Limerencia.

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A veces me pasa que me despierto a mitad de la noche y me pongo a recordar.

Es entonces cuando vuelve el insomnio y esas ganas de tener a alguien con quien compartir las noches largas para que se hagan cortas.

Y un buen día me despierto y resulta que te quiero.

Yo, que no sé querer.

Que me acojono en la mayoría de situaciones que me obligan a sentir y a penas se vivir.

Yo, que soy una kamikaze en esto del amor.

Que huir siempre se me ha dado mejor y luego me quejo de que nadie quiera quedarse en este desastre hecho vida.

Yo, que me obsesiono con imposibles que sé que nunca voy a tener porque eso me hace sentir más segura.

Que no se nada del amor y que me hundo a la mínima.

Te estaría mintiendo si te digo que no te echo de menos pero es que no quiero que mi corazón se rinda.

No quiero que diga: Hasta aquí.

Mi cabeza nunca estaría de acuerdo y eso duele.

Has encerrado mi pecho en tu pecho y qué hago yo sin corazón.

La cabeza ya la he perdido.

Balas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora