Capitulo 9

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D+60:33:54 (Reloj de Misión de la Capitana Oficial de Vuelo Rawley ) /Pelican Echo 419, Sobre el embarque de armas Covenant.

―Hay una torre grande a unos cien metros de su posición actual. Encuentra uncamino entre la niebla y el denso follaje, conseguiré moverme y podrérecogerlos,‖ indicó Rawley. Los ojos de ella se consolidaron, mientras que elSPARTAN-117 tomó el frente y los marines dejaron el antiguo complejo paraentrar al abrazo fétido del pantano. La lluvia y algún tipo de interferencia queprovenía de la estructura, hurgaba endemoniadamente con el equipo dedetección del Pélican, pero ella estaba condenada, como si ahora fuera aperder a los marines. Después de todo, tenía una reputación que mantener.―Entendido,‖ El jefe contestó, ―Estaremos en camino.‖Ella mantuvo al Pélican en círculos, sus ojos se alzaron para afrontar elproblema. No había ninguna amenaza inmediata. Eso la puso más nerviosaaun. Desde que ellos habían bajado a la superficie del anillo, los problemassiempre aparecían golpearlos sin alguna advertencia.Por una centésima de segundo, desde que dejó la Alpha Base, ella maldijo lafaltade munición para los Pélicans.Sabiendo que la nave de descenso estaba en alguna parte sobre la neblina,ansiosos de salir de ese maldito infierno, los marines avanzaron haciaadelante. El espartan les recomendó que avanzaran lentamente, mantener susojos abiertos y atentos, pero no antes de que él se encontrara detrás en mediolío.La torre que Foehammer había mencionado, apareció adelante. La base de lacolumna era circular, con soportes medio redondeados que sobresalían hacialos lados, probablemente para mantener estabilidad. Un poco mas a lejos,extendiéndose hacia las afueras de la misma columna, estaban unasplataformas laterales. Su propósito no estaba claro, pero de igual manerapodría decirse que era parte de la misma estructura. La cima de la estructuraestaba perdida entre la neblina.El jefe maestro hizo una pausa para echar una mirada alrededor, oyó el gritoque provenía de uno de los marines, ―¡Contacto!‖ rápidamente seguido por losdisparos de un arma de asalto en fuego automático. Puntos rojos habíaaparecido en el sensor de movimiento del espartan. Vio a una docena deaquellas infecciones esféricas, saltando desde la neblina y supo que cualquierposibilidad de contener a las criaturas bajo tierra había sido un fracaso.Los censores del Pélican de repente dibujaron docenas, corrección, cientos delos nuevos contactos sobre tierra. Rawley maldijo y empujó al Pelícan por losalrededores, esperando el fuego de tierra.Ningún disparo de arma de fuego se dirigió a la nave de descenso. ―¿Quédemonios?‖ ella murmuró. Primero, los contactos aparecían de la nada, cargólas armas del Pelican, ¿pero no hubo disparos hacia el area donde Rawleyestaba? Quizá el Convenant estaba muy estúpido para saberlo o bien lasituación se estaba poniendo fea.Ella llamó por radio para advertir a las tropas, e hizo una mueca de dolordebido al sonido sordo de las armas automáticas al ser disparadas por suauricular. ―¡Adelante, equipo en tierra!‖ ella gritó. ―múltiples contactos sobretierra—Ellos están ahora mismo encima de ustedes!‖La radio rugió, luego la estática llenó sus portavoces. La interferenciaempeorada. Ella golpeó los controles de la radio con un puño enguantado.―¡Maldición!‖ ella gritó.―Uh, jefa,‖ Frye dijo. ―Mejor eche una mirada a esto.‖Ella echó un vistazo a su copiloto, siguió su mirada de sus propios ojossorprendidos. ―De acuerdo,‖ ella dijo, ―¿Alguna idea de que demonios es?‖El Jefe disparó cortas ráfagas de su arma de asalto, docenas de aquellos aliensestallaron, y giró para confrontar a una forma de combate. Este estaba armadocon una pistola de plasma, pero tiró de ésta hacia delante después de abrirfuego. El arma automática del jefe estaba masacrando y deshaciendo a lacriatura a pedazos cuando él tiró del gatillo. El pecho del ex-elite se abriócomo una flor escabrosa y la forma de infección escondido adentro, explotó enpedazos.El espartan oyó un estallido de estática en su sistema de comunicación. Lainterferencia se agudizó cuando el equipo superpoderoso de comunicacionesde la MJOLNIR intentó filtrar la señal, sin ningún resultado. Lo cual parecíaser Foehammer, pero el jefe no estaba seguro de ello.Flotó delante de la cabina del Pelican por un instante, y la luz cegó los ojos deRawley. Estaba hecho de alguna especie de metal plateado, bruscamentecilíndrico pero con los bordes angulares. Las alas, del objeto cambiaron deposición y se deslizaron cuando los timones del dispositivo se sacudieron en elaire. Esto, de alguna forma —brillaba con una luz luminosa en la cabina delpiloto, entonces se alejó y se dejó caer en altitud. Debajo del Pélican,Foehammer podía ver docenas de unas criaturas que volaban en una línearecta. En segundos, se dejaron caer debajo de la línea de los árboles y seperdieron de vista.―Frye,‖ ella dijo, su boca estaba repentinamente seca, ―Digále al Jefe Cullenque trabaje en el sistema de comunicación, que saque del hoyo estainterferencia. Necesito hablar con el equipo de tierra, ahora.‖La marea de aquellos hostiles caían por detrás de los tobillos, dentro del aguaprofunda y reagrupándose al mismo tiempo. Una docena de unas exóticasmáquinas cilíndricas aparecieron, saliendo por fuera de los árboles, flotandopor encima del terreno pantanoso. El marine más cercano gritó, ―¿Que oquienes son ellos?‖ y era sobre si dispararles a estas maquinas, cuando el Jefelevantó una mano para advertir. ―Aguarde marine, . . . veamos lo que hacen.‖Lo que pasó después era inesperado y satisfactorio. Cada máquina emitió unrayo de energía, atravesando como un arpón a uno de los hostiles, y loincineró.Algunas de las formas de combate trataron de evitar este ataque, e intentaronregresar la agresión hacia aquellas máquinas, pero pronto se pusieron fuera deacción por los esfuerzos combinados de los marines y de los nuevos aliadosque habían encontrado.A pesar de la ayuda, los marines no viajaron muy bien. Simplemente habíademasiadas criaturas hostiles alrededor de ellos. La escuadra se redujo hastaun par de soldados de primera clase que permanecieron juntos, después uno;entonces finalmente el último de los marines cayó bajo un grupo de pequeñosbastardos infecciosos. Los recién llegados volaban en lo alto de su cabeza,rociando fuego de láser carmesí a un grupo de formas combate, el Jefeatravesó el pantano hacia la torre. Ya en terreno alto—y la posibilidad deavistar a Foehammer para el evacuación—se dibujó en él.Él se subió en un soporte de apoyo de la estructura y se posicionó sobre el,como si estuviera en una terraza, en forma de circulo. Él tenía un buen campode fuego, y él le disparó a una forma de combate que se encontraba demasiadocerca.El jefe intentó probar la radio de nuevo, pero se encontró con más estática.El espartan oyó lo que parecía alguien tarareando y giró para descubrir queotra máquina se encontraba detrás de él. Parecido a los otros recién llegadosque estaban diseñados cilíndricamente, angularmente, con alas de metal, peroesta estructura estaba redondeada, casi esférica. Tenía un solo ojo, era azulresplandeciente con una cubierta envuelta, y una alegremente manerametódica forma de hablar.―¡Saludos! Soy el monitor de la instalación 04. Yo soy 343 Guilty Spark.Alguien ha liberado al Flood. Mi función es prevenir que salga de aquí.Requiero de su ayuda. Vamos. Por aquí‖.La voz parecía artificial. Éste ―343 Guilty Spark‖ era alguna clase deestructura artificial, el espartan comprendió. Era una pequeña máquina, élpudo ver al Pélican de Foehammer moverse dentro de su posición.―Aguarda,‖ el jefe contestó, tratando de sonar amistoso. ―¿El Flood?¿Aquéllas cosas de allá abajo se llaman Flood ?‖―Por supuesto,‖ 343 Guilty Spark respondió, con una nota de confusión que sesintetizó en su voz. ―Que rara pregunta. Nosotros no tenemos tiempo paraesto, Reclamador.‖¿Reclamador? el jefe se preguntó. Él estaba a punto de preguntarle a lapequeña máquina que significaba eso, pero sus palabras nunca salieron.Anillos palpitantes de luz dorada viajaron a través de todo su cuerpo, él sintióla luz envolverlo, y vio una explosión de luz blanca.Rawley había puesto al Pélican en la posición sobre la estructura de la torre, ypodía ver la silueta distintiva del espartan que estaba de pie en la estructura.Elladisminuyó el acelerador derecho, y el Pélican se deslizó hacia delante, y seacercó aún más a la estructura. Ella dio un vistazo a tiempo para ver alespartan desaparecer en una columna de luz dorada.―¡Jefe!‖ dijo Foehammer. ―¡Perdí tu señal! ¿A dónde fuiste? ¡Jefe! ¡Jefe!‖El espartan había desaparecido, y fue muy poco que la piloto podía hacer,excepto recoger a los marines, y esperar lo mejor.Como el resto de los oficiales del batallón, McKay había trabajado muchotiempo en la noche, supervisando los esfuerzos para restaurar las defensas dela pequeña colina mal destrozada, asegurando a que los heridos recibieran loscuidados mientras era favorable, y restaurar algunas operaciones normales.Por último, alrededor de las 0300, Silva ordenó su baja temporal a Mckay,señalando a alguien, que tenía que estar en el mando a las 0830, y que no iba aser él.Con los rastros de adrenalina todavía en su torrente sanguíneo, e imágenes debatalla fluctuando a través de su cerebro, la Comandante de la compañía le fueimposible dormir. En cambio ella daba vueltas, y miró fijamente el techo hastaque a las 0430 horas, finalmente se durmió.A las 0730, con sólo tres horas de sueño, McKay hizo una pausa para tomar deun jarro el café instantáneo, de un improvisado vestíbulo; antes de remontarvuelo a los escalones ensangrentados, para llegar a la cima de la colina. Losrestos de lo que había sido Charlie 217 se habían disipado durante la noche,pero un parche grande de metal carbonizado, marcó la mancha dónde elcombustible había estado ardiendo en llamas.La oficial hizo una pausa para mirarlo, se preguntó que le pasó al pilotohumano, y continuó su excursión. La totalidad de la superficie de Halo habíasido declarada una zona de combate; lo que significó que era imprudente quelos soldados alistados saludaran a sus superiores, para que ellos no fueranidentificados por francotiradores enemigos. Pero había otras maneras deseñalar respeto, y como McKay se abrió paso, hacia los paneles de aterrizaje yfuera hacia más allá del campo de batalla, parecía como si todos los marinesquisieran saludarla.―Buenos Días, señora.‖―¿Cómo le va, Teniente? Espere, usted consiguió un poco de sueño.‖―Eh, capitana, ¿Supongo que los expresamos, huh?‖McKay les contestó a todos ellos y continuó su camino. Simplemente el hechode que ella estaba allí, paseándose a través de las defensas de plasma-teñidasde negro con una taza de café en su mano, sirvió para tranquilizar a las tropas.―Mira,‖ uno de ellos dijo, cuando ella caminó a lo lejos, ―Hay un Botín. Fríacomo el hielo, hombre. ¿La viste anoche? ¿Estando de pie en ese tanque?Estaba como si nadie pudiera tocarla.‖ El otro marine no dijo nada, sólocabeceó afirmando, y regresó a cavar una trinchera.De algún modo, sin pensarlo conscientemente, los pies de McKay la llevaronatrás hacia los Scorpions y al punto en que su particular batalla, la cual tuvolugar. El Covenant conoce el metal de los gigantes ahora, por qué ambasmáquinas estaban excavándose hacia afuera y corrían hacia la tierra firme.La oficial se preguntó que planeó hacer Silva con ellos, y bebió el últimosorbo de su café antes de dirigirse hacia más allá de la meseta. Los prisionerosCovenant, todos juntos encadenados de los tobillos, estaban ocupadosexcavando tumbas. Una sección para los miembros de sus fuerzas armadas, yuno para los humanos. Era una vista aleccionadora, cuando las filas de cuerposestaban cubiertos con una lona, ¿Y todo eso para que?Para la Tierra, ella se dijo, y los billones que irían sin sepultar si el Covenantlos encontrara.Había mucho que hacer—la mañana pasó rápidamente. El Mayor Silvaregresaba al servicio a las 1300 horas y envió a un marine para que encontraraa McKay. Cuando ella entró a la oficina de él, ella vio que estaba sentándosedetrás de su escritorio provisional, trabajando en una computadora. Él buscabay apuntaba a una silla salvaguardada de un bote salvavidas.―Quítese la carga,Teniente. Buen trabajo allá fuera. Yo debo tomar una siestamás ¡Seguido! ¿Cómo se siente?‖McKay se dejó caer en la silla, se ajustó para encajar su cuerpo en ella, y seencogió de hombros. ―Estoy cansada, señor, pero por otra parte estoy bien.‖―Bien,‖ dijo Silva, mientras juntaba sus dedos con ambas manos. ―Porque haytrabajo suficiente para hacer. Tendremos que maniobrar a todo mundofuertemente—y eso nos incluye.‖―Señor, sí señor.‖―Así que,‖ Silva continuó, ―yo sé que usted ha estado ocupada, ¿pero tieneusted una oportunidad para leer el informe que Wellsley reunió?‖Una pequeña caja de poderosas computadoras inalámbricas, como la queestaba situada en el escritorio del Mayor, se había recuperado del Autumnpero McKay todavía tenía encienda la suya. ―Me temo que no, señor. Losiento.‖Silva cabeceó. ―Bien, basado en información adquirida durante las reunionesde rutina, nuestro amigo digital cree que el ataque era lo menos y más de loque nosotros asumimos.‖Las cejas de McKay se elevaron. ―¿Qué significa eso?‖―Significa que la verdadera intención del Covenant, es que estaban buscandoalgo, más precisamente a ―alguien‖ que ellos pensaron que lo encontraríanaquí.‖―¿El Capitán Keyes?‖ McKay preguntó―No,‖ contestó el otro oficial, ―Wellsley piensa que no, y yo tampoco. Ungrupo de sus Élites stealth fueron capaces de penetrar a los niveles más abajodel complejo. Mataron a todos los que entraron en contacto, o a los que ellospensaban, pero un técnico se hizo el muerto, y otro estaba inconsciente. Ellosestaba en cuartos diferentes pero los dos contaron la misma historia. En unahabitación, y teniendo ganado el control, uno de aquéllos Elites de comando—los bastardos en trajes de combate Negros—posiblemente se mostrómomentáneamente. Él les habló en nuestro idioma estándar—e hicieron lamisma pregunta a ambos grupos. ―¿Dónde está el humano con la armaduraespecial? '‖―Ellos estaban buscando al espartan,‖ McKay dijo pensativamente.―Exacto.‖―Asi que... ¿Donde está el Jefe?‖―Eso,‖ contestó Silva, ―¿Es una muy buena pregunta?. ¿Dónde ciertamente?Él fue a buscar a Keyes, en medio de la superficie de un pantano, Foehammermencionó que el Capitán está probablemente muerto, y desapareció unosminutos después.‖―¿Piensa que está muerto?‖ indagó McKay.―No lo sé,‖ contestó Silva severamente, ―aunque no habría demasiadadiferencia si lo estuviera. No, yo sospecho que él y Cortana están allí afuerajugando juegos.‖Con Keyes fuera del cuadro una vez más, Silva había reasumido el mando, yMcKay podía entender su frustración. El Jefe maestro era un recurso, o pudohaber sido si él estuviera alrededor, pero ahora, autónomo en algún lugar, elespartan estaba empezando a lucir como una responsabilidad. Especialmentedado a cuántas de las tropas de Silva habían muerto para defender a unhombre que no era igual a ellos.Sí, McKay podía comprender la frustración del Mayor, pero no pudosimpatizar con él. No después de ver al Jefe en ese mismo cuarto, su pielantinaturalmente blanca después de que pasó demasiado tiempo en suarmadura, sus ojos se llenaron ¿Con—Que? ¿Dolor? ¿Sufrimiento? ¿Un pocode desconfianza?La Oficial no estaba segura, pero cualquier cosa que fuera, no tenía nada quehacer con el ego, con la insubordinación, o un deseo personal de gloria. Ésaseran las verdades que McKay podía acceder, no porque ella era una soldadoexperimentada, sino por que ella era una mujer, algo que Silva nunca podríaaspirar a ser. Pero eso, no habría nada bueno que decir, así que ella no lo hizo.Su voz se estabilizó. ―Entonces, ¿A Dónde nos largamos?‖―La situación es normal: estamos cortos y probablemente rodeados.‖ La sillase reclinó mientras Silva se apoyaba hacia atrás. ―Como dice el viejo refrán,‗una buena defensa es una buena ofensiva. Justo después de que se asentaranalrededor y esperar por el Covenant para atacar otra vez, démosles donde masles duela. Nada grande, en todo caso todavía no, pero alguna clase de heridasque incluso dibujen sangre.‖McKay cabeceó. ―¿Y usted quiere que yo proponga algunas ideas?‖Silva sonrió abiertamente. ―Yo no podría decirlo mejor.‖―Sí, señor,‖ dijo McKay, mientras veía sus pies. ―Yo tendré algo paramañana.‖Silva miró la salida de la Comandante de la Compañía de su oficina,desperdició cinco segundos deseando que él tuviera seis más como los de ella,y se remontó a trabajar.El Jefe maestro sintió que él mismo regresaba en si rápidamente, como sifuera un rompecabezas con un millón de piezas, se preguntó que había pasado,y donde estaba. Él se sintió desorientado, con náuseas, y enfadado.Un vistazo rápido alrededor fue suficiente, para determinar que la máquinanombrada 343 Guilty Spark, lo había transportado de algún modo desde elpantano hasta las entrañas de la oscuridad, dando vueltas a la estructura. Vio ala máquina volando en lo alto, brillando en una delgada luz, azul fantasmal.El espartan levantó su arma de asalto, y disparó la mitad de un clip demunición sobre él. Las balas fueron ineficaces, de alguna manera no tuvoefecto, solo obtuvo una imprudencia en respuesta.―Eso era innecesario, Reclamador. Sugiero que conserve su munición para elesfuerzo que habrá mas adelante.‖Un poco menos enfadado, pero con la pequeña opción aceptó la situación, elJefe, miró alrededor. ―¿Entonces, dónde estoy?‖―La instalación fue construida especialmente para estudiar y contener alFlood,‖ la máquina respondió pacientemente. ―Su supervivencia como razaera dependiente en ello. Estoy agradecido de ver que algunos de ellossobrevivieron, para reproducirse.‖―¿Sobrevivientes? ¿Reproducirse? ¿De que demonios estás hablando?‖ exigióel jefe.―Debemos recoger el Índice,‖ dijo Spark, dejando las preguntas del espartansin contestar. ― Y el tiempo es esencial. Por favor sígame.‖La luz azul silbó a ese punto a lo lejos, obligando al jefe a que lo siguiera, oser dejado atrás. Verificó ambas armas cuando caminaba. ―Hablando de ti,¿Quién demonios eres, y cual es tú función?‖.―Yo soy 343 Guilty Spark,‖,‖ dijo la máquina, pedantemente. ―Yo soy elMonitor, más precisamente, una inteligencia artificial a cargo delmantenimiento y operación de esta instalación. Pero ustedes son losReclamadores—Entonces ya sabes eso en verdadEl jefe maestro no sabía nada al respecto, pero parecía prudente hablar de ello,así que dijo. ―Sí, bien, refréscame la memoria. . . ¿desde cuánto tiempo hasestado encargado?‖―Exactamente 101,217 años locales,‖ contestó el monitor alegremente,―muchos de los cuales eran bastantes aburridos. ¡ Pero ya no más !Hee, hee,hee. ‖El espartan fue sorprendido por las repentinas risitas de la pequeña máquina.Sabía que IA s de los humanos podrían usarlas, y con el tiempo desarrollarpersonalidades que educadamente se describen como ―extravagantes.‖ 343Guilty Spark había estado aquí por diez mil años.Era bastante posible que la pequeña IA estuviera demente.El monitor empezó a charlar, charlando acerca de ―llevar a cabo reparacionesa la subestación nueve‖ y otras cosas no entendibles....Su diálogo se interrumpió cuando apareció una variedad de forma Flood,caminando, y dio un gran salto fuera de la oscuridad circundante. De repenteel jefe estaba luchando por su vida una vez más, desplazándose hacia atrás yhacia adelante para alejarse y dejar fuera al enemigo, algo explotó y se movió.Fue cuando identificó por primera vez a una nueva forma Flood. Ellos eranunas cosas grandes deformadas que explotaban cuando les disparaba,esparciendo una docena de formas de infección en cada dirección,multiplicando el número de blancos que el disparador tenía que rastrear ymatar.Finalmente, como agua sosegada de un grifo, el ataque se acabó, y el jefe teníauna oportunidad para recargar sus armas.El monitor volaba cerca, todo el tiempo tarareaba él mismo, y riéndoseocasionalmente. ―¡No hay tiempo que perder! Tenemos trabajo que hacer.‖―¿Qué clase de trabajo?‖ inquirió el jefe cuando al final él cargó el proyectildentro de la escopeta y se dio prisa para seguirlo.―Ésta es la biblioteca,‖ explicó la máquina, flotando para que el humano lopudiera seguir. ―El campo de energía sobre nosotros contiene el Índice.Debemos llegar ahí.‖El espartan estaba a punto de preguntar, ―¿El Índice? ¿Qué Índice?‖ cuándouna forma de combate se tambaleó fuera de una alcoba y abrió fuego. El jefedisparó a cambio, vio la criatura caer, y lo vio saltar de nuevo. La siguienteráfaga tomó la pierna izquierda del Flood.―Eso debería reducir su velocidad,‖ él dijo cuando él volvió a tratar con unanueva horda de tambaleantes hostiles saltando. Una firme oleada de metalformó un arco que provenía del arma de asalto del jefe, cuando él disparóhacia la muchedumbre, sintió algo golpearlo por detrás, y giró alrededor paradescubrir que la forma de combate de una sola pierna, había estado cojeando ysiguiéndolo desde la última lucha.El espartan le voló la cabeza a la criatura en ese instante, esquivó para evadiruna forma portadora, y disparó al bulboso monstruo en la parte de atrás. Hubouna explosión de llovizna verde mezclada con la infección en forma de globoy piezas de carne fresca. Los siguientes diez segundos pasaban las criaturashaciéndose estallar.Después de que el monitor se alejó de nuevo y los Flood tenian la pequeñaopción para seguirlo. Llegó pronto enfrente de una puerta de metal grande.Construido para contener ¿el Flood quizás? Tal vez, pero lejos de ser eficaz,los bastardos viscosos parecían estar goteando en cada rincón y grieta.El Monitor sobrevoló por encima de la cabeza del humano. ―Las puertas deseguridad están bloqueadas automáticamente. Iré para acceder y obtener laanulación de ellas. Soy un genio,‖ de hecho el monitor pronunció.―Hee, hee,hee.‖―El dolor en el trasero es más parecido a esto,‖ dijo el Jefe maestro a nadie enparticular, hasta que un punto rojo apareció en su sensor de movimiento,rápidamente se le unió un media docena más.Luego, esa parte se convirtió en algo de lo que se volvería una pauta familiar,las formas de combate brincaron quince metros a través del aire, sólo para quelos babosos fueran desgarrados y destrozados por los 7.62mm. Las formasportadoras caminaban y se cernían como viejos amigos, venían luciendo comocartón mojado, y desparramando a los pequeños Flood en cada dirección. Lasformas de infección bailaron sobre sus consideradas piernas, insistiendo de esamanera, en que cada uno esperaría a reclamar al humano como suyo.Pero el jefe tenía otras ideas. Mató el último de ellos, cuando al mismo tiempolas puertas dobles empezaron a abrirse, y seguido por el monitor. ―Por favorsiga de cerca,‖ 343 advirtió Guilty Spark. ―Este portal es el primero de diez.‖―Más puertas. Apenas puedo esperar.‖El Jefe contestó cuando siguió a la IApasando una fila de enormes pantallas azules.343 Guilty Spark parecía inmune al sarcasmo cuando él charló sobre laprimera clase de instalaciones de investigación que los rodeaban—yalegremente llevó a su compañero humano todavía dentro hacia otraemboscada. Y para que fue, para que el Jefe trabajara a su manera, a través delas galerías infestadas de Flood, el mantenimiento de los túneles del contrapiso, y más de las galerías, antes de dar vuelta en una esquina para confrontartodavía a otro grupo de monstruosidades.El espartan tuvo ayuda en este momento, cuando una docena de las máquinascaza-asesinos que él había visto en el pantano, aparecieron en el aire sobre laescena, y atacó a las formas Flood que se congregaron debajo.―Estos Centinelas lo ayudarán, Reclamador,‖ mencionó el monitor. Losláseres silbaron y se dispararon cuando los robots golpearon a sus antagonistasde abajo, y después de haberlo hecho, se movieron para esterilizar losremanentes.El espartan observó con fascinación como las máquinas tuvieron el cuidado allevantarse pesadamente. Él prestó su ayuda cuando le pareció apropiado, yempezó a reprocharse cuando el aire que pasó por sus filtros, creció espesocon hedor de la carne cocinada.Cuando el espartan peleó a su manera a través de la instalación, el monitor,quien flotó encima de todo, ofreció un comentario. ―Estos Centinelascomplementarán tus sistemas de combate. Pero yo sugiero una actualización,de tu Armadura de combate por lo menos a una Clase Doce. Tu modelo actualsólo escanea como Clase Dos—la cual es inapropiada para este tipo detrabajo.‖Si hay un traje de batalla seis veces tan poderoso como la armaduraMJOLNIR, el pensó, "Estaré primero en la línea para probármelo".Él saltó para evitar un ataque de una de las formas de combate Flood, apretó elgatillo de la escopeta en su retaguardia, y voló un agujero de un pie de anchoatravesando la criatura.Finalmente, después de que los Centinelas trabajaron duro, habían reducido alFlood un poco mas que a una pasta grumosa, el espartan hizo su camino através de la carnicería y fuera hacia una plataforma circular. Era enorme, lobastante grande para manejar un Scorpión, y razonablemente en buen estado.La maquinaria emanó bandas de luz blanca, que pulsaron en alguna parte deabajo, y el elevador llevó al humano hacia arriba. Quizá las cosas seríanmejor, quizá el Flood todavía no había alcanzado ese nivel aún. Él pensó. Noofrecía mucha esperanza, sin embargo. Hasta ahora, nadie más habíaalcanzado correctamente esta misión.Profundamente dentro de los agujeros de Halo, los especimenes del Flood seconfinaron para facilitar un estudio a futuro, y para prevenirles escapar.Consciente del extremo peligro que el Flood proponía, y su capacidad demultiplicarse exponencialmente, así como bien tomar incluso forma de vidaavanzada, los antiguos construyeron las paredes de su prisión con grancuidado, y capacitando bien a sus guardias. Con nada que los alimente, y aninguna parte a donde ir, la disposición para poner al Flood inactivo, fue pormás de cien mil años.bajo deLuego los intrusos vinieron, rompiendo los sellos de su prisión, ynutriendo al Flood con sus cuerpos. Como una manera de escapar, y comidapara sostenerlos, los sarmientos del malévolo crecimiento se deslizaron através del laberinto de túneles y pasadizos que descansaban debajo de la pielde Halo, y se reunieron allí, donde hubo una vía potencial a la superficie.Una de esas ubicaciones se encontraba en una cámara situada debajo de unapequeña colina alta, dónde poco mas que una rejilla de metal impidió al Floodsalir de su guarida subterránea y salir disparando hacia a la superficie. Sin queeso lo supieran los hombres y mujeres de Alpha Base, ellos tuvieron un nuevoenemigo—y esto vivía directamente debajo sus pies.El elevador se sacudió al detenerse. El Jefe maestro avanzó a través de unpasadizo estrecho en la galería de más allá. El Flood atacó inmediatamente,pero sin amenazar su retaguardia, estaba libre para retirarse del corredor elcual él había venido, forzando a la aglomeración de monstruosidades quevenían hacia él a través del mismo canal estrecho. Antes de largarse, loscuerpos del Flood caídos empezaron a aumentar.Él hizo una pausa, mientras esperaba otra ola de atacantes, entonces empujóuna pila de muertos y la movió al lado a la próxima sección del complejo.Ellos quedaron bajo sus pies, hicieron sonidos gorjeantes (Quiebro que se hacecon la voz, tal vez dando su último aliento), y ventilando un gas asqueroso yhediondo. El Jefe estaba agradecido cuando sus botas regresaban de nuevo asuelo sólido otra vez.Los Centinelas reaparecieron brevemente después de esto y llevaron alespartan atravesando una fila de las grandes pantallas azules. ―¿Así que, dóndeestaban bastardos hace unos pocos minutos?‖ inquirió el humano. Por si losrobots oyeran, pero ellos no hicieron ninguna réplica cuando se deslizaron,circularon, y oscilaron a través del vestíbulo de adelante.―La actividad Flood ha causado un falla en un sistema de control. Tengo quereiniciar las unidades auxiliares,‖ dijo 343 Guilty Spark. ―Por favor continúaadelante—me reincorporaré contigo cuando haya terminado mi tarea.‖El monitor lo había dejado solo antes—y cada ausencia coincidió con una olafresca de atacantes Flood. ―Aguarda,‖ protestó el humano, ―discutamos esto—‖ pero era demasiado tarde. 343 Guilty Spark ya se había precipitado a travésde una abertura en la pared y desapareció viajando debajo de algún tipo deconducto.Por Supuesto, no sin antes de que el monitor tuvo que dejar a una formaportadora lleno de bultos, caminando fuera hacia la luz, reclamando su presa,y se apresuró para saludarlo. El espartan disparó a la forma Flood, peropermitió a los Centinelas limpiar el desorden resultante, mientras él conservósu munición.Un nuevo asalto del Flood salió desde la oscuridad, y el espartan adoptó unaestrategia más cautelosa: Permitió a los robots centinelas limpiar la zona. Alprincipio, los escudos de las máquinas se redujeron por una ola de formas deinfección, que atacaron con algo de dificultad. Luego más de los hostilesaparecieron, después más, más y más. Pronto, el jefe fue obligado aretroceder. Aplastó a una de las formas de infección con su pie, rompió a otroen el aire con el extremo de su rifle de asalto, y mató a una docena más con untrío rápido de AR estallándolos.El monitor voló de regreso dentro de la cámara, girando e inspeccionando lamatanza, de inmediato hizo un raro sonido clic metálico, que se oyó como unruido de desaprobación. ―Los Centinelas pueden usar sus armas para manejaral Flood por corto periodo de tiempo, Reclamador. La velocidad es esencial.‖―Entonces sigamos,‖ gruñó el jefe maestro.El monitor no contestó, pero prosiguió adelante. El pequeño constructo llevóal espartan a lo más profundo de los vestíbulos oscuros de la Biblioteca. Ellosatravesaron un número considerable de grandes puertas abiertas, antes dellegar al frente de una que estaba cerrada. El jefe pausó por un momento,mientras esperó a que 343 Guilty Spark pudiera abrirle, pero el monitor habíadesaparecido. Otra vez.Al infierno con esto. Él pensó. La pequeña máquina estaba agotandorápidamente sus reservas de paciencia.Determinado para moverse adelante con o sin los servicios de su guiador otravez, el jefe volvió sobre sus pasos hacia al punto, dónde una empinadamenterampa inclinada surgió debajo, la siguió descendiendo, y pronto se encontróen un corredor de mantenimiento abarrotado con Floods.Pero los confines estrechos del pasadizo, lo hicieron de nuevo más fácil paradeshacerse de las formas de vida parasitaria, y cinco minutos después elhumano caminó sobre una rampa en el otro lado de la puerta de metal, paraencontrar que el monitor estaba allí, murmurando.―¡Oh, hola! Soy un genio.‖―Cierto. Y yo soy un Vice Almirante.‖El monitor se lanzó hacia adelante, llevándolo por una depresión circular haciaotra puerta enorme. La maquinaria rechinó, y el jefe fue forzado a hacer unapausa cuando las puertas empezaron abrirse. Entonces escuchó un sonidometálico de golpe, seguido por un gemido, cuando la puerta en movimiento sedetuvo.―Por favor espera aquí,‖ Spark dijo, y desapareció rápidamente.Así, cuando el jefe maestro colocó un clip fresco y lo regresó de nuevo alcompartimiento, docenas de puntos rojos aparecieron en su sensor demovimiento. Estaba de pie con su espalda dando hacia la puerta, vio lo queparecía ser un pelotón de formas Flood, preparándose deprisa para embestirlo.Era bastante simple abrirse sobre ellos, y arriesgando la posibilidad de quepodrían rodar bajo de él, el Jefe tiró una granada en medio, y la mitad de susoponentes fueron destruidos en una sola explosión. Tardó unos minutos más,para que unas pocas rondas de munición matara al resto, pero el espartanconsiguió hacerlo.Fue cuando la maquinaria se reinició, las puertas se abrieron, y el monitorreapareció, murmurándose. ―¡Soy un genio!‖Él caminó a través de una nueva gran cámara, era una galería abovedada,oscuramente iluminada con piscinas de luz amarillo dorado. Por primera vezdesde que Spark lo había arrastrado hasta aquí, el jefe tuvo un momento derespiro. Cuando había entrando en la Biblioteca, la cabeza del espartan habíaestado girando. Después de que las hordas de criaturas hostiles, lo atacaban detodas direcciones.Él rompió un paquete proteico, tiro el suplemento nutriente vacío, y recogió suarma. Es tiempo de movernos.Procedió hacia lo más profundo de la Biblioteca, encontró un cuerpo humano.Se inclinó para examinarlo.Esto no era agradable. El cuerpo del Marine fue destrozado al punto, de queincluso el Flood no podría hacer uso de él. Él estaba en el centro de unamancha grande de sangre seca, cubierto por el latón de su armadura.―Ah,‖ 343 expresó Guilty Spark, miró abajo por encima del hombro delespartan.―El otro Reclamador. Su armadura de combate demostró incluso ser menosapropiada que la tuya.‖El soldado espartan observó por encima de su hombro. ―¿Qué quieres decir?‖―¿Es esto una prueba, Reclamador?‖ el monitor parecía realmente confundido.―Yo lo encontré deambulando a través de una estructura al otro lado del anillo,y lo traje al mismo punto donde tú empezaste.‖El Jefe observó el cuerpo y se maravilló del hecho de que cualquiera podíallegar tan lejos. Incluso con su aumento físico, y las ventajas de su armadura,el espartan fue superado ―al fin‖, por su resistencia.Verificó, encontró la chapa de identificación en su cuello, y leyó el nombre.MOBUTO, MARVIN, STAFF SERGEANT (Sargento de Personal), seguidopor su número de servicio.El Jefe guardó la chapa. ―no te conocí, Sargento, pero estoy seguro delinfierno del cual yo pasé también. Debiste de haber sido un duro hijo deperra.‖No era como un elogio, pero esperó a que lo fuera, el Sargento MarvinMobuto tal vez lo habría escuchado, y lo habría aprobado.Una buena trampa requiere un buen cebo, lo cual era por qué McKay teníauno de los Pélicans, Charlie 217 extraído e incinerado los restos y dejándosecaer hacia el sitio de la emboscada; durante unas horas en el anochecer. Tomótres viajes para transportar una cantidad suficiente de ruinas y de chatarra,seguido por horas de esfuerzo agotadoras, para esparcir alrededor las piezas deuna manera realista, entonces posicionó sus tropas sobre las rocas.Finalmente, el sol atravesó como una lanza el área con luz matutina, todoestaba listo. Una llamada de auxilio salió, y especialmente se encendió fuegopreparado, para arder profundamente dentro de los restos. Esparcido alrededorde ―el sitio del accidente‖ algunos de los ―voluntarios‖—los cuerposasesinados de los camaradas en la pequeña colina, se habían posicionadodonde ellos pudieran verse desde el aire.Cuando la mitad del primer pelotón intentó conseguir un poco de sueño, elresto mantuvo guardia. McKay usó sus gafas para escanear el área. El sitio delfalso accidente estaba localizado abajo, entre una cima y una ladera rocosa,cubierto con mezclas de grandes rocas. Los restos, eran disimulados con nubesde humo, que parecían bastante realistas.Wellsley creyó haber desestimado primero a los marines y al personal Naval,como poco más que una pequeña molestia, el enemigo había sido forzado acambiar sus mentes, y habían empezado a tomarlos más en serio. Eso significóque monitoreaban el tráfico de radio humano, realizando vuelos regulares dereconocimiento, y todas las otras actividades de ésta guerra moderna.Asumiendo que la IA estuviera en lo correcto, los aliens deberían recoger lallamada de auxilio, retrocediendo hacia la fuente, y enviar a un equipo paracomprobar la situación. Ese era el plan de todos modos, y McKay no vioninguna razón por la que no podría manejarlo.El sol se movió poco a poco en lo más alto del cielo, y abajo entre las rocas latemperatura ascendió. Los marines tomaron ventaja de cualquier pedazo desombra que ellos pudieran encontrar, aunque McKay estaba privadamentesatisfecha, que quejándose de costumbre, el calor estaba al mínimo sobre ella.Treinta minutos en la espera, McKay escuchó un sonido de zumbido como elde un mosquito y empezó a mirar el cielo con sus binoculares. No pasó muchotiempo, antes de que ella descubriera una mancha venir abajo y girando. Muyrápidamente, la mancha llegó a ser un Banshee. Ella ajustó su micrófono.―Rojo Uno a escuadra tres—es hora del show‖.La oficial no se atrevió a decir más, para que ningún miembro del Covenantescuchara sospechosamente. Ella no tuvo más que decir, sin embargo. Susmarines sabían que hacer.Cuando la aeronave enemiga se acercó, los miembros de la tercera escuadra,algunos de los cuales se hacían pasar como si estuvieran heridos, seapresuraron a salir, levantaron las manos para cubrir sus ojos, observando a unPélican entrante, hicieron señas de sorpresa cuando ellos descubrieron alBanshee, disparando una descarga de tiros hacia ellos, entonces corrieronhacia la seguridad de las rocas.El piloto envió una serie de rayos de plasma desplazándose hacia ellos,circundó el sitio del accidente dos veces, y salió volando en la dirección en lacual él había venido. McKay lo miró irse. El anzuelo había sido enviado, elpez estaba en la línea, y el carrete debería hacer su trabajo.A media distancia, fuera del sitio del falso accidente, otro marine, o lo quehabía sido un marine, emergió de un conducto de ventilación en el subsuelo,hacia la superficie, y sintió el sol pegar a su cara horriblemente desfigurada.Bien, no su rostro, porque desde que la forma de infección se había insertado ypenetrado dentro de su espina, el Cabo Wallace A. Jenkins, había estadocompartiendo su forma física con algo que él pensó como ―el ser.‖ Un extrañoque no tenía pensamientos, ninguno del cual el humano podía acceder, detodos modos, parecía no estar conciente del hecho que su huésped todavíaconserva algunas funciones cognoscitivas y posiblemente motoras.La conciencia estaba completamente intacta en él, más de lo que chapa deidentificación pudiera decir, porque a pesar de que algunos de los cuerpos enel grupo que habían una vez pertenecido a sus compañeros de escuadra, losintentos repetidos por comunicarse con ellos, habían fallado.Ahora, cuando el repertorio desordenado de las formas de infección, formasportadoras, y formas de combate emergieron, caminando, y paseándosepor la superficie de Halo, Jenkins, sabía que dondequiera que la columna sedesplazaba, era para un propósito: encontrar y consumir la vida conciente. Élpudo darse cuenta que ―el ser‖ se encontraba bostezante, helado, yhambriento.Su objetivo, sin embargo, fue considerablemente diferente. Después de quehabía sido convertido en una forma de combate, su cuerpo era todavía capazde manejar un arma. Algo que algunas de las otras formas poseían—y queJenkins quería mas que nada. Una M6D sería perfecta, pero un arma deenergía podría hacer el trabajo, como podría cualquier granada. No para el usodel Covenant, o el Flood, pero para sí mismo. O lo que había sido de él. Poreso había sido cuidadoso para ocultar de lleno la magnitud de su conocimientodel ―Ser‖. Así que él tenía una oportunidad de destruir el cuerpo en que élhabía estado encarcelado y escapar del horror de cada momento desesperante.El Flood iba hacia una colina y, siguiendo a una de las formas portadoras,pronto, empezó a ascender. ―El ser‖, junto con Jenkins como transporte, dejóun rastro verde atrás.McKay supo que la trampa iba a funcionar cuando una de las naves dedescarga en forma de U apareció, rodeó el sitio del falso accidente, y se asentópara aterrizar. Una vez libre de la nave, los Elites, Jackals, y Grunts seríancarne fácil para los marines escondidos en las rocas y los francotiradoresposicionados por encima de la colina.Pero la guerra está llena de sorpresas, y cuando la nave del Covenant se fue denuevo, McKay se encontró mirando a todo lo que ella había estado esperado,ver a una pareja de Hunters. Los malditos podrían ser duros de matar ypodrían hacer al pelotón trizas.La oficial tragó saliva, habló por micrófono, y susurró algunas instrucciones.―Rojo Uno a todos los francotiradores y lanzacohetes. Pongan todo lo quetengan sobre los Hunter. Háganlo ahora. Cambio.‖Fue difícil decir quién asesinó a los Hunters, dado a que la barrera súbita debalas y cohetes fueron hacia ellos, pero a McKay no le importó, siempre ycuando los ―tanques‖ (Hunters) fueran asesinados. . .definitivamente en dondeellos estaban. Esas fueron las buenas noticias.Las malas noticias eran que las naves de descarga Covenant volvieron,regando a su paso fuego de plasma, y forzado a los Helljumpers agacharse operder sus cabezas.Animados por el apoyo aéreo, las tropas en tierra Covenant se apresuraronpara entrar al revoltijo de rocas, ansiosos por encontrar algo de cobertura, ymatar a los atrincherados humanos. Fueron forzados a pagar el precio, sinembargo, los francotiradores en la colina se remataron a cinco de los soldadosalienígenos antes de que la nave de descarga se posisionara para exigir suvenganza.Los marines fueron obligados a descender profundamente, cuando la aeronaveenemiga desplegó una línea doble de dardos de plasma, atravesando por lacima diminuta de la colina, matando a dos de los francotiradores e hiriendo aun tercero.Pronto las cosas empezaron a ponerse feas sobre la ladera rocosa. Tanto comohumanos y Covenants se cazaban entre si, el clima aplanó aquellas rocas. Losrayos de energía volaron y las armas de asalto rugieron de ambos lados,formaron parte de un juego mortal, buscar y esconderse. Esto no fue lo queMcKay tenía previsto, y estaba buscando una manera de desengancharse,cuando una ola de nuevos hostiles entraron en batalla.Un torrente de criaturas extrañas atacaron a ambos grupos desde el otro ladode la colina. McKay tuvo un vistazo de carne y cuerpos muertos, retorcidos ydestrozados, enjambres de diminutas esferas pequeñas que rebotaban,brincaban, y se subían sobre las rocas.El primer problema fue, que mientras las fuerzas del Covenant teníanfamiliaridad con las criaturas, los Helljumpers no, y tres miembros de lasegunda escuadra ya habían caído bajo el peso combinado de las formasmúltiples, y un miembro de la tercera escuadra había sido masacrado por ungrotesco bípedo, antes de que McKay entendiera la magnitud del peligro.Incluso la oficial luchó en su camino ascendente a través del laberinto derocas, las llamadas de radio continuaron retumbando a través de susauriculares.―¿Que diablos es esa cosa?‖―¡¡¡¡Fuego! ¡Fuego! ¡Fuego!!!!‖―¡¡¡¡Quítenmelo de encima!!!!‖El tráfico de la radio se triplicó y la frecuencia de los comandantes seconvirtió en una confusión de gritos, petición de órdenes, y súplicas para laextracción, que los marines posiblemente podrían haber hablado en suslenguas.Maldijo McKay. No es posible. No puede ser que estas cosas nos vallan aromper. De ninguna manera. Ella rodeó una roca, vio a un Grunt corriendo,bajando la colina con dos de las criaturas esféricas que se aferraron a suespalda. El Grunt chilló y dio giros, ella obtuvo su primer vistazo de cerca delas criaturas. Una ráfaga sostenida de un arma de asalto derrumbó a los tres deuna vez por todas.La marine hizo su camino cuesta arriba, pronto descubrió que el nuevoenemigo tomó también otras formas. McKay mató a una forma de dos patas,vio a un cabo poner medio clip dentro de un monstruoso bultoso, y miró endisgusto y en repugnancia cuando la criatura agonizante se apresurabagrotescamente a dejar este mundo.En ese momento, una tercera forma emergió entre un par de rocas, vio alhumano, y se lanzó al aire.Jenkins tenía la misma vista que los otros tenían, se dio cuenta de la Teniente,y esperó que ella tuviera un buen tiro. Esto era mejor que el suicidio—estoera. . .Pero no tenía que ser así.McKay siguió al cuerpo entrante, esquivó, y usó la culata de su arma parasujetar el lado de la cabeza de la criatura. Aterrizó en un montón de rocas,revolcándose alrededor, y estaba preparado para saltar cuando la Teniente seechó encima de él. ―¡¡Dame una mano!!‖ gritó ella. ―¡Yo quiero a este convida!‖.Tomó a cuatro marines para someter a la criatura, obteniendo restricción enambas muñecas y tobillos, y finalmente trayéndolo bajo control. Incluso esto,hizo que uno del los Helljumpers obtuviera un ojo morado, otro más con unbrazo roto, y un tercero sangró de una herida de mordedura en su brazo.La batalla resultante duró durante un total de quince minutos, una eternidad enCombate. Ambos, humanos y fuerzas del Covenant tomando tiempo fuera desu batalla entre si, para concentrarse en el nuevo enemigo. En el últimomomento formas bulbosas se hicieron estallar, sin embargo, ellos regresabande nuevo, caminando entre si a través de un laberinto; en un concurso de viday muerte.McKay transmitió por radio asistencia, y con la ayuda de la Fuerza deReacción, y más de dos Pélicans y cuatro Banshees capturados, fue capaz deimpulsar a lo lejos la nave de descarga Covenant y de acribillar a las tropas detierra que no estaban dispuestos a rendirse.Luego de las órdenes de McKay, los Helljumpers limpiaron la zonarazonablemente, para que los especimenes intactos del nuevo enemigo,pudieran ser tomados de regreso hacia la Alpha Base para su análisis.Finalmente, después de que los cuerpos fueron recuperados, Jenkins era elúnico espécimen que todavía estaba vivo. A pesar de la forma en queforcejeaba, se opuso, e intentó morder a sus captores, mientras que ellos loarrojaban hacia el Pélican, lo amarraron con sogas en los huecos en forma deanillos-D en la cubierta, y recibió unos puntapiés por buenas razones.Totalmente la mitad de marines hicieron el viaje de retorno, en bolsas decuerpos, McKay se sentó aparentemente, durante el viaje interminable haciaAlpha Base. Las lágrimas se cortaron abajo por el hollín de la cara de laHelljumper, para mojar la cubierta entre sus botas. El Covenant había sidobastante malo— pero incluso ahora había un enemigo peor con quienenfrentarse. Desde la primera vez que aterrizaron en Halo, McKay no sintiónada más que desesperación.El espartan dejó atrás el cuerpo del Sargento Mobuto y se acercó a una de lasgrandes puertas de metal, satisfecho de ver que estaba abierta. Él se agachó ypasó a través de ella. Luego pocos momentos después, 343 Guilty Sparkdesapareció hacia una de sus misteriosas tareas, y saliendo todo a laperfección, el Flood vino de lo lejos para jugar.Él estaba listo para ellos. El Flood se dispersó hacia adentro en el cuarto—docenas de las bulbosas formas de infección, se treparon a lo largo de lasparedes y en el piso, con otra media docena de formas de combatetrasladándose.Ellos pausaron, como si se encontraran confundidos. Una de las formas decombate miró hacia arriba,—y el espartan se dejó caer desde el pilar. Susbotas de metal hicieron puré la cara de la criatura. El rifle de asalto disparólimpiando todo el grupo de las formas de infección. Las criaturas detonaron enuna reacción en cadena.Lo que llamó su atención, él pensó. El Jefe giró y corrió. Él saltó a hacia unaplataforma levantada cuando él peleó, se soltó, y luchó de nuevo. Finalmente,cuando el último cuerpo cayó, el monitor y los Centinelas reaparecieron.El espartan los observó con disgusto al mismo tiempo que recargaba susarmas, aprovechó las municiones dispersas de las formas de combate Flood, ysiguió a 343 Guilty Spark hacia un elevador, que era idéntico al último en elque él se había subido.La plataforma llevó al humano todavía a un nivel más alto, dónde permaneció,hizo una pausa para permitir que los Centinelas ablandaran al Flood, dándolesla bienvenida; esperó fuera en el vestíbulo, luego emergió para darles unamano. ¡Hubo un fuerte boom! cuando una de las formas de combate saltódesde una entrada en forma de arco y aterrizó en el lado derecho sobre unCentinela. Su látigo deforme golpeó por detrás al robot que estaba flotando, yfue premiado con una serie de chispas y una llamarada. Un momento después,el Centinela explotó, el Flood y los restos del centinela se estrellaron en elpiso, en una especie de bola de carne, hueso, y metal. La lucha resultante deuna granada de metralla cortó a tres formas Flood cayendo e hiriendo a otroscuantos.El espartan tomó a otro con una ráfaga de su arma de asalto y los otros robotsse acercaron para freír los restos.Una vez que ese contingente de monstruos habían sido eliminados, el Jefesiguió al monitor bajando a un vestíbulo lineal con pantallas azules, atravesóun área que estaba infestado con Flood, y hacia un elevador que parecíadiferente al último el cual había abordado. Modelos geométricos estabanincrustados en el suelo, como formando un laberinto; una serie de páneleslevantados alrededor que permanecían a la guardia de una columna de luz azultranslúcida, y la cosa entera parecía brillar.El jefe maestro caminó a bordo, sintió una ligera sacudida cuando la antiguamaquinaria reaccionó a su presencia, y vio las paredes empezar a subir. Él seimpulsó hacia abajo esta vez—y esperó que su viaje terminara al fin. Sinvacilar, él cerró de golpe las municiones frescas dentro de su arma; parecíacomo si él se acercara hacia dentro de un enorme grupo de Flood, cada vezque él viajaba en un elevador.El elevador hizo un hoyo, mientras sonidos retumbaban, bajó un largo camino,y se detuvo con un sonido reverberante.343 Guilty Spark sobrevoló por encima de su hombro, cuando el espartancaminó a un más al frente del elevador y se acercó a un pedestal. ―Ahorapuedes sacar el Índice,‖ dijo el monitor. El artefacto brilló a verde lima; seformó como la letra T. Subió despacio hacia arriba de un tubo cilíndrico, en elcual había sido guardado durante tantos milenios. Una serie de bloques demetal rodearon el dispositivo rotando y girando, soltando su aprehensiónprotectora sobre el Índice.El espartan tomó el dispositivo, y lo jaló hacia fuera de su revestimientotubular. Lo sostuvo para examinar el artefacto—y se sobresaltó cuando unláser gris resplandeciente fue disparado por Spark. El Índice fue arrebatado desu mano y desapareció dentro de una cámara de almacenamiento en el cuerpodel monitor.―¿Que demonios estas haciendo?‖ reclamó el espartan.―Como sabes, Reclamador,‖ dijo Spark, como dirigiéndose a un niño errante,―el protocolo exige que yo me ocupe del Índice para el transporte.‖343 Guilty Spark voló en picada, luego flotó en el lugar. ―Tu forma biológicate deja vulnerable a la infección. El Índice no debe caer en las manos delFlood antes de que lleguemos al Centro de Control y activemos lainstalación‖.―¡El Flood se está esparciendo! ¡¡¡Deprisa!!!.‖El jefe maestro estaba a punto de contestar, cuando vio las bandas de luzfluyendo por debajo y alrededor de su cuerpo, sabía que él estaba a punto deser teletransportado, y de nuevo sintió la luz envolviéndolo.Esta cosa quería algo, se dio cuenta Keyes. Los recuerdos que se reprodujeroncomo una biblioteca interminable de video clips, estaban siendo examinados afondo por alguien. El zumbido, la presencia en su mente buscó. . ¿Qué?.Él comprendió el pensamiento, y lo empujó atrás contra una pared deresistencia ―El ser" excavó a través de su conciencia y se levantó. Él rozócontra él y casi estuvo a punto de marcharse. . .Luego lo hizo—escapó. Lo que sea que esta cosa era, buscó afuera del anillo.Estaba hambriento, y había un alimento perfecto en tierra para ser encontrado.El Ser se zambulló como un abundante alambre de púas dentro de su mente yrasgó así sucesivamente la imagen de una superficie lunar, la cual desdibujoen imágenes de ganado en un matadero. Él sintió ―al Ser‖ ávidamenteaferrándose a la imagen de la Tierra. ¿Donde? La cosa le dijo con vozterrorífica.La presión aumentó y se agitó a través de la resistencia de Keyes, y endesesperación Keyes reunió una nueva memoria. La presencia alienígenaparecía sobresaltada por la imagen de Keyes y un amigo de la niñez dandopuntapiés a una pelota de fútbol en un vibrante campo verde.La presión desminuyó cuando la hambrienta cosa examinó la memoria.Keyes sintió una puñalada de pesar. Supo lo que tenía que hacer ahora.