A veces creo que estoy sola en el mundo, y a pesar de estar rodeada de gente me siento vacía.
A veces oigo ruidos, veo cosas y os juro que no estoy loca.
Por miedo a parecerlo escribo más y hablo menos.
Igual está todo en mi cabeza.
A lo mejor tengo a alguien viviendo ahí dentro.
Incluso puede que pasee por mi interior, que haya un submundo entre costillas y pulmones.
A veces oído ruidos, veo cosas y os juro que no estoy loca.
Será mi creador de sueños o el pintor de almas que busca la mía para decorarla.
Qué mala suerte, dudo que la encuentre.
Se la vendí al diablo por un beso.
Y volvería a hacerlo mil veces.
Ojalá tuviese mil almas.
Ahora cuando expiro pegada a un cristal no sale nada.
Ya no mancho de vaho la ventana.
Echo de menos dibujar corazones en el coche mientras hacía uno de mis viajes.
Creía que me iba a otros mundos, planetas lejanos.
Como cuando me montaba en un avión.
No sabía muy bien por qué, pero estaba volando.
Y sin embargo, me fiaba de que un desconocido no me cortase las alas.
A veces oigo ruidos, veo cosas y os juro que no estoy loca.
¿O si?