Momentos Íntimos de Violyn

La Calma Tras La Tormenta

- Entonces un monstruo de verdad apareció y yo hui sin más. La abandoné.

Caitlyn extendió la mano y acarició la mejilla de Vi con suavidad. Vi sonrió y envolvió su mano con la suya. Entonces abrió los ojos y se fijó en la intensa mirada que Cait le estaba dedicando, como si estuviera esperando a que algo sucediera. Y entonces lo comprendió y la miró de la misma manera.

Aunque para Vi todo había empezado como un juego, poco a poco había empezado a sentir algo más por ella pero, aunque intuía que había algo en el aire cuando estaban juntas, nunca había llegado a estar completamente segura de lo que pensaba Caitlyn. Además, con los hechos que habían estado aconteciendo desde que se conocieron, la situación nunca parecía ser la adecuada.

Pero, a pesar de que Cait se encontraba herida y ella prácticamente hundida por las acciones de su hermana, esa mirada hacía que todas sus dudas y temores desapareciesen. Tal vez, después de tanta desgracia, este sí era el momento idóneo. Un oasis de paz en medio de la tormenta devastadora que había sido su vida desde que Silco apareció en ella. Tal vez se merecía una tregua en la guerra contra sus demonios.

Sus labios, invertidos los de una respecto a los de la otra, se encontraron. Ambas se detuvieron por un momento, exhalando aire con agitación la una a la otra y, después, empezaron a besarse apasionadamente.

Entonces, Caitlyn separó su boca y se incorporó para rotar y colocarse en la misma dirección que Vi. La besó de nuevo en los labios y después bajó y siguió besando su cuello. Vi se estremeció y colocó la mano en la cintura de Cait, a la vez que emitía un tenue gemido. Caitlyn agarró el cuello de su camiseta y tiró de ella para dejar al descubierto su pecho. Empezó a besarlo también. La respiración de Vi se agitaba mientras notaba cómo sus bragas se manchaban con el espeso flujo que había comenzado a filtrarse de su vagina.

Los brazos de Vi recorrían la espalda de Cait mientras sentía cómo se mojaba más y más al tiempo que esta mordía con delicadeza sus endurecidos pezones a través de la ropa.

- Oh, Caitlyn... - dejó que se le escapase en un susurro.

Con dulzura, Cait la sujetó por los hombros y tiró de ella para que se incorporase. Le quitó la camisa y la echó a un lado, dejando al descubierto sus hermosos pechos, ni muy grandes ni muy pequeños. Sus pezones eran de un tono rosado, algo oscuro.

Caitlyn se apretó contra ella, abrazándola a la vez que la besaba entre los senos y la recostaba sobre el colchón. Siguió chupándole los pezones mientras se posicionaba sobre ella, con los muslos a cada lado de sus caderas. Vi le acariciaba el pelo, enredando sus dedos en él.

Vi dejaba escapar sollozos de entre sus labios mientras Cait recorría los suyos por su abdomen, besándolo y lamiéndolo.

Caitlyn se reclinó un poco hacia atrás y acarició los definidos músculos abdominales de Vi. Se mordió el labio inferior, excitada. Luego se fijó en la cicatriz que la profunda herida causada por Sevika había dejado en su costado.

- Estúpida - murmuró, mientras se inclinaba para besársela.

De hecho, todo su cuerpo estaba salpicado por alguna que otra cicatriz aquí y allá. Caitlyn sintió lástima, imaginándose la vida tan dura que las había provocado, mientras que ella había crecido rodeada de lujos.

- Hoy voy a compensarte por esto - pensó.

Cait retrocedió un poco y desabrochó el cinturón de los pantalones de Vi. Tiró de ellos hasta dejar al descubierto sus bragas, visiblemente mojadas. Cait se mordió el labio de nuevo y terminó de quitarle los pantalones para luego dejarlos sobre la camisa ya retirada.

- Por la mancha de tus braguitas, deduzco que ya estás preparada para lo que está a punto de pasar, Vi.

Caitlyn sacó la lengua y lamió su vulva por encima de las bragas, justo donde estaba la mancha. Vi se estremeció y soltó un fuerte gemido. Se reclinó hacia Cait y le sujetó la cabeza con las dos manos.