Él arrastró todos sus recuerdos de la Tierra—su locación, su habilidad paraencontrarla, sus defensas—y los empujó muy abajo, tan profundamente comopodía.Keyes sintió la enorme sensación de pérdida, cuando la memoria del campo defútbol fue rasgada a lo lejos y desechada para siempre. Rápidamente convocóa otras más (Memorias/recuerdos)— El sabor de su comida favorita. Empezó aalimentar sus recuerdos, al invasor que estaba presente en su mente, trozo a lavez.De todas las batallas las cuales él había luchado alguna vez, este era el másdifícil—y el más importante.En el Centro de Control el jefe reapareció atrás en la calzada, la cual parecíaflotar sobre el abismo negro que estaba debajo. Vio la réplica de Halo quéarqueaba por encima anteriormente, el globo que flotaba en centro de lacalzada, y el panel de control dónde él había visto a Cortana por última vez.¿Todavía estaría ahí?.343 Guilty Spark sobrevoló por encima de su cabeza. ―¿Pasa algo?‖―No, nada.‖―¡Muy Bien!. ¿Vamos?‖El espartan caminó hacia adelante. El control del tablero era largo y curveadoa los extremos. Una ligera luz se mostró reproduciéndose por la superficie deltablero como varios aspectos del mundo del anillo son extremadamente yelectrónicamente complicados; la maquinaria mecánica se alimentó de unflujo constante de todos los datos al desplegarse, de los cuales aparecieroncomo un mosaico de constantes formas jeroglíficas y símbolos.Aquí, si uno supiera leerlo, era lo equivalente al pulso del mundo anillo,respiraciones, y frecuencias del cerebro. Reportes que proporcionaroninformación sobre el tipo de giro, la atmósfera, el clima, la biosfera muycompleja, la maquinaria mantuvo todo esto funcionando, más las actividadesde las criaturas alrededor, quienes el mundo había formado: el Flood. Eraalucinante observarlo—e incluso más fascinante para considerar.343 Guilty Spark sobrevoló el panel de control y miró abajo sobre el humanoque estaba de pie delante de él. Había algo de soberbia sobre el tono de la vozdel constructo. ―Por desgracia, ya no soy útil para esta tarea concreta. Elprotocolo no me permite que las unidades de mi clasificación, puedan realizaruna tarea tan importante como la reunificación del Índice con el núcleo.‖El monitor silbó alrededor y sobrevoló al lado del jefe maestro. ―Ese pasofinal es reservado para ti, Reclamador.‖―¿Por qué sigues llamándome así ?‖ preguntó el jefe. Spark guardó silencio.El espartan se encogió de hombros, aceptó el Índice, y miró fijamente eltablero enfrente de él. Una probable ranura pareció pulsar verderesplandeciente, que brillaba del mismo color del Índice. Lo regresó a casa. Eldispositivo en forma de T encajó perfectamente.El panel de control se estremeció como si estuviera dañado, las pantallasseñalaron en respuesta a una sobrecarga excesiva, y un gemido electrónico fueoído. 343 Guilty Spark se inclinó ligeramente para mirar el tablero de control.―No se suponía que eso pasara,‖ mencionó Spark.Hubo una súbita luz vibrante, cuando la figura holográfica de Cortanaapareció y continuó creciendo hasta que ella sobresalió por encima del panelde control. Sus ojos fueron rosa radiante, los datos se desplazaron a través desu cuerpo, y el jefe supo que ella estaba furiosa. ―¿Oh, en serio ?‖ dijo ella.Ella gruñó, y el monitor salió rebotando al aire y golpeó la cubierta del suelocon un sonido metálico.El espartan la miró. ―Cortana—‖El IA estaba de pie con las manos en las caderas. ―Yo pasé horas aquíencerrada viendo como ayudas a esa cosa. . . para que nos corte el cuello.‖El jefe se volteó hacia el monitor y regresó. ―Calma. Ahora él es un amigo.‖Cortana puso una mano en su boca simulando sorpresa. ―Oh, yo nocomprendía. ¿Él es tu colega, lo es? ¿Tu amigo? ¿Tienes idea de lo que esebastardo te obligó a hacer?‖―Sí,‖ el espartan dijo pacientemente. ―Activar las defensas de Halo y destruiral Flood. Es por eso que trajimos el Índice al Centro del Control.‖La imagen de Cortana mostró el Índice fuera de su ranura y lo sostuvo delantede ella. ―¿Te refieres a esto?‖Ahora revivido, 343 Guilty Spark sobrevoló por encima del piso. Estabafurioso. ―¿Un constructo en el núcleo? Eso es absolutamente inaceptable!‖¡Los ojos de Cortana brillaron cuando ella habló. ―Cállate.‖El monitor se precipitó fuertemente. ―¡Qué impertinencia! Te purgaré enseguida.‖―¿Estas seguro de que es una buena idea?‖ Cortana inquirió cuando ella ondeóel Índice, luego agregó los datos contenidos dentro de su memoria.―¡Cómo te atreves!‖ exclamó Spark. ―Yo te—‖―¿Tu que?‖ reclamó Cortana. ―Tengo el Índice. Tu solo puedes flotar y echarchispas.‖El jefe maestro sostuvo ambas manos. En una mano sostenía el rifle de asalto.―¡Basta! El Flood está esparciéndose. Si activamos las defensas de Halopodemos destruirlos.‖Cortana miró abajo hacia el humano con una expresión de piedad. ―¿No tienesninguna idea de cómo trabaja este anillo, o si? ¿Por qué los Furerunners loconstruyeron?‖Ella se apoyó hacia adelante, con cara desoladora. ―Halo no mata al Flood—mata a su comida. Humanos, Covenant, lo que sea. A todos los que sonigualmente comestibles. La única manera de detener al Flood es matarlos dehambre. Y para eso esta diseñado exactamente hacer Halo. Aniquila toda lavida sensible de la galaxia. ¿No me crees?‖ la IA terminó. ―¡Pregúntale!‖ yella apuntó a 343Guilty Spark.Las ramificaciones de lo que Cortana dijo lo hicieron reaccionar, y el jefeagarró su MA5B herméticamente. Se volteó hacia el monitor. ―¿Es cierto?‖Spark se movió ligeramente. ―Por supuesto,‖ el constructo dijo directamente.Luego, sonando más a su oficio de nuevo, ―Esta instalación tiene un radioeficaz máximo de veinticinco mil años luz, pero una vez cuando los otrossigan su patrón, esta galaxia carecerá de vida, o al menos de alguna vida conla suficiente biomasa para alimentar al Flood.―Pero ya sabías de esto,‖ la IA continuó contrariamente. El pequeñodispositivo auténticamente parecía realmente confundido. ― Quiero decir¿Cómo no ibas a saberlo?‖Cortana frunció el ceño hacia el Jefe. ―¿Omitiste ese pequeño detalle,?‖―Hemos seguido los procedimientos de contención al pie de la letra,‖ elmonitor dijo defensivamente. ―Estabas conmigo en cada paso del camino,cuando manejamos esta crisis.‖―Jefe,‖ interrumpió Cortana, ―Estoy detectando movimiento—‖―Por qué dudar en hacer lo que ya has hecho?‖ 343 Guilty Spark demandó.―Hay que irse.‖ insistió Cortana. ―¡Ahora mismo!‖―La última vez me preguntaste: si se tratase de mi elección, ―¿lo haría?‖ elmonitor continuó, cuando una docena de Centinelas arribaron detrás de él.―Teniendo tiempo considerable para reflexionar tu pregunta, mi respuesta noha cambiado. No hay elección. Debemos activar el anillo.‖―Vayámonos de aquí.‖ dijo Cortana, sus ojos rastrearon a los Centinelas.―Si estas poco dispuesto a ayudar—Encontraré simplemente a otro,‖ Sparkdijo interactivamente. ―Debo de tener el Índice. Dame tu constructo o me veréforzado a tomarlo por ti.‖El espartan miró a Spark y a las máquinas estacionadas en el aire detrás de él.El arma de asalto estaba lista para disparar. ―Eso no va a suceder.‖―Así sea,‖ el monitor dijo fatigadamente. Luego, en un comentario dirigido allos Centinelas, él agregó: ―Guarden su cabeza. Desháganse del resto.‖

Halo: The FloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora