora