Ángel o demonio.

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Se ha apagado el sol.

No conseguía cambiar el color de mi vida.

Negro.

Hacía tiempo que no veía la luz.

Hacía mucho que las nubes me tapaban las vistas al mar.

Estaba ciega y no creo que haya cambiado.

Sigo viendolo igual.

Alguien me está arrancando uno a uno, las venas, arterias y capilares que llevaban la sangre a mi corazón.

Estoy muerta.

Mi duda es si me han matado o ha sido suicidio.

Creo que el amor no es causa natural, más bien es la pérdida del juicio.

Sigo echándole de menos.

En algún momento se me tendrá que olvidar ¿no?

Igual es culpa mía.

A lo mejor soy yo, que realmente no quiero olvidarme de nosotros.

Qué.

Estoy loca.

Sigo con la mente turbia pensando en cómo me hacía sentir.

Ya no me importaba cómo vestir, cómo estar, sólo lo necesitaba a él.

Únicamente.

He de admitir que, incluso el hecho de tener o no cara, me era indiferente.

Seguía siendo y soy, una vagabunda pidiendo una limosna de cariño.

A lo mejor es verdad eso que dicen de que el amor hace que dejemos de ver los defectos del otro.

A lo mejor es por eso que siempre pintan a Cúpido ciego.

Balas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora