Peace // " I'm a fire and I'll keep your brittle heart warm" Nadie debía salir herido, todos ellos lo hicieron en perfectas condiciones. Cuando terminó la guerra civil, Natasha escapó tras aquella amenaza de Tony Stark y residió muy bien a escondida...
Natasha simplemente miraba por la ventana del avión pequeño mientras Steve piloteaba. James se encontraba sobre el regazo de ella y observaba todo.—Pa, pa, yo.
Steve lo miró con una sonrisa—Oh no, pero cuando cumplas quince te enseñaré.
—Diecisiete—habló Nat a la cual su ánimo claramente había cambiado, pero entendía que tal vez era lo más racional de hacer. Además, tenía el apoyo de Steve, él se lo había dicho.
—Dieciséis—él miró a Nat y ella rodeó los ojos para centrarse en el pequeño nuevamente y mover los juguetes.—Conocerás a muchas personas, eh. Y ahí tendremos que estar aclarando temas.
—Sabes que no tenemos que explicar nada, ¿verdad?
—Supongo que no podemos esconder el hecho que... adoptamos al fin y al cabo un niño.
—Muy bonito, por cierto—la voz de Steve fue para hacer sonreír a James, quien luego de un pequeño apretón por parte de su padre en el estómago, rió.—Eso, regálele una sonrisa a tu madre y muéstrale que eres feliz mientras estemos contigo sin importar donde.
Su plan era mantener a James discreto, pero ambos sabían que eso significaba de forma secreta aunque sea por unos días para ver que no implicaba peligro; buscar que sus habitaciones estén juntas, dormirlo antes de irse y controlarlo por el monitor. Dejar que solo fuera un rumor. Él era la prioridad.
Antes de bajar en la pista de los Avengers, Steve fue quien cargó a James en brazos cubierto en manta porque hacía poco se había dormido, mientras que Nat tomaba dos maletas y un bolso. Observaron la puerta de entrada del edificio, pero una voz murmuró junto a ellos: —Oh, papá ardiente—ambos se giraron sorprendido pero las dos mujeres caminaban ya de espaldas. Nat miró a Steve y este soltó una sonrisa con gran ego.
—Simplemente entremos—suspiró mientras pasaba una puerta y Fury se acercó.. Nat suspiró pero el hombre pareció siquiera querer hacer la pregunta.
—Sin querer preguntar nada, creo que saben cuales son sus habitaciones—es cierto, y deseaban mantenerlas porque estaban una frente a la otra. —Tienen que ir al piso 3 donde están todos... cuando se acomoden.
Entraron al ascensor y Steve se miró en el espejo—¿Qué haces?—Nat descansó el bolso sobre la valija.
—Soy un papi ardiente—murmuró mirándose con un gran ego, posando de costado.
—No estás haciendo de verdad esto—Natasha lo miró incrédula.
—Por favor, ¡Soy un papi cool y ardiente !—estiró su brazo elogiándose.
