Ballisaray Cap 7. Miel en los labios

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«Siento que te conozco hace tiempo,

de otro milenio, de otro cielo.

Dime si me recuerdas aún,

solo con tocar tus manos puedo revelarte mi alma.

Dime si reconoces mi voz».

Adriana Mezzadri—Marcas del ayer.

Adriana Mezzadri—Marcas del ayer

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Fuente desconocida


     Velos se cruzaron en su camino, hombres gritándole que compre un killim o tal o cual artesanía, todos eran sólo obstáculos que le impedían llegar hasta el bailarín que caminaba por esas calles con la misma soltura con la que bailaba en una mesa llena de platos. Lo había seguido trescientos metros de giros, esquinas, personas, estorbos, molestias, contratiempos y muy pronto todas esas cosas dejaron de estar para dar paso a un paisaje casi desolado. Malik se apresuró hasta internarse en unas ruinas de piedra que nadie visitaba. Ya el doctor Güneş les había advertido a los extranjeros sobre no acercarse a ese lugar cuyas bases estaban tan derruidas que era peligroso un accidente, pero Kyungsoo se sorprendió pensando que entraría al mismo infierno si en la puerta bailara ese odalisco.

     Las paredes de barro amarillo estaban agrietadas y cada una tenía muchas ventanas, varias incluso se habían derrumbado en grandes trozos que entonces descansaban sobre el suelo de arena. Hacía calor, el sol de la tarde formaba hilos de luz que se colaban como dedos mágicos por las esquinas rotas de la construcción. A pesar de lo acabado del lugar, había una sensación mágica en él, como todo lo que hasta ese momento el coreano había apreciado en Turquía. Empezó a caminar con cuidado de no tocar nada para no verse envuelto en un accidente. No encontraba a Malik por ningún lado hasta que llegó a pensar que lo había perdido, pero en ese instante un velo rojo semi transparente cayó sobre su cabeza. Asombrado, se volteó rápidamente y pudo ver a través del tinte rojo de la tela cómo Malik le sonreía de manera traviesa.

     Él bajó el velo de su cabeza, lentamente y la bruma roja despareció de forma que le fue posible apreciar al bailarín con sus colores reales, y de algún modo cada vez que lo miraba era más apuesto. Extendió su mano para devolver al odalisco su trozo de tela y éste también alargó la suya para recibirla, pero Kyungsoo era tramposo y le sujetó los dedos antes de tirar un poco de él hacia sí mismo, no demasiado fuerte sino como una invitación que podría ser tomada o rechazada. Malik la aceptó y se permitió acercarse hasta estar muy cerca de ese extranjero que estaba buscando vivir dentro de sus ojos.

     —Çikolata —pidió una vez más.

     Kyungsoo revisó sus bolsillos y gracias a todos los dioses aún tenía tres bolas más de chocolate, mismas que dejó en las manos del bailarín quien se entusiasmó como un niño y se sentó en el suelo, colocó los tres dulces sobre su velo rojo y les quitó su envoltura, luego los metió a su boca uno tras otro, casi al mismo tiempo. Una serie de pequeños gemidos seductores salieron de su garganta mientras pasaba su legua sobre su labio superior. Estaba mirando directamente a los ojos de Kyungsoo y el doctor sintió que su corazón era un dulce que se derretía con el calor anticipado de esa lengua húmeda y del sol que brillaba en aquel paisaje lunar. Se sabía excitado solamente viéndolo comer de un modo tan erótico, pero a la vez experimentaba tanta fascinación por aquella criatura exótica que no era capaz de lanzarse sobre él y besarlo como si fuera cualquier ser mortal. A cambio, decidió tomar el pie herido para revisar su avance. Malik se lo permitió y se acercó más a él mientras le quitaban las vendas. La herida había sanado favorablemente, quedaría una fea cicatriz como Kyungsoo predijo, sin embargo, eso no afectaría en nada a su salud.

Ballisaray [Fanfiction EXO/ KaiSoo|SooKai-HunHan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora