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Su cabello rubio, perfectamente peinado, se movía con el poco aire que le llegaba, sus ojos azules se arrastraron hacia arriba mirando a la niña más alta que ella. La rubia resopló con un puchero al notar la diferencia de altura, no debería de molestarse por tonterías, pero la de cabello negro era exageradamente alta para ella, no podía alcanzarla ni con tacones. Hera frunció el ceño al notar la sonrisa burlona que le enviaba la pelinegra, pero a pesar de que esta se estaba burlando de ella, sus ojos negros no dejaban ese brillo de amor y adoración al mirar a la rubia, ella era perfecta.

Hera le saco la lengua de manera infantil con sus brazos cruzados, como si de una niña chiquita se tratara. La más alta resopló antes de que sus brazos envolvieran la pequeña cintura de la rubia que se encontraba tratando de esconder su sonrisa al sentir el calor corporal de la contraria. La rubia amaba cuando su novia se ponía cariñosa con ella, amaba sentirse querida entre sus brazos, amaba cuando ambas hacían contacto visual diciéndose de todo con la mirada, por eso cuando sus brazos la rodearon se derritió en estos. Hera, paso sus pequeñas manos sobre los hombros de su amada para después pasarlas en la nuca de esta, se inclinó hacia la más alta-teniendo que ponerse de puntas- para poder darle un tierno beso a su novia.

Amber se rio sobre sus labios, dando pasos hacia atrás al escuchar pasos provenientes detrás de su novia, apretó su cintura al notar que esta dejaba escapar un gemido infeliz al verse interrumpida. 

"Oh, no sé detengan por nosotros. Pueden seguir haciéndose su limpieza bucal." Exclamó Mindy a unos pasos de ellas acompañada de un cabizbajo Wes que las miraba con ojos tristes, específicamente a la rubia.

"Ja, ja, ja, al menos tengo a quien hacerle la limpieza bucal, ¿no es así, Mindy?" Respondió de forma brusca, Amber aumentando el agarre en la cintura de la más baja. 

Mindy la miro desconcertada al notar que no entendió la broma, algunas veces jugaba con ella y Amber seguia la broma, pero al parecer no había tenido un buen día. Pero Mindy siendo Mindy no se podía mantener callada e iba a abrir la boca si no fuera por la rubia explosiva que se escurrió de los brazos de la pelinegra y avanzo a pasos veloces hacia ellos.

"Oh, Wes, mindy..." La rubia abrazó a ambos por el cuello, sin importar el resoplido de Amber a sus espaldas. "Lamento mucho lo que ocurrió con Tara" 

Wes sonrió suavemente contra el cuello de la rubia dándole algunas palmadas en su espalda. Mindy aprovecho y deslizo su mano por la cintura de la rubia, la pelinegra y ella hicieron contacto visual, ambas con diferentes emociones, la mirada de la morena estaba cargada con burla y la de Amber estaba mandándole dagas y odio.

"Cariño, tenemos que entrar, Liv ya está dentro." Amber dijo suavemente sin apartar sus ojos de la morena. 

"Oh, cierto, cierto, tenemos que entrar ahora." Asistió rápidamente con la cabeza y alejándose de golpe de sus dos amigos. Se dio vuelta y camino dando saltitos hacia Amber, agarro su mano y la arrastró con ella hacia la estación, haciendo que la pelinegra apartara la mirada de Mindy.

Wes miro el intercambio de miradas de ambas, no era nada nuevo para él ni para el grupo. El de pelo teñido le dio un golpecito al brazo de su amiga y ladeó su cabeza hacia donde se había ido la pareja. Ambos empezaron a caminar hacia la estación de policía, listos para ser interrogados.

[...]

Amber estaba sentada afuera de la oficina del sheriff, sus piernas estaban estiradas y su cabeza estaba apoya contra la pared con los brazos cruzados y sin apartar la mirada de su chica, la rubia hablaba cómodamente con la mamá de Wes sin perder su sonrisa que tanto la caracterizaba. Dios, Amber no podía creer lo perfecta que era su novia, las calcetas negras que le llegaban hasta la mitad de sus muslos regordetes y la falda de tablones con diseño de cuadros color negro y blanco la hacían lucir exquisita, el suéter negro de mangas largas y cuello de tortuga pegado a su figura curvilínea hacía resaltar sus pechos más de lo que le gustaría a Amber. La pelinegra se encontró suspirando por la visita de su novia enfrente de ella, la rubia parecía darse cuenta de la mirada de su novia en ella y con una sonrisa traviesa se atrevió a inclinarse sobre el escritorio del sheriff para despedirse de la rubia mayor.

𝐂𝐑𝐈𝐌𝐄' AMBER FREEMAN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora