More than best friends. «Ashton Irwin» [EN PROCESO]

12. Un día juntos

¿Qué me gustaría hacer?

— ¿Podemos ir de compras? Para revivir viejos tiempos.

El pareció pensarlo unos segundos y tenía por qué, ya que era un lugar bastante público. Pero después de unos segundos una pequeña sonrisa apareció en su rostro.

— Me parece perfecto, sirve que aprovecho para comprar unas cosas que me hacen falta para continuar con el Tour.

Ambos sonreímos y emprendimos camino a el centro comercial.

La radio sonaba, Ashton y yo de vez en cuando cantábamos, a la vez que reíamos.

Extrañaba tanto estos momentos.

Y cuando menos nos dimos cuenta ya estábamos en el estacionamiento del centro comercial. Ashton apagó el auto y ambos bajamos de este. No pasé por alto el hecho de que mi amigo ya se había puesto una gorra y unos lentes de sol. Haciéndolo ver más atractivo todavía.

Oops, ¿Quién dijo eso?

Aunque es obvio que el propósito de eso no es verse más atractivo, sino que es para pasar al menos un poco desapercibido. Aunque seamos sinceros, la belleza de Ashton es difícil de ignorar aunque lleve todo eso puesto.

Abrí los ojos con sorpresa cuando sentí como el tomaba mi mano y me jalaba para entrar al centro comercial. Rogaba para que no se evidenciara demaciado mi sonrojo.

— Ok, ¿qué quieres hacer primero? — preguntó mi amigo ya que habíamos entrado al gran lugar.

— ¿Primero vamos al cine? — el sonrió, al parecer pensamos lo mismo.

Estamos algo así como sincronizados... Que boneto.

      

                                [...]

—No, no, no y no.

Ashton estaba frente a mi con los brazos cruzados mientras negaba fuertemente con su cabeza.

Resulta que la única película en la Cartelera era una de terror, y, adivinen de quien no es el fuerte.

Así es, de mi queridisimo Ashton Fletcher Irwin.

Supongo que es el resultado de ver muchas películas animadas.

— Oh, ¡vamos! Será divertido — insistí.

— De divertido nada, Valery. Si veo esa película hoy no podré dormir — hizo un muy adorable puchero.

— Por favor — junté mis manos, suplicandole, a la vez que le regresaba el puchero.

Luego de unos minutos, solo rodó los ojos.

— Bien — festejé como una niña al resivir el juguete que quería en navidad, pero el interrumpió mi festejo —. Pero hoy dormirás conmigo — amenazó para luego tomar mi mano y jalarme a comprar las entradas.

— Oh no — murmuré mientras me jalaba.

Esto será interesante.

                                [...]

— Val, vámonos por favor.

Llevaba diciendo eso desde hace ya 20 minutos... Y apenas llevamos 30 minutos de película.

— Ash, aguanta solo un poco más, está pasando lo interesante — susurré mientras llevaba una palomita a mi boca y no despegaba mi vista de la pantalla.

— Por favor, Valery, ya no aguanto más.

Lo miré y... ¿Tenía los ojos cristalizados a caso?

Nopuedeser.