Capítulo 22

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Jimin decidió, cerca de las diez de la noche, que después de una agotadora sesión de fotos no sería mala idea llamar a Jungkook y preguntarle cómo había estado.

Para su suerte el pelinegro había estado haciendo tareas y hablando con su familia, al parecer Taehyung tuvo que salir, por lo que estaba igual de aburrido que el. Ambos mantuvieron una charla fluida y divertida, cenaron "juntos" cada uno desde su habitación.

Mientras Jimin le hablaba acerca de la sesión de fotos invernal que había tenido, no pudo evitar posar levemente frente al espejo, mirando detenidamente sus piernas gruesas, brazos delgados y baja estatura que al final del día eran las inseguridades más brillantes en su mente.

Jungkook lo considera lindo?.

Y sexy?.

Alzando una ceja ante sus pensamientos se sintió un cerdo hormonal cuando levantó su blusa y miró a través del espejo su trasero, sin dudas uno de sus atributos más mencionado en la boca de otros.

— Jungkookie.

— Dime — contestó y Jimin rió al escuchar su voz distorsionada por posiblemente comida.

— Yo... humm.. Hace algo de frío, no crees?.

— Estamos casi en invierno, aunque hace menos frío que ayer.


—  Tienes razón — rió un poco y se sentó sobre la cama con sus piernas cruzadas — Me gustaría abrazarte.

Rió nuevamente ante el silencio y la idea de que Jungkook estuviera teniendo un ataque de nervios, como cada vez que se dirigía a el de forma tierna, le provocó demasiada gracia.

— Es chiste — lo calmó y escuchó la risa del pelinegro del otro lado de la línea — Aunque si quieres no es chiste.

— Estás en tu casa?.

— Mm hu — murmuró en forma de asentimiento.

— Si quieres yo... podría ir a verte.


Jimin se recostó en la cama y pensó seriamente en que sería una buena idea pasar una noche abrazado de Jungkook.

Casi media hora después, un pelinegro tocaba el timbre de su mansión, Jimin bajó rápidamente aprovechando que su mayordomo no estaría despierto a esa hora y sus padres habían vuelto a viajar a Japón por temas de trabajo.

— Vaya, en serio hace frío.

El pelinegro sonrió y se adentró rápidamente al lugar tratando de que Jimin no sintiera la brisa helada del exterior. Ni siquiera pudo terminar de sacar su gran abrigo o dejar sus zapatos cuando unas pequeñas manitos se posaron en su pecho y acto seguido los labios cálidos del rubio hicieron contacto contra los suyos, los cuales estaban fríos.

Jungkook esa noche estaba extraño y lo sabía, por alguna razón la lejanía de sus padres lo puso de modo melancólico al darse cuenta que, si no fuera por Tae, estaría completamente solo tratando de salir adelante en una gran ciudad como era Seúl, mejorando sus promedios por un trabajo del cual viviría y seguiría sin poder ver a su familia como quisiera.

Pero por suerte, antes de caer en la tristeza y optar por dormir hasta el otro día, Jimin le había calmado la noche llamándolo sorpresivamente.

Everything is pink $ KOOKMIN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora