Peace // Romanoger

08.

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  Nat estaba con su vestido pero pesar de que hacía una hora que la fiesta había comenzado, no creía que al final ella fuera a bajar: James no se dormía y ella ya perdía las pocas ganas que le quedaban.

—¿Dónde está Natasha?—preguntó Tony tendiéndole un vaso de Whisky a Steve.

—Durmiendo a James.

—Ese niño si robó sus corazones, eh. Pero bueno, no cualquiera tiene la suerte de tener dos padres Avengers.

—O de tener padres—Tony se giró serio hacia Bucky quien soltó aquél chiste y lo señaló con el dedo indignado.

—¿Por que carajos estás aquí?

—Lenguaje—soltó Steve avanzando sin querer escuchar si se formaba una pelea o no. Este fue a servirse más y se sentó en un sofá, intentando no sentirse aturdido por la música. Observaba la escalera, pensando que en algún momento Nat podía aparecer por ahí, y si lo hizo quince minutos luego, pero parecía cansada. Aún así, aquél vestido lucía hermoso en ella y no pudo sacarle los ojos hasta que se acercó a él.

—Sabes que puedes irte a dormir, ¿verdad?

—Si pero quiero que por lo menos algunos crean que estuve aquí—tomó una botella de cerveza y suspiró.

—Oh Natasha—se giró para ver a Pepper y sonrió—. Que bonito volver a verte—le dio un abrazo.—Tony me ha dicho, felicidades a ambos por el nuevo miembro.

Steve sonrió y movió su cabeza gentilmente mientras se levantaba, colocándose al lado de Natasha—Muchas gracias, Pepper.

—Pronto haré que lo conozcas—aseguró Natasha viendo como la rubia se iba hacia Tony.

—¿Está dormido?

—Eso dice su monitor—le mostró el aparato que reflejaba al bebé y Steve sonrió.

—¿No crees que ha crecido rápido?

—Y no se debe a tus esteroides—burló Nat mientras daba un sorbo de su bebida mientras se alejaba.

—Buenas, buenas, cap. ¿Quieres una excelencia de Asgard?—preguntó pasándole el recipiente. Steve negó.

—Steve siempre tan responsable—Bucky se sentó al lado de su amigo mientras palmeaba el hombro.

—Está bien, es todo un padre—Sam se unió a aquél momento.—Además, no debe ser lindo ver a Natasha enojada.

—No, no lo es—negó Steve con una mueca algo divertida.

—Realmente no estuviste perdido todo este tiempo.

—Estábamos escondidos como todos—contestó obvio.