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Desastre.
Todo se había vuelto un desastre. La de ojos azules tuvo que actuar como si realmente le afectara lo que estaba sucediendo frente a sus ojos. Su grito debió oírse por toda la casa junto con el de la pelinegra a un lado de ella, estaban 'horrorizados' por tal escena. Ella no quería que esto sucediera así, no quería hacerle daño a la única que persona─además de Amber─ que la apoyo incondicionalmente, la primera persona que se había acercado a ella para establecer una bonita amistad de años. Una parte de ella se arrepentía, pero la otra parte disfrutaba tanto la sangre que salía a chorros de la herida de su cuello.
Hera no pudo evitar correr aterrorizada hacia la morena que se estaba quedando inconsciente en el suelo. Sus manos agarraron sus hombros sacudiendo su cuerpo para hacer que reaccione un poco, pero nada. Los gritos de su novia culpando a la hermana de su amiga, no le estaban ayudando a concentrarse en su papel.
"¡¿Qué le has hecho?!" Exclamó la pelinegra corriendo para estar a un lado de su novia.
Sam negó con sus ojos nerviosos moviéndose entre la pareja. "Nada" Negó desesperada. "No, no he hecho nada. El asesino, él..."
El ruido del vidrio rompiéndose en añicos contra el suelo alertó a todos, quienes no tardaron en voltear a mirar al culpable, Richie.
"¿Qué carajos?" Murmuró el hombre en estado de shock, observando anonadado el cuerpo de la rizada que estaba cubierta de sangre.
"Richie, ¿dónde carajos estabas tú?" Cuestionó sospechosamente la morena mayor.
El rizada señaló con ambas manos la puerta del sótano aún mirando el cuerpo que se encontraba en el suelo. "Fui al sótano por cerveza."
"¿Fuiste al sótano solo?" Preguntó con incredulidad la rubia mientras era jalada por su novia para poder ponerla atrás de ella.
"¡Le pedí a ella que vinieron conmigo! Y me dijo que no." El castaño se excuso con desesperación señalando con su mano a la morena. "¡Carajo!" Gritó ante la aparición de la teñida que entraba agitada.
Amber empujo más a su novia detras de ella para protegerla al ver la intención de Liv al querer acercarse. "No te acerques, carajo." Dijo con sus manos en alto señalando con su dedo índice hacia la teñida.
Liv sollozo mirando el cuerpo de la rizada que estaba tendido sobre la madera. "¡Jesús!"
"Yo estaba con Hera y Tara, pero el resto andaba por ahí" Señaló la pelinegra mirando a todos los que estaban en la sala. Su cabello caía libremente por su cara mientras trataba de no reírse ahí mismo. "¡Uno de ustedes es el maldito asesino!" Exclamó apuntándo con su dedo.
"Vete a la mierda, Amber. ¡Vete a la mierda!" Liv se trago sus lágrimas mientras miraba a la pelinegra que acusaba a todos.
"¿Por qué hay sangre en tus manos?" Interrogó la morena, Sam, mirándola fijamente más específicamente sus palmas manchadas de ese líquido carmesí.
