The end

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La tensión en el aire se podía sentir a kilómetros, estar de frente a frente de tu pasado no podría ser una gran locura, ¿quién querría volver a su pasado?, más si este fue una linda catástrofe que traumó a más de una persona que supo la historia de esa masacre, miles de personas mudándose después de eso, personas que les asustaba o les parecía repugnante poner tan siquiera un pie en ese pueblo teniendo en mente que podría volver el asesino enmascarado, era como una maldición.

O eso creían.

Con el tiempo la historia de los primeros Ghostface se hizo más viral, más reconocida a nivel mundial, teniendo libros, póster, películas o hasta incluso juegos sobre esa historia. Tenían a fanáticos obsesionados esperando de manera ansiosa otra masacre real para poder imitar a los asesinos y hacerse famosos como los anteriores, pero más con los originales, los primeros asesinos de Woodsboro, los que empezaron con todo ese alboroto.

Billy Loomis y Stu Macher. La gente los admiraba de los pies a la cabeza, como si fueran 'dioses' que tenían que adorar y besar sus pies si era necesario, los fanáticos locos lo harían con mucho gusto de ser que los tuvieran de frente y ¿cómo no?, eran los originales, la pesadilla de Sidney Prescott.

¿Pero qué pasaba con Dollface? La infame asesina serial, también de Woodsboro, tuvo a muchos admiradores a medida que pasaba el tiempo, las chicas la adoraban porque rompió el estereotipo de que una mujer no podía matar tan cruelmente, y muchas también la odiaban por los supuestos rumores de que era novia de Billy y Stu, y no era un simple rumor, era más que cierto. Ella fue su cómplice desde el primer momento, todo el mundo lo supo, algunos se preguntaban ¿pero cómo ellos pudieron fijarse en ella? Y la verdadera pregunta era: ¿ella cómo pudo fijarse en ellos? Porque desde niña tenía una personalidad encantadora que no podían evitar resistir de tanta ternura, sus bellos cabellos color dorados, su piel blanquecina y sonrisa deslumbrante que siempre estaba dibujada en su rostro con sus peculiares ojos de diferente color la hacía lucir como un ángel, aunque fue lo contrario.

Y ahora Sidney podía confirmar que los demonios estaban de nuevo en tierra, frente a sus ojos estaban sus grandes pesadillas con una sonrisa divertida y ojos oscurecidos mirándola como una débil presa que podrían cazar muy fácilmente, como si ellos fueron superiores a ella y ahora Sidney se sentía otra vez como una adolescente que acababa de ver muerta a su mejor amiga en la cochera o descubriendo la traición de su otra amiga y la traición de su novio.

"¿Estás sorprendida, Sidney? Porque yo lo estaría, digo, no todos los días se aparecen tus amigos muertos otra vez ¿Cierto?" Habló divagando la rubia, intercalando su mirada de ella y las chicas detrás de la encimera, para al final parpadear y mirar fijamente a la morena frente a ella con sus manos entrelazadas elegantemente por encima de su vientre.

El hombre que miraba con adoración a la rubia a un lado de él le dio una sonrisa torcida con los ojos arrugados por la risa entre dientes que soltó. "Cariño, estás divagando nuevamente... no queremos abrumar a la pobre Sidney ¿no lo crees?"

Sidney soltó un sollozo mientras agarraba con fuerza el brazo de Gale que estaba a lado de ella, que miraba con furia a la mujer rubia frente a ella. "¡Váyanse al carajo!"

El hombre más alto soltó una exclamación de felicidad apuntándole a ambas con el arma en sus manos. "¡Wow! La gran Gale Weathers nos honra con su presencia, por cierto muchas gracias por hacernos famosos, no pensé que matar gente nos haría... ya saben ¿populares?" Dijo con su lengua entre sus dientes mientras les regalaba una sonrisa torcida.

𝐂𝐑𝐈𝐌𝐄' AMBER FREEMAN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora