Han pasado 2 semanas desde la pequeña pelea de Vi y Ekko. Las cosas iban mejorando, Jinx empezó hacer juguetes a los pequeños algunos al principio no confiaban mucho en Jinx, y cuando me refiero algunos, me refiero a los adultos.
Sin embargo al ver como ninguno de los juguetes explotaron lo tomaron con mas clama, y al ver como los niños estaban contestos con sus nuevos juguetes dejaron que su hija jugara con los pequeños.
Jinx le daba información a los firelights sobre los los almacenes y lugares escondidos de Sevika como parte del trato que tenia con Ekko. Y por primera vez en muchos años se sentían en paz sin Jinx cazándolos y matándoles era como si una gran roca desapareciera de sus espaldas, ahora el único problema era Sevika, o eso era lo que todos pensaban, todos excepto Ekko.
Ekko tenia un problema, Jinx. No en el termino de confianza, se había ganado esa confianza hace un par de días literalmente dormían juntos. Lo que le preocupaba era la salud de Jinx.
Ese era su pesadilla, su tormento y aunque ella y sus doctores les decían que nada malo le estaba pasando, que su salud estaba bien, el sentía que algo estaba mal, el tenia miedo por primera vez en años Ekko tenia miedo.
Tenia miedo de despertar un día y encontrar a Jinx muerta, ese era su nuevo temor su pesadilla. La simple idea de que su hija creciera sin su madre, la simple idea lo alteraba. Y hace unos días su temor aumento, cuando se entero de que ella estaba tosiendo sangre.
Jinx decía que estaba bien, que todo estaba bien, sin embargo el no le creía. tenia miedo bástate miedo, no la quería perder, no otra vez.
-Una moneda por tus pensamientos- pregunto Jinx al ver como Ekko estaba atrapados en su propios pensamientos. -¿Sucede algo, Ekko?-
-Si, solo que he estado pensando en lo que ha pasado en los últimos días. -le contesto Ekko.
-Tienes razón.- comento Jinx para luego poner su cabeza sobre el hombro de Ekko. -Debo agradecerte.-
-¿agradecerme? -pregunto Ekko. -¿por que?.
-Por darme a Hope -
-Bueno tu tuviste la parte pesada, yo debería agradecerte por dejarme ser parte de la vida de nuestra hija.- dijo Ekko causando que Jinx se riera. Amaba la sonrisa de Powder, era pura y sincera, pero en secreto amaba la risa de Jinx, era alegre y divertida. En los últimos días aprendió a amar a ambas, sabia que Powder seguía viva adentro de Jinx. Pero no podía separarlas.
-Ekko -llamo Jinx
-Dime -
-¿Amas a nuestra hija? -le pregunto Jinx.
-Claro que si, la amo es sangre de mi sangre.- contesto Ekko
-Aun que tenga la mía, la sigues amando- comento Jinx, Ekko la agarro de sus mejillas para que sus ojos se conectaran.
-Jinx, sin importar lo que pase amo a nuestra hija. Ella es fruto de nuestro amor Jinx.-
-¿aun me amas? -pregunto Jinx con tristeza y dolor rogándole a Ekko consuelo y amor. Ekko sabia que las palabras no basta, para ser sinceros el aun la amaba. Y para ser precisos extrañaba los labios de la peliazul. Necesitaba besarla, deseaba besarla, quería besarla. Y sin poder resistir la beso, junto sus labios con los de ella. Moviéndose al compas de un ritmo la anhelaba y por fin la tenia en sus brazos otra vez, debido a la falta de oxigeno tuvieron que separarse
-Siempre te he amado. -respondió Ekko para volverla a besar, la deseaba siempre la deseo, pero ese deseo era prohibido, y eso lo torturaba. Ekko sostiene su rostro y la besa, no en los labios donde ella puede embriagarlo de nuevo, no con hambre, sino en su mejilla, con seguridad, con ternura. Y luego lo hace de nuevo, y de nuevo, y de nuevo, hasta que ella simplemente está sollozando.
Ahí es cuando él finalmente presiona otro beso en sus labios. Él no puede resistir el impulso de darse el gusto, especialmente cuando su intento de asegurarla en su regazo resulta en un gemido bajo y satisfecho que inspira un anhelo primitivo por más.
Él la levanta en picado, como si los dioses hicieran sus manos con el propósito de sostener sus muslos, y la tiene contra el poste de madera en el centro de la habitación, sumergiendo su cuello mientras ella echa la cabeza hacia atrás con una risa triunfante.
En un instante, sus delgados brazos se enganchan alrededor de su cuello mientras captura sus labios en los de ella. Cada movimiento entre ellos se vuelve hambriento y desordenado con el desprecio de sus reservas.
Él jadea y gime en otro beso cuando ella desliza una mano debajo de su camisa para apretar su cintura. En algún lugar del camino, su rodilla se asienta entre sus piernas y golpea contra el quid de su abdomen, lo que resulta en un jadeo agudo.
La mente de Ekko estaba lleno de deseo y anhelo, como si ambos hubieran estado esperando esto toda su vida. Todo lo que Ekko sabe es que se ve tan jodidamente bonita con el cabello revuelto por los besos frenéticos, y el ruido que hace cuando él la aprieta lo vuelve loco. Lentamente la llevo a la cama, poniéndose encima de ella.
-Jinx -dijo Ekko en el oído de la madre de su hija. - Hope puede vernos.-
-Tranquilo, Hope esta jugando con sus nuevos juguetes abajo con los demás niño.- le respondió la peliazul con una sonrisa traviesa. - Vamos Ekko se que tu también quieres esto.-
-Joder ven aquí - contesto Ekko para luego empezar a besar el cuello de la peliazul con pasión.
-Ese es el espíritu, Ekko.-
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Holis si lo se el capitulo es corto pero ya no me alcanzo el tiempo. así que si les gusto dejen su voto y síganme para mas contenido.
Hija de sombra fuera . . . .